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Es innegable que en la serie semifinal que arranca este miércoles entre Millonarios y Nacional el conjunto paisa es el favorito. Por nómina, funcionamiento, presente en el torneo local e historial en series definitorias. Pero de un tiempo para acá, cada vez que estos dos equipos reviven uno de los clásicos más importantes de Colombia, hay un factor que ha sido determinante: el excesivo respeto con el que los embajadores salen a enfrentar a los verdolagas. (Lea también: Nicolás Vikonis, de los pocos extranjeros rendidores en Millonarios)
Esto se ha visto en cada una de las series de eliminación directa en las que se han enfrentado. Nacional ganó seis de las siete. La más reciente, los cuartos de final del torneo pasado. A Millonarios no le alcanzó la ventaja de 2-1 conseguida en El Campín y terminó cayendo 3-0 en Medellín. Y el último duelo entre ambos fue el pasado mes de abril en Bogotá. La visita se llevó los tres puntos gracias a la anotación de Aldo Leao Ramírez al minuto 88.
A diferencia de Millonarios, Nacional ha sabido afrontar estos duelos. Son partidos especiales en los que más allá de las diferencias en cuanto a la calidad de los planteles, siempre son once jugadores contra once y la actitud podría marcar la diferencia. (Vea: Nacional concentró a 20 jugadores para partido contra Millonarios)
Basta contagiarse por el ambiente con el que cada una de las hinchadas vive este tipo de partidos para darse cuenta de su importancia. La fanaticada antioqueña con optimismo y seguridad, mientras que la embajadora, últimamente mucho más golpeada, está ansiosa por sacarse la espina por las eliminaciones anteriores. Eso sí, ambas tienen la misma ilusión de conseguir un cupo en la final a costas de su rival.
Pero la mesura, la ilusión o la resignación deben quedarse en las tribunas. Los protagonistas deben dejar de lado todo esto y centrarse en lo que deben hacer dentro del terreno de juego. Ser conscientes que cualquier cosa puede pasar y el favoritismo de uno se puede equiparar con la actitud del otro. En eso ha fallado Millonarios. Sin embargo, el fútbol le vuelve a dar una nueva oportunidad de tomar revancha.
Y todo esto se revalida mucho más cuando el conjunto azul pisa el Atanasio Girardot. Claro que la localía es un factor fundamental en el fútbol y en este tipo de series. Pero la gran diferencia vuelve a radicar en el poderío, nivel futbolístico y convicción del uno y del otro. Nacional siempre llega a Bogotá siendo consciente de lo difícil de la plaza, pero también pensando que cualquier resultado adverso, que no sea una goleada histórica, es perfectamente remontable en Medellín. Al contrario, Millonarios sale a afrontar este duelo pensando en que si no golea en El Campín, será muy difícil sostener la ventaja en condición de visitante.
Desde luego que no todo será cuestión de actitud. Pero ésta si podrá equiparar las falencias de uno y de otro. “Debemos estar concentrados cada segundo del partido”, coincidían los técnicos Miguel Ángel Russo y Reinaldo Rueda, quienes saben la importancia de cada detalle en este tipo de duelos.
En cuanto a lo futbolístico y a los números, se enfrentan las dos mejores defensas del campeonato, los dos mejores locales y el primero y el tercero en la reclasificación, separados por 18 puntos. Nacional lidera cada uno de estos apartados. Pero dentro del terreno de campo, esto se debería equiparar, algo que los dirigidos por Rueda saben hacer, mientras que los de Russo, intentarán realizar.