Cortuluá, el equipo que salvó a Juan Guillermo Domínguez de dejar el fútbol

Juan Guillermo Domínguez tras anotar dos goles contra Real Cartagena.

Foto: dimayor

Juan Guillermo Domínguez abrió su corazón y expresó lo que fue retomar el fútbol tras haber considerado dejarlo luego del fallecimiento de su mamá. Afortunadamente, encontró en Cortuluá lo que necesitaba para volver a sonreír y demostrar su fútbol, el que Colombia conoció a lo largo de su paso por diferentes equipos del territorio nacional.

“Después de su muerte no quería volver a jugar, estaba muy desmotivado. Sin embargo, hablé con muchas personas a mi alrededor y el profe Jaime de la Pava me dio la mano. En lo psicológico fue muy importante para mí y eso hizo que tomara la decisión de jugar con Cortuluá. Tuve ofertas de otros equipos de la A, pero esta vez me incliné por estar más cerca a mi familia, por estar al lado de alguien que es como un padre para mí, que me dio tranquilidad y seguridad para vivir con alegría lo que más amo, que es el fútbol”, comentó Domínguez.

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Tras el primer acercamiento con De la Pava, Domínguez habló con los dueños del equipo quienes expresaron total confianza en él. “Quería cumplir con todas las expectativas. Sabíamos que era un proyecto lindo, ellos querían a corto plazo la clasificación, el ascenso. Y por eso también se dio mi contratación. Fue genial porque todo se fue muy acorde con lo que yo quería para cumplir con mi trabajo y se hizo de la mejor manera”.

Así fue. En el primer semestre del año, el equipo corazón del valle consiguió jugar la final y este semestre el ascenso, lo cual el Carachito sabe que no es fácil. Y más en un escenario como es el fútbol de ascenso, “este torneo es complicado, hay jugadores jóvenes que tienen mucho impetú y sé que los de mi equipo darán de que hablar en el fútbol colombiano”.

Juan Guillermo Domínguez ha saboreado la gloria en equipos de la A como Millonarios, Deportivo Cali y Júnior. Ahora, en su primera experiencia en la B, es válido hablar sobre esas diferencias tangibles que pudo notar mientras jugó con Cortuluá. “En la parte futbolística hay una diferencia grande: en la A se juega con más inteligencia, mientras que en la B es más trancada la pelota. A veces se disputa más, en la A siempre tienes un poquito más de espacio”.

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En lo que respecta a la parte administrativa, comentó: “No sentí mucho el cambio porque Cortuluá tiene una base y una estructura muy de la A. Es más, el club tiene una infraestructura que es mejor que muchos de los equipos que están en la A. Por eso mi objetivo también fue que estuviera en la máxima categoría del fútbol profesional, porque sé que a uno como jugador le encanta estar en equipos serios, responsables, en los que tiene un cuerpo médico y técnico responsable, y que, a su vez, la parte administrativa sea coherente con eso”.

Las hinchadas y los seguidores del Fútbol Profesional Colombiano siempre dan de qué hablar, pero el acompañamiento de la hinchada en el Estadio 12 de Octubre, nunca faltó. “Con el tema del COVID-19, no logramos tener mucha gente el semestre pasado. En este sí se dio más la posibilidad de que nos acompañaran y fue bonito de ver a la hinchada, que estuvo con nosotros en el estadio. Además de que Cortuluá tiene a esos hinchas que siempre están muy pendientes de los jugadores y de su equipo”.

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Tantos años y momentos al lado de un amor profundo por la pelota estuvo acompañado por un pilar, su madre Lucero Cabezas, que tras fallecer en 2019 dejó un vació gigante en Juan Guillermo y su familia. “Todo el proceso fue muy duro, mi mamá era de esas personas que desde que me levantaba hasta que me acostaba estaba pendiente de mí; de sí estaba bien, de cómo tenía mi corazón. Ella era mi pilar y un apoyo moral”.

El Carachito también habló de sus rituales previos a disputar cualquier juego: “antes y después de los partidos hablábamos, ella siempre estaba ahí. Esos son momentos que recuerdo y digo: ¿ahora cómo hago para salir a jugar y no tener la voz de apoyo de mi mamá? Eran cosas que se me venían a la cabeza y por eso no quería volver a jugar”.

Pasó el tiempo y con la ayuda de su familia (su hermano Álvaro, su papá y su hija Luciana), Domínguez supo encontrar la motivación que necesitaba para volver a jugar. “También tuve personas a mi alrededor que estuvieron cuando me sentía bastante triste y volvieron a hacerme sonreír. Por eso pude volver a creer en mí, en mi fútbol y en lo que amo”.

No pasa un solo día en que el mediocampista de Cortuluá no piense en su mamá, por eso se imaginó si pudiera tenerla de frente en este momento: “Más allá de los logros, si la viera le daría un abrazo gigante y un beso. No es solo pasar por situaciones felices o tristes, sino más bien es tener a esos seres queridos y poderles decir te amo cuando están en vida, porque ya cuando no los tienes es lo que más extrañás. Eso es lo que quisiera, abrazarla y decirle que la amo con toda mi alma.”

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¿Cuál será el próximo destino de Domínguez?: “Hasta el día de hoy estoy muy contento en Tuluá, me ha ido bastante bien. El rendimiento que he demostrado ha sido muy grande, nunca había jugado en la B, fue nuevo y creo que pasé la prueba”, aseguró el defensor.

En cuanto a la parte contractual, comentó: “El 15 de diciembre termina mi contrato con Cortuluá, no sé si tengamos la posibilidad de renovar o estar en otro equipo, la verdad me gustaría quedarme por todo lo que conseguimos este año y lo que viví. Toca disfrutar este momento, creo que llevaban más de tres años buscando este ascenso y por suerte llegamos varios jugadores que nos unimos bastante con los que estaban y eso hizo que la experiencia y la juventud consiguieran un buen resultado. Si me quedo buenísimo, sino creo que todavía tengo fútbol para dar y para ganar”.

La experiencia de este jugador de 34 años lo convierte en uno de los referentes de Cortuluá, es un ejemplo para los jóvenes del equipo: “Les digo que se acostumbren a ganar. Antes del partido se los dije, creo que la sensación más bonita que hay en el fútbol es poder conseguir logros. Tienen que acostumbrarse a eso, pero con mucha humildad”.

Incluso, contó una anécdota vivida en el recién partido contra Real Cartagena en el que consiguieron el ascenso: “Cuando acabó el partido en el que ascendimos yo les digo: está bien la alegría, está bien sentir eso, pero tenemos una final el fin de semana y tenemos que mentalizarnos. Todos me miraban como ¿y este qué? Pero, creo que lo más importante es sentir ese orgullo de quedar en la historia de un equipo.

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Domínguez no es ajeno a lo que está pasando en el fútbol de ascenso y a la situación que está siendo investigada actualmente por diferentes entes deportivos y gubernamentales para descartar el amaño que señalan del partido entre Llaneros y Unión Magdalena, que terminó por ascender a los samarios.

Domínguez se refirió al episodio: “Fue polémico por lo que vimos en las imágenes. Yo jugué contra los tres equipos y fueron partidos fuertes y duros. Asumo que en su cuadrangular estaban en esa misma tónica. No sé que pasó al final, son cuestiones que se tienen que analizar y no soy yo la persona indicada para hacerlo. Lo que sí sé es que como futbolistas y personas tenemos que dar ejemplo y claridad, hay muchos niños y personas que nos ven como referentes y debemos asumir eso para que puedan disfrutar de un deporte alegre y leal”.

Hoy por hoy Juan Guillermo Domínguez entendió que el fútbol es su vida y por eso se está preparando para que, cuando se retire, pueda seguir con la pelota bajo el brazo. “Estoy estudiando las licencias para ser director técnico, quiero seguir vinculado al fútbol porque es lo que amo y es mi psicólogo personal, me estoy preparando para lo que viene y poder ser un ejemplo para todos los jugadores jóvenes y quizá con mi experiencia darles una base sobre lo que es el fútbol profesionalmente”.