Con lo justo, Argentina derrotó 1-0 a Chile en Buenos Aires

Jugando un partido con más altibajos que virtudes, la albiceleste logró sacar los tres puntos que al fin son vitales para sus aspiraciones hacía Rusia 2018. La próxima fecha viajará a La Paz para enfrentar a Bolivia.

AFP
24 de marzo de 2017 - 02:32 a. m.
De penal, Messi le dio la victoria a Argentina.  / AFP
De penal, Messi le dio la victoria a Argentina. / AFP

Un penal convertido por Lionel Messi dejó el jueves a una pálida Argentina en zona de clasificación por Sudamérica al Mundial de Rusia al vencer a Chile 1-0, en un partido de la decimotercera fecha en el estadio Monumental.

A los 16 minutos, tras un penal polémico marcado por el árbitro brasileño Sandro Ricci, Messi impactó en la red desde los doce pasos con un remate de zurda, esquinado y colocado con maestría junto al poste izquierdo, ante casi 60.000 aficionados.

Ricci tuvo una participación esencial en dos jugadas determinantes y ambas protagonizadas por el chileno José Fuenzalida. Primero le anuló un gol por presunta posición adelantada y después sancionó el penal por una dudosa infracción suya a Ángel Di María.

El terreno de juego estaba insólitamente embarrado, sin lluvia, a raíz de un riego excesivo. Argentina jugará el martes en la fecha 14 contra Bolivia en La Paz y Chile, ahora complicado en la tabla, se medirá con Venezuela en Santiago.

Sin genio 

Argentina volvió a desnudar su alarmante falta de un cerebro en el medio campo, una usina creadora, un gestador de jugadas. Alguien que supiese hacer una pausa con inteligencia estratégica y mover los hilos del equipo.

Tuvo que ser Messi quien cumpliera ese rol una sola vez, con destello de talento. Le puso un pase asombroso de 35 metros a Di María y lo dejó solo por la franja izquierda para avanzar hacia el gol. Le tapó Claudio Bravo un tardío remate al 'Fideo' en estupendo bloqueo fuera del área.

Otra vez, el juego apagado y sin luces de la Albiceleste enfrío a una multitud que en el arranque alentaba en forma atronadora. Es raro lo que planeó el DT Edgardo Bauza. Armó un equipo partido en dos y así lo sufrió en la cancha. Eran cuatro delanteros: Messi, Di María, Gonzalo Higuaín y Sergio Agüero. y atrás seis hombres en defensa sumados los volantes Javier Mascherano y Lucas Biglia.

Chile no se amilanó y desplegó su fútbol compacto con la intención de progresar en el campo ordenadamente. Se proyectaban por las bandas Mauricio Isla y Jean Beausejour. Jugaban al pase corto en el medio Francisco Silva, Charles Aranguiz, Pablo Hernández y Eduardo Vargas.

Sánchez, de otro mundo 

El hombre desequlibrante de la Roja, capaz de enloquecer a los marcadores, fue Alexis Sánchez. Dinámico, lúcido, colocador de esos pases que duelen dentro del área rival. La figura de la cancha durante largos pasajes.

Pero no tuvo socios adecuados el Niño Maravilla. Apenas un poco mejor que en el estéril e infantil pelotazo de larga trayectoria que ensayaba Argentina con Marcos Rojo y Biglia.

Era demasiado lo que estaba en juego. Perder el tren de avance hacia Rusia era un temor que parecía rondar como un fantasma. Por eso el partido naufragó en la pierna fuerte, la acción nerviosa sin brillo, la confusión.

Al fin de cuentas, un partido tedioso, lejos de los arcos. Al cabo, que el zaguero argentino Nicolás Otamendi se perdiera un gol a un metro de la línea del arco, como un torpe aficionado, fue sólo una anécdota.

No se veían cuatro pases seguidos de los argentinos, divididos en dos bloques sin conexión, como si jugaran en dos canchas distintas ¿Qué tipo de esquema táctico es ese? ¿Es posible mostrar tan pálida imagen con semejante firmamento de destacados jugadores en clubes eurpoeos?

En un rapto de lucidez, Bauza mandó al campo a Ever Banega, el tipo de estratega que le faltaba a la Albiceleste. El DT argentino de Chile, Juan Antonio Pizzi, movió su tablero para cubrir su propia pieza faltante, al entrar Nicolás Castillo, más delantero neto que Fuenzalida.

Chile empezó a crear un remolino de avances. Sánchez sacudió el travesaño con un tiro libre. Sergio Romero atrapó con angustia un remate débil de Castillo. El atacante falló otro remate franco cuando unos 3.000 chilenos en el estadio gritaban el gol. Pizzi jugó la carta del experimentado Jorge Valdivia- Argentina terminó sufriendo por las embestidas chilenas.

Por AFP

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar