La historia de Neymar, el futbolista más caro de todos los tiempos

De la nevera vacía a ser el jugador más caro de la historia. El capitán de Brasil será nuevo jugador del Paris Saint Germain por una cifra cercana a los 222 millones de euros.

Thomas Blanco Lineros
02 de agosto de 2017 - 09:13 p. m.
Neymar Jr. se coronó campeón de los Juegos Olímpicos de Rio 2016 con Brasil. / EFE
Neymar Jr. se coronó campeón de los Juegos Olímpicos de Rio 2016 con Brasil. / EFE

Oriundo de un pequeño municipio de Sao Paulo llamado Mogi das Cruces. Coqueteó con la muerte con cuatro meses de existencia en un accidente automovilístico. “Sentí un dolor insoportable, le recé a Dios para que me llevara a mí en vez de a Juninho (apodo que le tenían en la familia a Neymar)” aseguró su padre en la autobiografía del astro brasileño. (Lea también: La cláusula de rescisión y el fair play financiero: las claves del traspaso de Neymar)

Neymar Jr. se repuso, pero su papá, quien era futbolista de clubes modestos, colgó las botas. Dejaron su hogar, un entorno plagado de drogas, violencia y desorden para mudarse a Baixada Santista en la región de los Santos. No les sobró nada. Su papá se encargó de que nunca le faltara un plato de comida en la mesa. Y en ese entorno, la mayoría de veces austero, nació el sueño en el fútbol del nuevo jugador del PSG.

Su periplo inició a finales de 1998. El pequeño Neymar fue a acompañar a su padre a un torneo aficionado de fútbol playa. Por esos lados, estaba caminando Betinho, un cazatalentos de ojo clínico que también fue el encargado de descubrir a Robinho. Sólo le bastó verlo subir unas gradas para interesarse en él. Era ágil y a leguas se notaba su buena motricidad. Se volteó y miró a la madre, era alta y delgada. Preguntó por su padre, se enteró de que había sido futbolista y le impresionó su buen biotipo. Betinho comprendió que si ese muchacho de 6 años juntaba todos esos elementos, sería un gran futbolista. Y así fue que lo invitó a jugar. (Vea: Neymar al PSG, un traspaso histórico)

Recogía al chico de seis años en su carro, pues las condiciones financieras de la familia del pequeño no eran las mejores. Pero se justificaba: Neymar era un niño prodigio. De forma fugaz, subió escalones hasta que logró llegar al Santos de Brasil, el mismo en el que jugó Pelé. Empezó en fútbol sala, pero su calidad lo llevó a entrenar con el equipo de fútbol 11. Con 17 años, debutó ante Oeste. Jugó 30 minutos y un remate al palo le impidió debutar con gol. Una semana después anotó el primero de los 138 tantos que logró con el cuadro paulista.

Con 19 años se coronó campeón de la Copa Libertadores, certamen en el que se proclamó como la figura y en el que anotó seis goles. Se ganó el Puskas (premio que otorga la FIFA al autor del mejor gol del año) y fue nominado al Balón de Oro. Una imagen de él y Messi en la final del Mundial de Clubes, en la que el Barcelona se impuso 4-0 al Santos, quedará guardada para siempre en la memoria de los hinchas del cuadro español. Neymar le pidió la camiseta al argentino, quien con cortesía le dijo que se la entregaba en el vestuario. Dos años después en 2013, se volvieron compañeros. El conjunto catalán pagó 86 millones de euros por el futbolista brasileño.

Con el FC Barcelona convirtió 105 goles repartidos en 186 encuentros y conquistó 10 títulos, en los que sobresalen dos ligas de España y una Champions League. Y hoy 2 de agosto de 2017, la vida de Neymar ha dado un nuevo punto de quiebre. El pequeño que se salvó milagrosamente de la muerte y que subía las graderías a toda velocidad, es con 25 años, el jugador más caro de todos los tiempos.

Por Thomas Blanco Lineros

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