Desde la Copa Libertadores de 2009 no sucedía que Colombia no tenga un equipo representándolo en los octavos de final del certamen de clubes más importante de América. En aquella ocasión, América de Cali, Boyacá Chicó e Independiente Medellín, se quedaron en la fase de grupos.
Esta vez, el fracaso fue para los equipos más importantes en la actualidad del fútbol colombiano. Fue aún mayor porque con Atlético Nacional como vigente campeón, el país iba a tener un representante más. Pero ni el propio equipo verdolaga pudo si quiera acercarse a revalidar su corona.
Millonarios, Júnior, Nacional, Santa Fe y Medellín; en ese mismo orden, quedaron eliminados y en deuda con todos sus hinchas. Cada uno se reforzó acorde a sus necesidades. Los azules y barranquilleros, pensando en clasificar a los grupos, pues iniciaban la copa en las fases previas. El rojo capitalino y antioqueño, llegaban como campeones de la Liga Águila con la mentalidad de avanzar a octavos. Mientras que el verde paisa, arribaba como el rey de América pensando en ratificar lo hecho hace un año.
Ninguno lo logró. Y más allá de que cada uno quedó eliminado por elementos diferentes. Hay dos factores en los que todos fallaron: No hicieron la diferencia jugando de local y los jugadores extranjeros que llegaron y los que permanencen en sus plantillas no fueron ni son refuerzos.
Millonarios quedó eliminado en la tercera fase ante Atlético Paranaense por penales. Cayó en Brasil 1-0 y ganó por el mismo marcador en Bogotá. Su primer partido del semestre fue al mismo tiempo el más importante. Es cierto, su técnico se estrenaba con una nómina y un equipo sin el suficiente tiempo para afrontar tal reto. Pero eso lo pagó en la serie y más aún, terminó pasándole cuenta de cobro sus tres eliminaciones de manera consecutiva por la vía de los doce pasos.
Atlético Júnior se reforzaba con el técnico subcampeón, Alberto Gamero, quien renovaba la plantilla con nueve jugadores. Tras una mala campaña en el segundo semestre de 2016, toda su artillería apuntaba a la Libertadores. Pasaron con solvencia la tercera fase eliminando por goleada a Carabobo. Debían superar a un debutante en copa, Atlético Tucumán. Pero el club argentino los sorprendió, se sobrepuso en el juego de vuelta y volteó el 1-0 que había sufrido en la ida. El premio consuelo para los de Barranquilla fue su clasificación a la Sudamericana como uno de los mejores perdedores.
Atlético Nacional ya estaba en la cuerda floja después de sus tres primeros partidos. Cayó ante Barcelona en Ecuador, frente a Botafogo en Medellín y contra Estudiantes en Argentina. Debía hacer 9 puntos de 9 y esperar resultados. Consiguió los primeros 3 con el elenco gaucho, pero luego perdió en Brasil y ratificó su prematura eliminación.
Independiente Santa Fe fue el mismo equipo irregular del torneo colombiano en la Libertadores. Es verdad, por momentos mereció más. Pero no fue contundente y terminó pagando sus errores. Aun así, con una victoria en casa ante The Strongest estaba en octavos. No pudo. Fue ineficaz y se debe conformar con la Sudamericana.
Independiente Medellín llegó a la penúltima fecha a definir su clasificación frente a Emelec y ante su gente. La victoria los dejaba prácticamente en la siguiente fase. Sin embargo, el elenco ecuatoriano terminó llevándose los tres puntos. El poderoso se complicó solo. Al final dependía de un milagro que nunca llegó.
Los extranjeros no dieron la talla
Hace mucho tiempo que en el fútbol colombiano un jugador extranjero llegue a marcar diferencia. Nacional los tuvo pero no los supo reemplazar y lo mismo pasó con Santa Fe.
A Millonarios llegó Jacobo Kouffaty. El venezolano se sumó al uruguayo Nicolás Vikonis y a los argentinos Maxi Núñez y Enzo Gutiérrez. No jugó ninguno de los dos partidos contra Paranense porque arribó con molestias físicas. De hecho, sus constantes lesiones no le han permitido tener la regularidad necesaria. Pero los otros tres foráneos no han marcado la diferencia. Vikonis y Núñez tienen sus reemplazos dentro del plantel, es más, en ambos casos sus sustitutos han tenido mejor actuación que ellos. Y Gutiérrez, tiene su salida cantada desde hace rato del embajador porque ni siquiera es tenido en cuenta por el cuerpo técnico. (Vea: "En Millonarios he crecido como profesional”: Jacobo Kouffaty)
El argentino Bernardo Cuesta fue fichado por el Júnior después de ser uno de los mejores delanteros del fútbol peruano el año pasado. Sin embargo, sus aportes han sido escasos y comparándolo con otro atacante extranjero como Roberto Ovelar, las diferencias son abismales. Aunque, el paraguayo tampoco es el mismo de hace un tiempo. Claro el nivel de los tiburones no ayuda, pero el guaraní termina un primer semestre de manera descendente.
Atlético Nacional reemplazó al mejor jugador de la Copa Libertadores, el venezolano Alejandro Guerra, con el argentino Mariano Vázquez. El mediocampista de 24 años llegó proveniente de Fortaleza. Nunca jugó en el certamen internacional y ni si quiera ha llegado a jugar cuatro partidos completos. También arribó el paraguayo Óscar Franco, con la misma suerte y destino que el guaraní. El delantero se vislumbró como el sustituto del gaucho Ezequiel Rescaldani, quien prometió más de lo que cumplió y se marchó sin pena ni gloria. Mismo rumbo que ha tomado el panameño Roderick Miller. El defensor está en el equipo desde 2016 pero hasta ahora no ha podido marcar diferencia dentro del plantel.
Denis Stracqualursi llegó a Independiente Santa Fe como la esperanza de gol que tanto escasea en el cuadro cardenal. Pero el argentino hasta el momento, se ha caracterizado más por pelear dentro del terreno de juego que por hacer goles. En 900 minutos la ha mandado a guardar en una sola ocasión.
Independiente Medellín se reforzó con el argentino Valentín Viola, una joven promesa que en el 2012 era transferido de Racing al Sporting de Lisboa por 5 millones de euros. Sin embargo, nunca llegó a consolidarse en el fútbol internacional y después de muchas idas y vueltas recaló en el poderoso de la montaña. Más allá de sus 4 goles en 11 partidos, su nivel todavía no ha colmado las expectativas. El otro foráneo es Hernán Hechalar. Campeón con la institución hace un año, el gaucho viene de más a menos. Su participación dentro del equipo es escasa y dese hace rato dejó de ser el socio perfecto en el medio campo del rojo paisa.
Párrafo aparte merecen Sebastián Viera en el Júnior, Franco Armani en Nacional y Omar Pérez y Jonathan Gómez en Santa Fe. Todos campeones y referentes en cada uno de sus equipos. En algunos casos como el de Armani y Pérez, siendo los que más títulos tienen en la historia de sus clubes. Son el fiel ejemplo de cómo se debe marcar diferencia en el fútbol colombiano. Desafortunadamente, ni sus instituciones han sabido reemplazarlos, ni los demás en seguir sus pasos.