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El martes en la tarde cerca de 1.500 hinchas del Deportes Quindío se tomaron la plazoleta del Centro Administrativo Municipal de Armenia para protestar por la manera como Hernando Ángel ha manejado al club desde 2000, cuando asumió en comodato la administración del equipo y se encargó de pagar a la Dimayor los derechos anuales por participar en el torneo profesional, es decir, la ficha.
Como cada año, el mal comienzo de su equipo en la Liga Postobón (perdió 1-0 en casa ante el Pasto) y la incómoda posición en la tabla del descenso, a diez puntos del último, prendieron las alarmas entre los aficionados cuyabros, cuyas quejas atendió la alcaldesa de la ciudad, Luz Piedad Valencia.
La mandataria aseguró: “No podemos sacar a Hernando Ángel por vías de hecho. Estamos esperando el fallo de una acción popular en el Juzgado 1 Administrativo y si nos dicen que (la administración) tiene que regresar al municipio, deberemos hacerlo”.
El comodato, que luego de firmarse con diferentes dirigentes en 1985, 87 y 89, se ha prorrogado automáticamente porque ninguna de las dos partes ha manifestado su interés en cancelarlo, vence el próximo 18 de febrero, pero de acuerdo con el abogado Rodrigo Vallejo, asesor jurídico de la Gobernación del Quindío, “quedará vigente por dos años más, pues la administración municipal no ha dicho nada”.
“Vamos a pedirle al juez que resuelva rápido la acción popular para proceder al respecto. Y así analizar qué otra vía legal tiene el municipio para actuar. De todas formas, también vamos a invitar al señor Ángel para que se comprometa más con la ciudad y con el equipo. Le vamos a transmitir la necesidad de la hinchada y voy a buscar reunirme con él”, agregó la alcaldesa.
Hernando Ángel, un experimentado empresario vallecaucano, es dueño, en compañía de personas cercanas a él, del 80% de las acciones del Quindío, así como de la mayoría de los derechos deportivos de los jugadores y los demás activos que posee actualmente la institución, que está implementando su paso de entidad sin ánimo de lucro, con más de 2.000 afiliados, a sociedad anónima. El nombre y la ficha son del municipio.
“Él no es enemigo del club, es un socio estratégico. Los que debemos pensar somos los aficionados. El Quindío no necesita hinchas sino propietarios, gente que asuma la responsabilidad del equipo, que vaya a las asambleas y tome decisiones. El año pasado se convocó públicamente a una asamblea a las personas interesadas en ser socias, pero solamente fueron los allegados a la familia de César Pinzón (gerente) y la familia de Ángel. No hubo interés ciudadano. La gente sólo aparece cuando el equipo empieza mal un campeonato, pero cuando está a punto de clasificar nadie se acuerda de la situación legal del club”, explicó el abogado Rodrigo Vallejo.
Como están las cosas, más allá de las acciones legales que se traten de implementar, lo que se necesita en Armenia es voluntad política para trabajar en conjunto por el beneficio del club.
Primero, por parte de las autoridades, que realmente han sido apáticas al tema. Segundo, por la afición, que no acompaña masivamente al equipo. Y tercero, por Hernando Ángel, quien tiene todo el derecho a pelear por lo suyo y hacer valer los derechos que adquirió, pero debería también pensar en el patrimonio de la ciudad armando un plantel más competitivo que sea protagonista del torneo, como lo fue en el ya lejano 1956, cuando el Quindío se coronó campeón de Colombia.