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Alberto Gamero quiere volar alto

El nuevo entrenador de las Águilas Doradas llegará a aportar su experiencia de ocho años al frente del Chicó, con el que ganó un título.

Luis Guillermo Montenegro
18 de diciembre de 2013 - 03:12 a. m.
Alberto Gamero, nuevo técnico del Itagüí. / Archivo
Alberto Gamero, nuevo técnico del Itagüí. / Archivo
Foto: EFE - Neco Varella

Su estilo llama la atención rápidamente. No es común ver en el mundo del fútbol a un personaje tan peculiar: acento costeño marcado, afro poblado y manillas casi hasta los codos. “Nosotros impusimos esa moda del afro. A veces me lo repico (cortar), pero no me lo corto todo ni por el berraco, así me ofrezcan toda la plata del mundo. Las manillas las tengo desde que jugaba en la selección Magdalena en el 80. Además, mis dos hijas me las regalan y hasta ellas mismas las hacen para mí. Por eso tienen un valor especial”, cuenta Alberto Gamero.

Este costeño de 47 años, quien fuera lateral derecho en su época de futbolista —campeón con Millonarios en 1988—, es uno de los pocos técnicos en la actualidad del fútbol colombiano que pueden sacar pecho al decir que duró ocho años al frente de una misma institución. Lo hizo en el Boyacá Chicó, con el que con nóminas cortas y sin grandes figuras logró clasificaciones a los cuadrangulares, un subtitulo de Copa Colombia y un campeonato de Liga en 2008.

Luego de acabar su vinculo con el equipo ajedrezado no duró mucho tiempo desempleado, porque rápidamente el presidente del Itagüí, José Fernando Salazar, lo invitó. Ya como entrenador de las Águilas Doradas, Gamero atendió a El Espectador y le contó cuáles son sus objetivos al frente del equipo antioqueño.

¿Cómo se dio la negociación para llegar a Itagüí?
La verdad es que con José Fernando Salazar siempre habíamos tenido una amistad. Él ya varias veces había intentado traerme, pero por yo por el vínculo con Chicó no había podido. Cuando salí, me llamó, acordamos vernos y rápidamente llegamos a un arreglo. Firmé un contrato a término indefinido.

¿Con que grupo se encontró?
Con un equipo excelente. Cuento con una base que viene desde hace mucho tiempo. A ellos, por ahora, se suman jugadores importantes como Cléider Alzate y Ánderson Zapata, quienes regresan. Ahora viene el trabajo de analizar en que posiciones necesitamos refuerzos, pero en general hay un buen material para llevar a Itagüí a los primeros lugares.

¿Siente que esto es un paso hacia adelante en su carrera?
Si, a nivel de técnico creo que esta es experiencia muy bonita. Llego a una ciudad en la que hay cuatro equipos y donde se vive un ambiente muy futbolero. Ya conozco la plaza y por eso estoy muy motivado.

¿Qué recuerda de la época en la que jugó en el Medellín y Envigado?
Precisamente eso, que es una ciudad especial. A pesar de que en Tunja viví varios años muy feliz, ahora llego a una ciudad más grande, con mejores oportunidades para mi familia. Es un cambio muy importante.

¿Qué le dejaron los ocho años al frente del Chicó?
Recuerdos lindos. La gente de Tunja siempre me trató muy bien, todos me querían allá. Dejé muy buenas amistades y un trabajo importante. Salí bien de una gran institución con la que siempre voy a estar agradecido. Mi salida del Chicó fue luego de un dialogo cordial con Eduardo Pimentel, a quien también le agradezco por todo.

¿Cambia sólo de equipo o también impondrá un nuevo estilo de juego?
Hay cosas que deben seguir haciéndose igual y otras que intentaré modificar. Uno va variando dependiendo de la situación. La idea es que con el trabajo pueda poner a jugar a este equipo como a me gusta.

¿Quiénes lo acompañarán en el cuerpo técnico?
Jorge Rojas, Abel Acevedo, Carlos Gómez y Édison Prono Velásquez.

Con ‘Prono’ se reencuentra, en Chicó lo dirigió…
Con Prono siempre he tenido buena relación. En Chicó fue mi arquero, ya cuando era un jugador experimentado y con cierta edad. Él fue muy maduro en su carrera y entendió que debía inclinarse a la parte técnica para seguir aportándoles a otras generaciones. Será un buen elemento.

¿Cómo analiza que los equipos tradicionales están yendo a la B y los nuevos de la B ascendiendo a la A?
Es bueno que eso pase, para que los directivos de los equipos tradicionales sepan que las cosas las están haciendo mal. Cúcuta, América, Quindío, por ejemplo, se fueron a la B por eso. Ahora los directivos deben estar alerta y comenzar a hacer las cosas bien, como los equipos nuevos que ascienden.

¿Cuál será su objetivo en Itagüí?
Llegar a la final, quiero volver a jugarla y ganarla. Vamos a luchar por eso.

lmontenegro@elespectador.com

@luisguimonte

Por Luis Guillermo Montenegro

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