América de Cali: seis técnicos en la ‘B’, múltiples fracasos

Gustavo Torrijos / El Espectador.

El 17 de diciembre de 2011 es sin duda el peor día en la historia del América de Cali. Perdió la promoción con Patriotas y desde ahí carga en su trasegar con una palabra imborrable: descenso. Se van a cumplir, mínimo, cinco años de sufrimiento para los hinchas escarlatas, que tantas veces celebraron con los equipos de los años ochenta, en los que fueron pentacampeones; en los noventa, cuando ganaron su único título internacional, la Copa Merconorte; y en el inicio del nuevo milenio, con un tricampeonato de la mano de Jaime de Pava, a quien, extrañamente, no se le ha dado la oportunidad de volver a ayudar a la institución.

En cambio, en el banquillo de segunda división sí lo han intentado varios. Muchos para un proyecto que, se supone, quiere regresar a los ‘Diablos Rojos’ al sitio que sus años de vida lo ameritan. Se está realizando dicho intento sin un proyecto serio, para nada duradero, pero sí lleno de incongruencias, deficiencias, contrataciones que poco se entienden y desvinculaciones que aún menos: las de los técnicos.

Apoteósica. Así fue la presentación de Eduardo Lara, quien en el momento resaltó que su sueño era ascender al América por pedido de su hija. Sin embargo, perdió todas las oportunidades de lograrlo. Ganó el Torneo del primer semestre del 2012, perdió la final del segundo, la final del año y la promoción.

Al vallecaucano se le reconoce su destacado trabajo con las selecciones juveniles. Formó a nombres como Hugo Rodallega, Abel Aguilar y Radamel Falcao García, entre otros. Ganó el Sudamericano Sub-20 2005, fracasó en la clasificación a los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y en el Mundial de la mencionada categoría donde Colombia fue local, en 2011, quedó eliminado en cuartos de final ante México.

En el 2008, Lara fue designado para dirigir interinamente la selección de mayores, luego fue ratificado en propiedad, pero no logró el objetivo de clasificar al Mundial de Sudáfrica 2010.

Diego Edison Umaña asumió en el 2013 y la fanaticada rememoró el inolvidable 2008, el año de dos finales y la estrella 13. Esta vez la historia no tuvo epílogo feliz. Según la directiva, el proyecto era ascender en el 2013, ser campeones de Liga en el 2014 e ir por la Libertadores 2015. El certamen de clubes más importante del continente ya va por su edición 2016 y América apenas visualiza, de lejos, el sueño del ascenso.

Umaña, Paradójicamente, se destacó como futbolista en el otro equipo de la ciudad, el Deportivo Cali. Claro que también lució la camiseta escarlata, la de Millonarios, Santa Fe y Atlético Bucaramanga. Como DT, también fue campeón con el Atlético Júnior y el Juan Aurich del Perú.

En el 2014 llegó la oportunidad de Jhon Jairo López, el que se dio a conocer como timonel del Dépor FC y del Popayán. Sí, el que actualmente está de interino. Para el 2015 la Dimayor se inventó unos cuadrangulares de ascenso. Era La oportunidad para hacer olvidar el fracaso del año anterior y retornar a la ‘A’ en enero. La ilusión duró dos encuentros. Luis Augusto García fracasó, en medio de polémicas y un rechazo unánime por parte de los simpatizantes rojos.

El ‘Chiqui’ se consagró como estratega con la estrella 12 y 13 de Millonarios, en 1987 y 1988, respectivamente. También le dio al club azul la Copa Merconorte 2001. Además, ganó el Finalización 2003 con el Tolima, único título de los pijaos en su historia. Y, en algún momento, hizo felices a los fanáticos del América; por allá en 1997. García ostenta un título continental en su palmarés: la Copa de Campeones de la Concacaf, la cual conquistó en 1995 con el Saprissa de Costa Rica.

En los mencionados cuadrangulares, el entrenador de Unión Magdalena era Fernando Velasco, que asumió la dirección técnica de América en el 2015. No terminó el año y se tuvo que ir para dejarle el lugar a Alberto Suárez, el sexto estratega que no pudo alcanzar el ascenso americano, a pesar de dejar al equipo en los primeros lugares del Torneo Águila 2016.

José Alberto contribuyó al ascenso de Jaguares de Córdoba y regresó al Cúcuta Deportivo a la primera división, tras ganar uno de los cuadrangulares de ascenso, en enero del 2015.

Se especula que el remplazó de Suárez sería Óscar Héctor Quintabani o Hernán Torres. Este último le dijo a El País de Cali que ya había conversado con los dirigentes del América y que le “interesa la posibilidad”.

Llegará el séptimo entrenador al cuadro escarlata desde que está en la ‘B’, y en diciembre o, quizás antes, se sabrá si consumará el ascenso o se unirá a la extensa lista de técnicos que salen por el afán de resultados en un Torneo que se define a lo largo de un año.

Queda claro que sin un proyecto serio y duradero en la dirección técnica, el sueño americano del ascenso se opaca, se distorsiona, se dificulta. Los éxitos se logran de la mano del trabajo y la perseverancia. Para ello, se requiere tiempo, del cual han tenido un pésimo manejo los directivos del América de Cali, quienes, según ellos, desean ascender lo más pronto posible, pero sus obras van en contravía de la meta. Como si cinco años en la ‘B’ no fueran suficientes para una escuadra de 13 estrellas.