Tres estilos, un camino

Los opitas representan a los clubes humildes, con poca historia y escasos recursos. Los albirrojos, a un grande que está de vuelta. Y los verdes, a los equipos protagonistas.

Luis Guillermo Ordóñez Olano
12 de diciembre de 2009 - 06:30 a. m.

Cualquier fórmula es válida para alcanzar el éxito, siempre y cuando se aprovechen adecuadamente los recursos con los que se cuenta.

Eso es lo que han hecho durante este semestre Atlético Huila, Independiente Santa Fe y Atlético Nacional, los clubes que definirán este domingo en la noche el rival del Medellín en la final de la Copa Mustang II.

Su rendimiento en las 23 jornadas del torneo ha sido tan parejo que apenas hoy, en 90 minutos, se marcará la diferencia. En el torneo, los opitas suman 38 puntos, uno más que los cardenales y con cuatro de ventaja sobre los paisas. En goles, Santa Fe ha marcado cinco más de los que ha recibido, por cuatro de Nacional y tres del Huila.

Sin embargo, en lo que sí hay mucha diferencia es en la estrategia que han utilizado para conseguir los resultados.

Un esfuerzo de la región

El Huila, un representante de los equipos llamados ‘chicos’, tiene un presupuesto modesto y poca historia en la primera división, pues apenas ha jugado una final, la que perdió en 2007 ante Nacional.

“Realmente esta excelente campaña es fruto de un esfuerzo de toda la región, de las autoridades, los hinchas y el club. El gobierno local se metió la mano al bolsillo para apoyar al equipo, al igual que algunas empresas privadas. Nuestra meta era salvarnos del descenso y lo hicimos, pero luego comenzamos a pensar en grande y ahora queremos llegar a la final”, explica Luis Guillermo El Teacher Berrío, técnico y goleador histórico del cuadro opita.

Él asegura que “en Colombia ya es normal que los clubes pequeños, humildes, contrarresten todo con trabajo táctico, entrega, temperamento y sacrificio”.

Pero si quiere ser finalista, el Huila debe superar al Santa Fe, el equipo sensación del torneo, que con el título de la Copa Colombia, logrado hace tres semanas, acabó con una racha de 20 años sin celebrar.

Los rojos, fortalecidos desde hace un par de temporadas por la llegada de nuevos inversionistas, han conformado una nómina de categoría que, bajo las órdenes de Germán Basílico González, ha logrado combinar resultados y buen fútbol.

“Es evidente que el grupo ha sentido el trajín. También que en casa dejamos escapar puntos muy valiosos, pero seguimos dependiendo de nosotros mismos. En Neiva tenemos que jugar como locales”, dijo el estratega bogotano, integrante del Santa Fe campeón del torneo local en 1975.

Y con mucha mayor organización y respaldo económico está el Atlético Nacional, el único club en Colombia que pertenece a un conglomerado económico. El cuadro verde, ejemplo de manejo administrativo, no ha brillado como en otras campañas, pero se las arregló para no perder el protagonismo.

Contrató al técnico argentino Ramón Cabrero, más cotizado que cualquiera del medio local, además de Ezequiel Maggiolo y Gastón Pezzuti. Su plantilla es tan amplia que tras la trágica muerte en un accidente de tres jugadores de Huila, se dio el lujo de prestarle al delantero Carlos Rentería y al volante David Córdoba.

Hoy, uno de esos tres equipos se clasificará para la final. Todos, a su manera, han llegado hasta la puerta del éxito con su propio estilo, pero el camino es angosto y sólo hay cupo para uno. Que gane el mejor.

Por Luis Guillermo Ordóñez Olano

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