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"Yo jugué con Pelé"

El único colombiano que compartió vestuario con ‘O Rei’, recordó aquel momento para El Espectador.

Astolfo Romero / Especial para El Espectador
17 de enero de 2010 - 02:57 a. m.

¿Yo? Parece una simple pregunta, pero resultó la más lógica y normal cuando me llamaron de las oficinas del Deportivo Cali a decirme que me había llegado una convocatoria para la selección Resto del Mundo que enfrentaría el 7 de agosto de 1982 en el estadio de Los Gigantes de Nueva York a un combinado de Europa, en partido organizado por la Fifa en beneficio de la Unicef.

No me la creía, lo confieso, e incluso llegué a pensar que se trataba de una broma, pero una vez vi el télex del documento, entré en una especie de shock y fue después de un buen rato que la conmoción me permitió pensar, para encontrar la probable razón de semejante distinción: en la Copa Libertadores del 81 había integrado ese gran plantel del Deportivo Cali, dirigido por el argentino Edilberto Righi, que le ganó a River Plate de local y también en Buenos Aires en primera fase, y luego en semifinales enfrentó al posterior campeón, Flamengo.

El popular club de Río contaba con el mejor jugador brasileño del momento, Zico, así como otras figuras que integrarían la selección auriverde en el Mundial de España 82. Nos ganaron 0-1 en el Pascual y en la vuelta se impusieron 3-0, pero vendimos caras ambas derrotas frente a los cariocas.

Como el ‘Fla’ era la base del ‘scratch’, el seleccionador Telé Santana seguía al detalle sus juegos. En una de esas me referenció y en algún encuentro con don Álex Gorayeb le preguntó por el flaco central, ese era yo. Entonces, cuando lo designaron para dirigir el equipo de Resto del Mundo, pensó en mí y se dio lo impensado.

Nos concentramos cuatro días antes en la capital del mundo y en el hotel estuvimos los jugadores de ambos equipos. Era el único que no había participado en la Copa del Mundo de ese año, pero todos me hicieron sentir mundialista. Pedir más era demasiado, aunque hubo una sorpresa adicional que haría aún más inolvidable aquella cita: Pelé estaría en el partido.

Tras cumplir con un acto de inauguración de un estadio en  África, ‘O Rei’ aterrizó sobre la hora en la gramilla y tan pronto se bajó del helicóptero, la gente se volvió loca. Yo salté al campo con el número 15 a la espalda y al ver banderas de Colombia estuve al borde del llanto, por la emoción que me produjo observar el tricolor nacional en las tribunas.

Luego me pasmaría cuando Pelé me saludó de mano y bastó ese estrechón para comprobar su sencillez, la misma que hizo que se compenetrara de inmediato con todos en la cancha. Después ya sentí los nervios normales de tener al frente a un rival lleno de figuras mundiales y el estadio a reventar.

Se me secó la boca, pero una vez rodó el balón todo fue confianza, porque siempre me hicieron sentir parte del equipo y fue así como alcancé a tirarle algunos balones al Rey, que duró poco en la cancha, escasos minutos, pero suficientes para que yo sintiera una satisfacción personal incomparable, de haber compartido en un terreno con el más grande de todos los tiempos.

De hecho, hasta pude hacerlo con Pelé y Maradona al tiempo, porque a ese juego invitaron a tres jugadores de Argentina: Osvaldo Ardiles, Daniel Passarella y el citado 10, quienes alcanzaron a entrenar con nosotros, pero después, por algunas diferencias con la organización, se ausentaron.

Igual con los que estuve sentí su humildad en pasta y, por ejemplo, recuerdo que después de una práctica previa, en el vestuario Sócrates, el mismo que venía de ser considerado uno de los mejores jugadores de España 82, me pidió que le prestara las chanclas para bañarse y tras salir de la ducha, las secó con su toalla y me las devolvió.

Y ni hablar de Zico, que jugó ese partido con fiebre y después siempre fue especial conmigo y resultó clave para llevarme a Japón, donde estuve ocho meses en 1991 con el CID International, un equipo de una multinacional de aceros.

Con ellos estuve los 90 minutos de aquel partido, un privilegio que me permitió de paso cumplirle a mi primera esposa, ya que le debía la luna de miel porque al otro día de casarnos tuve que jugar, así que le había dicho que le iba a dar la revancha y como podía llevar acompañante, fui con ella.

Debíamos regresar al otro día del partido, pero como don Álex estaba en Miami, aproveché para pedirle permiso de quedarme una semana más en Manhattan. Ya después supe que pude haberme radicado en Nueva York porque la Warner International, a través de Ramón Mifflin y el mismo Pelé, hizo solicitud formal para que yo jugara con el Cosmos, pero el viejo, como llamaba cariñosamente a Gorayeb, me dejó en claro que el Cali tenía jugadores para salir campeón, no para lucrarse.

Esa es una anécdota más que me dejó aquel partido y que hoy, 27 años después, le da más valor a esa experiencia, de la cual preservo parte de la indumentaria Adidas que nos dieron, como dos chaquetas y el maletín conmemorativo. Mis sobrinos mayores, Nelson Andrés y Miguel Ángel, las tienen y tuve casi que rogarles para que me las prestaran para la producción fotográfica de El Espectador.

Ahora el menor, Sebastián, que se vinculó a las divisiones menores de Santa Fe a los siete años y cuatro meses, hoy a sus 11 es la nueva ilusión futbolística de la familia y quién quita que como el volante de creación que es, se convierta en figura y trascienda fronteras como gracias a Dios lo pude hacer en aquel momento.

Así fue el partido

Resto del mundo (2): Thomas N’kono (Cam.); Jaime Duarte (Per.), Óscar (Bra.), Astolfo Romero (Col), Junior (Bra.); Lakhdar Balloumi (Alg.), Sócrates (Bra.), Zico (Bra.), Falcao (Bra.); Giorgio Chinaglia (EUA) y Hugo Sánchez (Mex.)

Alternativas: Faisal Al-Dakhil (Kuw.), Rick Davis (EUA), Roberto Figueroa (Hon.), Yasuhiko Okudera (Jap.), Julio César Arzu (Hon.).

Europa (3): Dino Zoff (Ita.); Marco Tardelli (Ita.) Ruud Krol (Hol.), Bruno Pezzey (Austria), Nenad Stojkovic (Yug.), Franz Beckenbauer (Ale.), Coelho, Giancarlo Antognoni (Ita.), Zbigniew Boniek (Pol) Paolo Rossi (Ita.), Oleg Blokhin (U.R.S.S.)

Alternativas: Michel Platini (Fra.), Kevin Keegan (Ing.), Johan Neeskens (Hol.), Harald Schumacher (Ale.) y Vladislav Bogicevic (Yug.).

Goles: Zico (min 29 p.t.) (RdM); Balloumi (min 35 p.t.) (RdM); Keegan (min 20 s.t.) (E); Pezzey (min 34 s.t.); Antognoni (min 43 s.t.).

Estadio: Los Gigantes; Árbitro: David Socha (EUA); Asistencia: 76.891 personas.

Por Astolfo Romero / Especial para El Espectador

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