"En la cancha fue un show": Fernando Castro

fue técnico del Cali en 1996, cuando con el arquero vallecaucano logró un título después de 22 años.

Luis Guillermo Montenegro
04 de diciembre de 2012 - 09:11 p. m.
Fernando ‘El Pecoso’ Castro dirigió a Miguel Calero en el Deportivo Cali.
Fernando ‘El Pecoso’ Castro dirigió a Miguel Calero en el Deportivo Cali.

Desde la ciudad de Manizales, donde se encuentra descansando luego de una ardua temporada con el Deportes Quindío, Fernando Castro habló con El Espectador sobre los años en los que dirigió a Miguel Calero en el Deportivo Cali. El Pecoso, afectado por la muerte del jugador, describió algunos de los momentos que lo marcaron de El Show, de quien opina que era, además de un gran arquero, una excelente persona. “Es tan buen tipo que en este momento sufren hasta los que no lo conocieron, todos, absolutamente todos lamentamos esta noticia”.

El técnico manizalita tiene contrato con el Deportes Quindío hasta el 23 de diciembre y después de ese día esperará que le llegue trabajo y la merecida pensión. “Yo nunca he mandado una hoja de vida, siempre gracias a Dios me han llamado. Ahora debo estar tranquilo con mi familia y esperar la jubilación. Seguramente pronto podré volver a trabajar”.

Del Deportivo Cali de 1996, equipo que logró un título después de 22 años, El Pecoso recordó lo importante que fue Miguel Calero para ese objetivo. “Creo que en cada década hay un equipo destacado y en los noventa el mejor fue ese Cali. Recuerdo que era una nómina cortica pero llena de jugadores que entregaban todo en la cancha. Miguel era uno de ellos. También tenía jugadores experimentados como Hámilton Ricard, Éver Chaca Palacios, Wálter Escobar y Édison Gigo Mafla. Ahí comenzaba también Máyer Candelo. Era un equipazo”

¿Cómo recibió la noticia de la muerte de Calero?

La verdad, muy triste. Quiero mandarle a toda su familia un saludo muy especial, estoy acompañándolos en esta tristeza que ha afectado a todo el fútbol colombiano por lo carismático que fue él. Todos lo han querido, los directivos, técnicos, jugadores e hinchas. Es algo muy doloroso, soñaba con poder volver a verlo. Lo voy a extrañar.

¿Qué recuerda de esa época en la que lo dirigió en el Deportivo Cali?

De Calero sólo recuerdo cosas positivas. Era un hombre que llegaba feliz a todos los entrenamientos, con la mejor actitud siempre. También que en un clásico cogió el balón y antes de sacar, lo tiró al horizontal y lo volvió a agarrar, se iba a cabecear al arco contrario en los tiros de esquina, en la cancha fue un show. Un hombre trabajador, de amigos, alegre y profesional. Estamos muy tristes todos los que convivimos con él.

¿Qué hizo usted cuando en ese clásico él rebotó el balón en el horizontal?

Uno queda de una sola pieza, el tira el balón y yo me quedo sin palabras por unos segundos, pero después digo: “¿Este loco qué está haciendo?”. Esa era la confianza que él se tenía, un hombre con unas condiciones inmensas, que sabía lo que hacía, se tenía una fe impresionante y por eso le decían El Show.

Calero terminó siendo un líder. ¿En esa época en que usted lo dirigió cómo era?

Siempre, desde que yo llegué al Cali, Calero tenía esa disposición de alegría total, él nunca fue triste a un entrenamiento en tres años que yo lo tuve. En el partido salía a relucir ese temperamento fuerte, pero jamás tuvo un encontrón con nadie, ni con un jugador ni con la prensa ni con un hincha. Fue un ejemplo como persona y como deportista.

¿Qué otra anécdota recuerda de él?

A él le gustaban mucho los días en que yo hacía fútbol informal. Ahí él jugaba de nueve y pedía que le tiraran centros, se metía unas chilenas impresionantes, tenía esa virtud, siempre las hacía perfectas, caía bien y disfrutaba mucho de esos goles. Estoy seguro de que si hubiese sido nueve habría sido figura en esa posición, porque conocía muy bien los movimientos de los delanteros.

¿Algún arquero similar a Calero en el fútbol colombiano?

Mondragón, Calero y Córdoba han sido los mejores. Ellos llegaron al Cali de la escuela Sarmiento Lora. Los tres han sido excelentes arqueros, cada uno con su estilo. Grandes profesionales con un don de gentes impresionante. Con cualquiera de ellos uno hablaba fuera del campo, porque son unas grandes personas, por encima de grandes futbolistas.

¿Y de los de ahora?

En el fútbol colombiano hace falta la formación de la persona, hoy los forman como jugadores y no como personas. Hay que educar al jugador primero y después formarlo. Si uno ve esos tres (Calero, Córdoba y Mondragón), tuvieron esa oportunidad con Carlos Portela y por eso lograron lo que lograron.

Por Luis Guillermo Montenegro

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