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Christian Camilo Marrugo, la historia de un campeón

El volante cartagenero consiguió su segundo campeonato colombiano, después de varios subtítulos y muchos obstáculos que tuvo que afrontar en su carrera para llegar nuevamente a lo más alto en el balompié de nuestro país.

Juan Camilo Romero Gómez
20 de junio de 2016 - 01:21 a. m.
El cartagenero había soñado con anotar un gol en la final. Este domingo, convirtió los 2 de la sexta estrella del poderoso de la montaña. / EFE
El cartagenero había soñado con anotar un gol en la final. Este domingo, convirtió los 2 de la sexta estrella del poderoso de la montaña. / EFE

“El que trabaja tiene recompensa y este campeonato es esa recompensa”, fueron las palabras del mejor jugador de la primera final colombiana del 2016. Christian Camilo Marrugo, anotó los 2 goles con los que Independiente Medellín consiguió su sexta estrella. El primero fue al minuto 35 cuando con un zurdazo puso el marcador global 2-1. El segundo, en la última jugada del partido, ya con la cintilla de capitán en su brazo, aprovechó la subida del arquero, Sebastián Viera, en un tiro de esquina y tras el contragolpe con el arco custodiado por un solo jugador del Júnior, el volante puso el 2-0 y así el júbilo se apoderó de todos los presentes en el Atanasio Girardot.

Fanático de los Bravos de Atlanta de Liga de Béisbol de los Estados Unidos, el nacido un 18 de julio de 1985 en Cartagena de Indias, se visualizó desde pequeño en dedicarse al deporte de la pelota caliente. Era un fijo en la tercera base de su novena, andaba todo el día con su guante y sus guayos de béisbol. Su padre, y en general toda su familia, le inculcaron la pasión y el amor por esta disciplina, no había partido de la Serie Mundial que Christian Camilo se perdiera.

Sin embargo, el destino lo pondría en el equipo de fútbol de su barrio, Los Calamares. Allí jugaría alrededor de un año para después dedicarse al estudio en donde seguiría deslumbrando con su talento en el equipo del colegio. Fue entonces, cursando noveno grado, que el representante Luis Felipe Posso se lo lleva a vivir a la ciudad de Cali con 14 años. De esta forma empezaría su carrera como futbolista y su historia en las divisiones menores del Deportivo Cali.

En una de las canteras más importantes del país, Marrugo seria convocado a una Selección Colombia Sub15. Luego de tres años con los azucareros y debido a diferencias internas con la institución, en pleno 2003, decide pegar el salto a Medellín y recala en Atlético Nacional.

Con apenas meses en el conjunto antioqueño, el entonces técnico verde, Alexis García, lo hacía debutar en el primer equipo. Lastimosamente para el entrenador, el club decidía prescindir de sus servicios y contratar a Juan José Peláez. Jugaría esporádicamente lo que restaba del 2003 y desde ese momento se proyectaba como una joven figura del rentado nacional.

El siguiente año sería la consolidación del volante, a pesar de esto, para Nacional el 2004 estaría marcado de recuerdos no tan gratos. Después de llegar a las finales del Apertura y Finalización del año, los verdolagas no pudieron llevarse ninguna estrella. La primera final fue un inolvidable clásico paisa que quedo en manos de Independiente Medellín. Para el cartagenero era la primera final de su carrera, jugó los 180 minutos de la serie. En el siguiente semestre se debía jugar el título ante el Júnior, otro partido histórico y que quedará en la memoria de todos. Sin embargo, esta vez, Marrugo debía conformarse desde la banca con otro subtitulo.

Debido a esto, los dirigentes de Atlético Nacional decidieron darle un voto de confianza a Santiago ‘Sachi’ Escobar, y el 2005 sería un año de éxitos tanto para Christian Marrugo como para los oncenos en los que jugó. Y es que antes del torneo colombiano debía afrontar una dura prueba con la Selección Sub20 que disputaba el sudamericano en el eje cafetero.

Certamen que además de darle un título histórico para nuestro país, dejaría la base de una generación de futbolistas que lograron en la mayores clasificar a un Mundial después de 16 años. Por supuesto que dentro de esta camada se encontraba el mediocampista cartagenero, a pesar que su camino iba a estar alejado de la selección absoluta, en el torneo sudamericano disputó siete partidos de los cuales seis lo hizo como titular, para de esta forma acumular en el certamen 384 minutos, donde además, en el último juego ante Venezuela, decisivo, pues se necesitaba una victoria para el título, Marrugo fue el capitán ante la ausencia de Abel Aguilar y con un soberbio gol de media distancia condujo a la Sub20 a su segundo campeonato.

Con este aire en la camiseta sumando a su palmarés el primer título colombiano, cuando con Nacional vencía en el primer semestre del año a Santa Fe, en una final que se definiría en el Atanasio Girardot, con un 2-0 a favor de los locales. Pero además, el cartagenero fue clave en aquel encuentro, pues un centro suyo abrió el marcador de un juego muy cerrado.

El 2005 continuó, el mediocampista era protagonista en el elenco paisa, disputó Copa Sudamericana y la Libertadores del siguiente año, cuando a mitad del 2006 se concreta su paso a Independiente Santa Fe. Bogotá seria su nueva casa, la cual no iba a ser nada fácil para el prometedor jugador. Dicho por sus propias palabras, la capital no fue lo que él esperaba, le basto año y medio para se diera el primer gran obstáculo de su carrera, pues por más de sus 51 partidos y 13 goles en el expreso rojo, tuvo un bajón deportivo y las cosas no salieron como él lo esperaba. “(Bogotá) Es una plaza difícil. Si juegas un partido bien eres el mejor y si no, el peor. Además, hay que ser cauteloso en lo que dices o haces. Por ejemplo, de mí se dijo que era un borracho, que ya no servía para el fútbol. Que era un reencauchado”,  decía Marrugo en una entrevista que le concedió a El Espectador en el 2012.

El siguiente paso sería Deportes Tolima, allí se volvía a encontrar con su fútbol, fueron cuatro años para catapultarlo como uno de los mejores volantes del país. Con los de Ibagué disputaría una nueva final colombiana, lastimosamente sumaria su tercer subcampeonato al no poder vencer a Once Caldas en el 2010. Igualmente, jugaría campeonatos internacionales y para el recuerdo quedará haber sido un invitado de lujo en el último partido oficial del ‘fenómeno’ Ronaldo. Pues Tolima eliminaba en el partido previo a la fase de grupos de la Copa Libertadores al Corinthians y el que hasta el 2014 era el máximo goleador de los mundiales, le decía adiós a una carrera más que brillante.

Brillante también sería la huella que dejó Marrugo en Ibagué, pues en el 2013 se concretaba su transferencia al fútbol mexicano. Un periplo que duraría un año debido a las lesiones y a la difícil adaptación a los clubes en los que estuvo. Pachuca y Veracruz no pudieron ver lo mejor del cartagenero y por eso debía volver a donde todo comenzó, el Deportivo Cali.

Recién llegado ya obtenía un nuevo trofeo, titular en los dos juegos de la Superliga ante Nacional, los azucareros se coronaban campeones de una final que reúne a los dos ganadores del año. A pesar de este buen augurio, nuevamente las lesiones y la falta de continuidad en el elenco vallecaucano lo terminaban relegando del primer equipo y por eso la salida del club se daba como un hecho.

Sin embargo, apareció Independiente Medellín, su nuevo hogar y donde se ha vuelto a ver ese jugador cuyas características son la media distancia, sus pases al vacío y la pelota quieta. Luciendo la camiseta 17, número que desde Los Calamares, nunca dejó, salvo una esporádica “locura” como él mismo lo afirmó, por colocarse la 80 cuando estaba en el Tolima. Marrugo es hoy en día la cara de la calidad y las ideas del poderoso de la montaña.

Después de las finales perdidas y de nuevos subcampeonatos en su carrera, cuando en el Finalización del 2014 y en el Apertura del 2015, ante Santa Fe y Cali, respectivamente, no se pueden alzar con una estrella. Este domingo, ante un viejo conocido como lo es el Júnior, Christian Camilo fue el protagonista de una nueva hazaña en su grandiosa historia como futbolista. Encontró el lugar y el momento perfecto, Independiente Medellín hoy en día no sería lo mismo sin el cartagenero, y el volante tampoco sería lo que es en la actualidad sin el rojo paisa. Por eso, el ‘peluca’ como desde pequeño fue conocido en su barrio, logró su segundo campeonato colombiano y espera como muchos, que lleguen varios más. 

 

Por Juan Camilo Romero Gómez

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