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Juan Guillermo Cuadrado pasó de ser criticado durante su época de falso volante diez con El Bolillo Gómez y ocupar un puesto más en el banco de la selección de Leonel Álvarez, a convertirse ahora en el gregario, escudero y favorito de José Néstor Pékerman.
En principio lo catalogaron como jugador de segundos tiempos, pero anoche en el amistoso contra Brasil probó que también se destaca como inicialista.
El hombre del pelo ensortijado no se ruborizó al ejecutar gambetas y menos se asustó con el arco en frente, cuando James Rodríguez aprovechó un error en marca de Brasil y lo habilitó para que rematara cruzado (44’) al palo derecho de Diego Alves. Autor intelectual de las victorias contra Chile y Paraguay por eliminatorias, y por fin material en el empate 1-1 de anoche en el MetLife de New Yersey frente a los auriverdes.
A esa altura Brasil aparentaba ser superior por un remate apenas desviado (17’) y un balón en el horizontal de Kaká, así como un cabezazo que Neymar definió (23’) al cuerpo de David Ospina, el responsable de que Colombia no cayera ayer.
Al inicio del segundo tiempo el portero llegó a un rincón para manotear otro disparo de Neymar, además corrigió los errores defensivos de Mario Yepes y Aquivaldo Mosquera al tratar de salir jugando.
Esa incoherencia entre el sistema de tres defensas (junto a Edwin Valencia) y las capacidades de los centrales se desnudaron al minuto 63, cuando ofrecieron un espacio tan cómodo a Neymar, que a éste le bastó un enganche en el mano a mano con Aquivaldo para cruzar un remate débil, pero contundente, que decretó el empate final.
Un error vergonzoso pudo cambiar ese marcador a favor de Brasil: el juez central (Mark Geiger) vio como penalti un quite legal de Carlos Sánchez a Dani Alves. Pero la injusticia asustó a Neymar y el goleador envió el balón a las tribunas para que no se empañara el partido más emocionante en la era Pékerman, porque más que un amistoso, lo de anoche tuvo desenlace de partido de eliminatoria.