El tablero electrónico indicaba los 42 minutos del primer tiempo. El marcador iba 1-0 a favor de Independiente Medellín. Atlético Júnior se fue encima, buscaba de diferentes maneras el tanto que le diera el empate para igualar la serie contra el equipo antioqueño. Toloza era el más insistente. Corría por derecha, por izquierda. Era una pesadilla para la defensa roja, su movilidad estaba causando dolores de cabeza. No obstante, el 'Poderoso' estaba bien parado atrás. Aguantaba bien esos intentos del delantero.
Pero tras un tiro de esquina el delantero logró meter un centro al punto penal, que Luis Narváez alcanzó a peinar. El balón le quedó a Vladimir Hernández. El mediocampista estaba sólo, no tenía nadie quien lo estorbara y aprovechó. Sacó un derechazo endiablado a la raíz palo izquierdo de David González. La hinchada roja, que en ese momento alentaba a su equipo y no paraba de saltar y de gritar, se calló. El escalofrío por el remate del pequeño volante lo sintieron todos. Pero ahí estaba David González. No pasó del 'uff'.
Ese arquero, que pasó por equipos ingleses como el Manchester City, Leeds United o Barnsley y que decidió volver a Medellín hace un año -después de pasar por Pasto y Rionegro Águilas- para terminar su carrera, tuvo unos reflejos enormes. Se tiró abajo sin pensarlo. Parecía un gato y el balón su presa. Lo agarró sin muchos inconvenientes y le devolvió la calma a los hinchas del Medellín. "Yo quedé asustado también", recordó entre risas una vez terminó el partido. "Para eso estamos, tenemos que responder cuando nos exigen", añadió.
Un arquero que brinda seguridad
Fue un momento complicado y David respondió. Así lo ha hecho a lo largo del campeonato, fue un arquero clave. A lo largo del semestre recibió 23 goles, pero siempre le generó la confianza necesaria a Leonel Álvarez. Su nombre se convirtió en leyenda el domingo pasado en su partido 200 con el equipo rojo. Fue figura en los lanzamientos desde el punto penal. Tapó uno y marcó otro en una tanda larga y estresante. La presión nunca le ganó.
Contra el Júnior también fue clave. En Barranquilla tapó una clara y en Medellín otra. Se convirtió en el candado de la portería antioqueña y hoy festeja su tercer título con Independiente Medellín. "Ese segundo gol fue de otro partido, pero no importa ganamos y estamos festejando", dijo entre una enorme alegría y además dejó claro que quiere otros momentos como este: "aún quedan muchos títulos por festejar", finalizó con una sonrisa.