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"Después de tres años fuera de la selección, uno piensa de todo"

El volante bogotano, hoy jugador del Independiente argentino, no entiende por qué no volvió a ser convocado.

Daniel Avellaneda / Corresponsal, Buenos Aires /
30 de septiembre de 2012 - 02:00 a. m.
El jugador colombiano Fabián Vargas posa para la lente de El Espectador, en el parque Santo Domingo, de Villa Domínico, en Buenos Aires. / Santiago Morós
El jugador colombiano Fabián Vargas posa para la lente de El Espectador, en el parque Santo Domingo, de Villa Domínico, en Buenos Aires. / Santiago Morós

El tiempo no parece haber pasado para este bogotano que dejó una huella imborrable con la camiseta de Boca Juniors. Tres años y medio después de su éxodo europeo, Fabián Vargas está igual que la última vez que jugó en Argentina. Lo que cambió drásticamente fue la situación de esta República. El propio colombiano, quien volvió para otro desafío grande, con Independiente de Avellaneda, lo reconoce en la charla exclusiva con El Espectador:

“Me encontré con un país totalmente diferente al que me fui. Desde lo político y social, es todo bastante complejo. No sólo para el que vive acá; también para el extranjero. Casi por eso no pude arreglar mi parte contractual. Pero, al margen de este problema que se solucionó, estoy muy contento porque acá me han tratado de manera espectacular. Los hinchas de Boca me recuerdan muy bien, de a poco me voy ganando a los de Independiente… La verdad, acá se vive y se respira fútbol y eso para un jugador, es algo muy satisfactorio”.

La tarde que engaña a la primavera con un frío invernal se vuelve más destemplada en el predio Santo Domingo, de Villa Domínico, al costado de la autopista Buenos Aires-La Plata. Sin embargo, Vargas le pone calidez al ida y vuelta de preguntas y respuestas. Figura del partido del jueves ante Liverpool de Uruguay, por la Copa Sudamericana, autor material del primer gol e intelectual del segundo, reconoce que está volviendo a ser aquel futbolista que tan buena impresión dejó en el coloso azul y oro, club en el que conquistó tres campeonatos locales (Apertura 2003, Clausura 2006 y Apertura 2008) y cinco internacionales (Copas Intercontinental 2003, Sudamericana 2004 y 2005 y Recopa 2005 y 2008). “Desde que llegué, la regularidad que he tenido fue bastante buena. Pero este jueves se ha destacado más porque conseguimos una victoria y porque marqué un gol, pero las presentaciones que tuve en Independiente han sido buenas. De pronto me he encontrado con mi nivel. Y que con cinco o seis partidos la gente te reconozca es algo muy importante, pero tengo claro que me falta para llegar al máximo rendimiento”.

Vargas tuvo un fugaz paso por el Independiente Santa Fe. Estaba terminando el bachillerato y no quiso abandonar el colegio. Después, recaló en América de Cali, el equipo del que se hizo ferviente aficionado y con el que ganó tres campeonatos colombianos (2000, 2001 y 2002) y la Copa Merconorte 99. “Soy hincha del América de toda la vida. Nací en los ochenta, viví de chico la época del pentacampeonato y las Copas Libertadores que no se pudieron ganar. Y me di el gusto de jugar con esa camiseta”, dice nostálgico.

Por este buen momento que está atravesando, ¿lo alberga alguna esperanza de volver a la selección?
Totalmente. Hace rato que vengo teniendo el nivel para ser citado. Lo que hice en Grecia fue muy bueno. Espero que no me hayan cerrado las puertas. Mi máximo sueño es estar en un mundial con mi selección y voy a seguir trabajando para eso. Estoy seguro de que mientras tenga una regularidad en Independiente, esa posibilidad será una realidad.

Usted dice “espero que no me hayan cerrado las puertas”. ¿Considera que está vetado en la selección?
No sé cuál es el motivo. Pero siempre que hay un partido de eliminatorias, los periodistas me preguntan por qué no estoy y no sé qué contestarles. La respuesta no la tengo yo, sino la persona encargada de llamar a los jugadores. Creería que manteniendo un buen nivel en un equipo grande de Argentina, en un torneo respetado y conocido en el mundo, no debería haber ninguna duda de mi convocatoria a la selección.

¿Cree que su ausencia en la selección tiene que ver con su cargo de vicepresidente de la Asociación Colombiana de Futbolistas Profesionales?
La verdad, no lo sé. Después de tres años de estar afuera de la selección, uno piensa de todo. Pensaba que estaba en una Liga que menosprecian, como es la griega, y veo que llaman a un jugador que juega en ese país (N. de R.: Diego Arias, el año pasado, fue citado cuando era futbolista del Paok Salónica). Entonces, me doy cuenta de que esa no es una de las razones de mi no convocatoria. Y empiezas a evaluar motivos y no encuentras respuestas. Pero soy un convencido de que las cosas se consiguen con trabajo y sacrificio. A mí no me han regalado nada y yo voy a pelear a muerte para estar en un mundial, no quiero que sea una cuenta pendiente en mi carrera. Me sigo negando a creer que no me llamen porque soy dirigente de la Asociación de mi país. Lo que hicimos fue para mejorar nuestro fútbol, para profesionalizarlo, porque por muchos años ha sido a nivel amateur.

La selección ha mejorado muchísimo con la llegada de José Pékerman, ¿la solución era contratar a un entrenador extranjero?
Este cambio le vino bien a la selección. Era importante que viniera una persona que estuviera alejada de lo que es el mundo futbolístico en Colombia, con otra perspectiva, con ideas nuevas, con una propuesta diferente… Hicieron una muy buena escogencia. Están saliendo las cosas, pero falta camino por recorrer.

¿Le cambió la cabeza al futbolista colombiano?
Es difícil hacer un comentario desde afuera. Tengo amigos en la selección, pero no he hablado con ellos respecto a esta nueva etapa. Pero Pékerman es un técnico con experiencia, que sabe lo que hay que hacer para llegar a un mundial y que posee un gran grupo de trabajo. Ahora tiene un material humano en cantidad para poder armar una selección muy importante y, de a poco, lo ha ido mostrando. Las últimas presentaciones de la selección han sido muy buenas. Esperemos que se pueda mantener ese nivel, algo que es difícil porque hay muchas paras.

Hay material en su puesto, precisamente. Están Abel Aguilar, Freddy Guarín y Carlos Sánchez…
Son jugadores de muy buena calidad y es una competencia sana en el mediocampo. Eso es algo que va a favorecer a la selección. Hay más problemas cuando un técnico se pregunta: “¿A quién llamo?”. Pero cuando hay alternativas, está bueno.

¿Imaginaba que Radamel Falcao García iba a llegar a este nivel cuando empezó a compartir el vestuario con usted en la selección?
Me parece espectacular lo que está haciendo. Y me pone feliz. Primero, por la persona que es. Y después, como profesional, estamos hablando de uno de los mejores jugadores en su posición en el mundo. Es un goleador que va a seguir creciendo, que no llegó a su techo. Este paso por Atlético de Madrid va a ser una vitrina para llegar a un equipo más grande para que pueda inscribir su nombre en la historia.

¿Y qué le produce verlo jugar en la Primera B?
Da tristeza. Estuve en el estadio el día que el equipo descendió contra Patriotas. Viajé especialmente desde Grecia para acompañar a América y fue uno de los días más dolorosos de mi vida. Pero creo que es la suerte que sufren muchos de los equipos que empiezan a tener problemas en la parte dirigencial. Me parece que un club es grande cuando la cabeza está bien. América llevaba muchos años de malos manejos, de directivos que estaban sólo para enriquecer sus bolsillos y no para respetar a una institución con tantos hinchas en el país y con tanta historia. Lamentablemente tuvo que caer. Espero que sea para resurgir.

¿Le gustaría cerrar su carrera en América o tiene otros planes?
Es uno de mis sueños: cerrar mi ciclo como jugador siendo campeón otra vez con América.

Antes tiene que evitar que otro grande como Independiente siga el mismo camino, ¿no? En el torneo local, hace 15 partidos que no gana y está en zona de descenso.
Llegué a este equipo y estaba sumergido en esta posición. Entonces, no pienso que vine a pelear la permanencia. Vine a un club que quiere volver a ser y mi objetivo es situarlo donde lo marca su historia, que es peleando el campeonato.

Por Daniel Avellaneda / Corresponsal, Buenos Aires /

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