El capitán se va por la puerta grande

A sus 38 años de edad, Mario Alberto Yepes fue uno de los mejores jugadores de la selección en el Mundial. Quedó triste por la eliminación, pero satisfecho porque Colombia recuperó un sitio de honor en el balompié internacional.

Luis Guillermo Ordóñez / Enviado Especial a Fortaleza, Brasil
06 de julio de 2014 - 08:49 a. m.
 Con 38 años de edad, el capitán y referente  Mario Alberto Yepes cumplió 102 partidos oficiales con la selección Colombia de mayores. / EFE
Con 38 años de edad, el capitán y referente Mario Alberto Yepes cumplió 102 partidos oficiales con la selección Colombia de mayores. / EFE
Foto: EFE - Antonio Lacerda

Mientras la mayoría de sus compañeros lloraban en la cancha del estadio Castelão de Fortaleza, luego de la eliminación de la selección de fútbol de Colombia del Mundial de Brasil 2014, Mario Alberto Yepes recibía el saludo respetuoso de los jugadores brasileños, quienes reconocieron en el equipo tricolor a un gran rival.

Fue el veterano número 3 quien se encargó de animar a los jugadores más jóvenes. Luego los invitó a ir hasta el costado sur del escenario y agradecerle a la hinchada colombiana que ocupaba ese sector. Después se acercó a la tribuna de preferencia y saludó a sus familiares, con algo de nostalgia.

Casi 10 minutos después de terminado el compromiso se dirigió al camerino en donde, según confesó uno de los miembros del cuerpo técnico, dejó salir un par de lágrimas. Eran de emoción, una mezcla entre nostalgia y satisfacción. Tristeza por irse del Mundial cuando había fútbol para seguir, felicidad porque gracias a ellos Colombia vivió un sueño maravilloso durante un mes.

Como capitán y referente del equipo fue el primero en aparecer en la zona mixta y con su calidez y amabilidad de siempre atendió a El Espectador.


Mario, salieron aplaudidos por 60 mil brasileños, ¿a pesar de la derrota se van tranquilos del Mundial?

Hicimos un bonito torneo. Morimos con las botas puestas. Lo importante es que ahora el fútbol de Colombia es respetado, pero hay que trabajar desde mañana mismo para que eso se mantenga.

Usted se jugó un Mundial casi perfecto.

No solo yo, sino todo el equipo. Cuando nos hicieron la despedida en Bogotá prometimos dejar en alto el nombre de Colombia y cumplimos. Estoy muy orgulloso de este equipo. Peleamos, dejamos todo en la cancha, tratamos de empatar hasta el último minuto. Fue una experiencia muy linda jugar un Mundial y un gran honor haber compartido con estos muchachos.

¿Siente que se le pudo empatar a Brasil?

Nos hicieron un gol muy rápido y nos costó reaccionar, pero en el segundo tiempo tuvimos ocasiones para igualar.

Hasta le anularon un gol, ¿el árbitro le dijo por qué?

Me dijo que por fuera de lugar; a mí en la cancha no me pareció.

¿Qué viene ahora para usted?

Pues me voy a tomar unas buenas vacaciones, porque este fue un mes muy duro, muy vivido, muy disfrutado, pero que me dejó agotado.

Tiene 38 años y contra Brasil jugó su partido número 102 con la selección, ¿acaso fue el último?

Probablemente, pero vamos a ver, ahora solo pienso en descansar.

Más allá del resultado, a Colombia le queda una base de jugadores impresionantes para el futuro...

Esta es una generación excelente, más los muchachos que vienen subiendo, les dejamos el listón bien alto y depende de ellos trabajar para mantenerlo o mejorarlo.

¿Qué significa haber liderado la mayor gesta del fútbol colombiano?

Alegría y orgullo, demostramos que estamos para pelearles a los grandes. La gente ha hablado y seguirá hablando por mucho tiempo de este equipo. Hicimos historia, aunque como estábamos anímicamente, como estábamos jugando, sentimos que teníamos para más. Sí nos queda un dolor en el corazón por eso, pero nos llevamos el orgullo de haberlo dado todo.

¿Qué mensaje le manda a la afición?

Unas gracias inmensas por haber creído en nosotros. A los hinchas y a nuestras familias, a la gente de la Federación. El nombre de Colombia tiene que estar siempre arriba y demostramos que cuando nos unimos lo podemos dejar muy en alto. Hubo un espíritu nacionalista enorme. Colombia estaba paralizada por nosotros y la gente disfrutó mucho el Mundial, para uno eso es reconfortante.

¿Siente que el árbitro los perjudicó ante Brasil?

Es maluco hablar del árbitro cuando uno pierde, porque todo suena a excusa, pero la verdad me pareció malito.

¿Qué les dijo a sus compañeros al final del partido y luego en el camerino?

Al final pues que se sintieran orgullosos de lo que habían hecho, que tenían que salir con la frente en alto. Lo del camerino se queda allí adentro.

¿Le quedó alguna cuenta pendiente en el Mundial?

El sinsabor de haber podido llegar más lejos, pero creo que cumplimos varios objetivos. El pueblo colombiano se merecía un Mundial así, con muchas alegrías.

Por Luis Guillermo Ordóñez / Enviado Especial a Fortaleza, Brasil

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