Futsal, un sueño hecho realidad

La selección de Colombia celebra su clasificación a la semifinal del Mundial de Futsal Fifa en Tailandia. /Fifa.com

A mediados de 2000 el edificio de la Federación Colombiana de Fútbol se convirtió en el segundo hogar de Diego Fernando Morales, un técnico de microfútbol a quien se le había metido en la cabeza que el futuro del deporte de la ‘pelota pequeña’ estaba en el futsal, una disciplina que estaba promocionando la Fifa.

La esencia del juego era la misma, pero un balón más liviano y rápido, la cancha con mayores dimensiones generalmente bajo techo y algunas modificaciones en el reglamento lo hacían más atractivo.

Varios meses estuvo haciéndoles lobby a los dirigentes del balompié nacional, encabezados en ese entonces por Álvaro Fina y Jorge Correa Pastrana, que era el encargado del fútbol sala.

Ninguno de ellos lo atendió, por lo que decidió abordar a Álvaro González Alzate, presidente de Difútbol, quien le dijo: “Le vamos a parar bolas al asunto”.

La lucha de Morales continuó y dos años después Colombia participó en la Copa Merconorte de Futsal, con algo de apoyo de la Federación. Y estuvo en el Suramericano clasificatorio al Mundial de China, al que no pudo llegar.

Hasta que en junio de 2004 se conformó la Comisión Nacional de Futsal, integrada, además de Morales, por Eduardo Méndez y Rodrigo Rendón.

“En ese entonces los jugadores eran los mismos del micro o fútbol de salón, que es la disciplina que se practica en los parques al aire libre, encabezados por John Pinilla y Juan Carlos Soto, entre otros”, dice Diego Morales, quien cuando joven alcanzó a entrenar con el equipo profesional de Santa Fe, hasta que la enfermedad de Guillain Barré acabó con su carrera.

Morales, quien estudió en la Escuela Nacional del Deporte, comenzó a difundir el futsal por todo el país. “Los contactos, básicamente, eran los que tenía de la gente del micro. La misión fue explicarles las diferencias con el futsal y motivarlos, hacerles caer en la cuenta de que con el apoyo de la Fifa esta modalidad tenía más futuro”, explica.

En ese proceso fueron fundamentales Napoleón Roldán, Nelson Molina y Luis Carlos Rozo. “Había como 23 personas ayudándonos en las regiones. No ganaban plata, pero nos ayudaban de corazón”.

Se organizaron los primeros campeonatos nacionales sub-15, sub-17 y sub-20, así como los torneos interclubes y universitarios, auspiciados por Ascún. “Al mismo tiempo, la Federación de Fútbol de Salón se reorganizó con la llegada de Manuel Sánchez a la presidencia, se inició la liga profesional y les prohibió a sus jugadores practicar futsal”, admite Morales, hoy asesor de la Federación.

Luego, ya con Luis Bedoya en la presidencia de Colfútbol, Colombia asistió a varios eventos internacionales y se volvió protagonista, aunque no se clasificó al Mundial de 2008. Y el año pasado se comenzó a disputar la Liga Argos, un torneo semiprofesional que permitió masificar esa disciplina y darles proyección a las nuevas figuras y a los entrenadores. Precisamente allí se hicieron conocer los integrantes de la delegación colombiana que mañana disputará ante Brasil la semifinal del Mundial de Futsal en Tailandia.

El equipo nacional, con 14 jugadores y seis miembros del cuerpo técnico, llegó a territorio asiático con la ilusión de acceder al menos a la segunda fase.

En su estreno cayó con Guatemala. Después goleó a Islas Salomón y luego perdió contra Rusia, para avanzar como segundo del grupo, por mejor diferencia de goles. En octavos de final venció 2-1 a Irán y ayer, con anotaciones de Andrés Reyes, Angellot Caro y Jorge Abril, le ganó 3-1 a Ucrania, para meterse en semifinales, al lado de Brasil, España e Italia.

“Ha sido un equipo muy ordenado, con gran disciplina táctica y enorme despliegue físico. En defensa ha estado impecable en los últimos partidos y atacando es efectivo. Tiene tres opciones y mete una, sus rivales 10 y no anotan”, analiza Diego Morales, para quien “todavía estamos muy lejos de las grandes potencias, nos falta aprender mucho, pero demostramos que tenemos potencial”.

También destaca el excelente manejo que le ha dado al equipo el técnico antioqueño Osmar Fonnegra, quien “ha sabido rotar la nómina y leer los partidos”.

Sobre Brasil, el próximo rival, dice que “es un equipo muy difícil, pero no imposible. Tiene mucha condición técnica y táctica, pero Colombia ya encontró su estilo y debe mantenerlo”.

Increíblemente el gestor del sueño del futsal colombiano no está en Tailandia, sino en Bogotá, comentando el Mundial por televisión, pues Colfútbol decidió enviar como delegado a Alejandro Hernández, un directivo antioqueño que poco o nada ha hecho por este deporte.

Morales, sin embargo, disfruta del éxito del equipo nacional con las personas que más lo apoyaron en este proceso, su esposa Nidia Torres y sus dos hijos. También espera que esta presentación sirva para que “el apoyo, que ahora es bueno, mejore. Necesitamos que crean más en el futsal e implementar una política de masificación y desarrollo”.

Eso es lo mínimo que se le puede dar a una modalidad que en su primera participación mundialista ha llegado tan lejos.