Independiente Santa Fe derrotó 3-0 a Cortuluá en El Campín

Oscar Pérez / El Espectador

Continuar con el invicto en el campeonato y sumar los tres puntos eran los objetivos de Santa Fe, conjunto dirigido por el argentino Gustavo Costas, antes de enfrentar al elenco vallecaucano. Y aunque en los primeros minutos del juego lució impreciso, lo consiguió.

La regularidad, la confianza y el trabajo definen el buen presente de Santa Fe en el semestre. Tanto en Liga como en la Copa Libertadores marcha invicto y su fútbol cada día evoluciona mucho más.

En el encuentro ante el Cortuluá, el técnico puso una nómina mixta para darle descanso a los jugadores que actuaron en la victoria del cuadro capitalino ante el Colo Colo de Chile por la Copa. La novedad más importante era el regreso del volante Daniel Torres a la formación inicial, tras haberse recuperado de una lesión muscular.

“Ya he superado la lesión, se hizo tratamiento, se aplicaron algunos factores de crecimiento y eso ayudó mucho a la recuperación. En cuanto a la lesión, está totalmente superada, quizá después de tanto tiempo cuesta la parte física pero ya es cuestión de tiempo, de sesiones de entrenamiento y de partidos y esperamos ir recuperando el ritmo”, dijo torres, quien fue determinante para la victoria cardenal en Bogotá.

Durante los primeros minutos del partido, el cuadro visitante intentó controlar el juego ofensivo de Santa Fe. Salió a presionar la salida de los laterales Sergio Otálvaro y Ricardo Villarraga y poco a poco iba adueñándose de la pelota. Sin embargo, el equipo cardenal reaccionó, creó dos opciones de gol que pasaron cerca del arco resguardado por Pablo Mina, hasta que faltando cinco minutos para que finalizara la primera mitad, una mano en el área de Jonathan Muñoz le permitió a Miguel Borja, de penal, abrir el marcador para el conjunto local.

Pero las emociones no terminaron ahí. Santa Fe, con el envión anímico que le produjo la primera anotación, siguió atacando y de esta manera logró aumentar el marcador, luego de que el arquero Mina soltara un balón que Páez con un gran gesto técnico metiera al fondo de la red.

Con el segundo gol llegaría la tranquilidad para el cuadro rojo, que salió con los mismos once para la etapa complementaria. Tanto así que, apenas había transcurrido un minuto cuando Yamilson Rivera estuvo apunto de aumentar la ventaja.

Aunque el Cortuluá intentó descontar, el gasto físico que hizo en la primera mitad le paso factura en el complemento. El local controló la pelota y las acciones a su antojo. Esa confianza que viene demostrando durante el semestre quedó en evidencia a los 10 minutos del segundo tiempo, cuando otra vez Paéz, después de una gran jugada individual, le puso cifras concretas al marcador.