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Miguel Augusto Prince: sigo viviendo el fútbol como siempre

Este lunes (7:45, por Win) se disputará el juego de ida de la final del segundo semestre de la B, entre Quindío y Rionegro, en Bello.

Luis Guillermo Montenegro
01 de diciembre de 2014 - 01:20 p. m.
Miguel Augusto Prince, técnico del Deportes Quindío. / Archivo - El Espectador
Miguel Augusto Prince, técnico del Deportes Quindío. / Archivo - El Espectador

El 17 de diciembre de 2011 ha sido el día más feliz que ha vivido Miguel Augusto Prince como técnico. Tras perder frente al Deportivo Pasto la oportunidad de ascender directamente con Patriotas a la primera categoría, enfrentó al América de Cali por la promoción. Tras 180 minutos, la serie quedó empatada a un gol y se definió en el estadio Pascual Guerrero de Cali por penales. La incertidumbre era total, estaba en juego el descenso de un histórico de la primera categoría, pero Prince, un técnico que se ha destacado no solo por su interés por el entrenamiento táctico, sino por ser un gran motivador, les dijo a sus jugadores que no había nada que perder. La oportunidad de alcanzar la gloria estaba ahí, doce pasos detrás del balón. Cuatro por tres ganó el equipo boyacense y logró por primera vez en su historia llegar a la primera división del fútbol colombiano.

Ahora, tres años después, El Nano Prince está peleando por ascender a otro equipo. Esta noche (7:45, por Win) su Deportes Quindío recibirá en el juego de ida de la definición del segundo semestre del Torneo Postobón a Rionegro. El que obtenga el título de este semestre jugará el ascenso contra Jaguares de Montería, campeón del primer torneo del año. El que gane esa definición pasará a la Liga Postobón y el que pierda tendrá una nueva oportunidad de ir a la A en la promoción frente a Uniautónoma.

En diálogo con El Espectador, Prince, quien fuera campeón como jugador con Millonarios en 1987 y 1988, declaró que aunque en enero habrá otra opción de llegar a la A con el cuadrangular que se disputará en Bogotá, su objetivo es aprovechar esta oportunidad e irse a vacaciones desde ya. “Yo quiero descansar en diciembre y para eso debo definir este año el ascenso del Quindío”.

¿Cómo vive este momento previo a una nueva final?

Con mucha tensión, pero muy feliz de volver a disputar estas instancias. Vamos a trabajar esta final para ganarla. Hay que respetar mucho a Rionegro, que es un rival con mucha historia en esta categoría, por eso habrá que ser muy inteligentes para estar concentrados y finitos durante estos 180 minutos. Acá no se puede pensar mucho. El Quindío merece volver a la A y mi objetivo es hacer realidad eso.

¿Fue difícil adaptarse para dirigir en la B?

Yo creo que el trabajo que hice en la A como jugador y técnico me ha dado las herramientas para triunfar en la B. Ya llevo cerca de cuatro años acá, en los que alcancé un ascenso con Patriotas. Yo he dicho que la llegada de algunos técnicos de la A a la B es buena. En los últimos años los equipos han tomado más seriamente este torneo, así que estos pasos son buenos porque lo ayudan a uno a madurar mucho más. La verdad es que a mí la B me ha servido mucho, pero estoy feliz porque pienso regresar a dirigir en la primera categoría con el Quindío.

¿Que haya tantas opciones para regresar a la A, como esta final, la promoción o los cuadrangulares de enero, da algo de tranquilidad?

Eso no se puede esconder, pero yo en estos momentos quiero subir por esta vía, es decir, siendo campeones ahora y ganándole luego a Jaguares. Yo quiero descansar en diciembre y para eso debo definir este año el ascenso del Quindío. El otro es un plan B, pero mucho más complicado.

¿Pero cómo hacer para que los jugadores no se confíen en que en enero habrá otra oportunidad y lo den todo por ganar el ascenso ahora?

Yo creo que ha tocado trabajar la parte mental. Hablo de toda la historia que uno tiene como jugador y entrenador. Eso que uno ha vivido le sirve de experiencia para entenderlos a ellos y saber qué y cómo hablarles. Hay que pensar en el ahora y no en el futuro.

¿Disfruta el fútbol con la misma pasión de antes?

Sigo viviendo el fútbol como siempre, como cuando era jugador y desde que me volví entrenador. Nací para hacer esto. Vivo para el fútbol y voy a vivir en el fútbol hasta que me muera. Ahora se acelera uno un poco más por algunas cosas, pero he madurado. Sé que como cabeza tengo que dar tranquilidad al grupo. Eso sí, en la semana trabajo mucho en la parte táctica defensiva y ofensiva. Sigo siendo inquieto en el planteamiento de los partidos.

¿Qué siente al ver que un alumno suyo como Hernán Torres está cerca de lograr un nuevo título en la A, ahora con el Medellín?

Hombre, a Hernán yo lo quiero mucho y sus logros me alegran tanto como si fueran míos. Para ser un buen primero hay que haber sido un buen segundo. Él fue leal y fiel conmigo cuando trabajamos juntos y desde que comenzó su carrera como entrenador lo he apoyado mucho.

* lmontenegro@elespectador.com / @luisguimonte

Por Luis Guillermo Montenegro

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