A Santa Fe no le alcanzó con el apoyo de su hinchada para superar al conjunto manizaleño. Le faltó fútbol al equipo de Wilson Gutiérrez para confirmar en El Campín el buen resultado que obtuvo en el juego de ida.
Los gritos y el apoyo de los 22 mil hinchas que llegaron a El Campín en un horario inusual (11:00 a.m.) para apoyar a su equipo, no bastaron para que Independiente Santa Fe superara este jueves al Once Caldas, que con una victoria 2-1 se clasificó para la final de la Liga Postobón II y disputará contra el Júnior, desde el próximo domingo en el estadio Metropolitano, la segunda estrella de 2012.
La noche del miércoles, como si fuera un presagio, el juego se suspendió a los seis minutos porque la cancha estaba imposible, consecuencia de la fuerte lluvia que cayó sobre Bogotá. Por eso, el partido se completó este jueves.
Y comenzó mal para Santa Fe, porque una molestia física dejó fuera al juvenil defensa Juan Daniel Roa, que fue reemplazado por Gerardo Bedoya.
Sin embargo, el optimismo apareció pronto, cuando a los 17 minutos de juego Óscar Rodas recibió un balón al borde del área, amagó tres veces y cruzó un remate imposible para Neco Martínez, el arquero caldense.
El Campín, vestido de rojo, comenzó a ilusionarse con la séptima estrella albirroja, porque montado en ese marcador Santa Fe podía apostarle a lo que mejor hace, pararse bien atrás y contragolpear con criterio.
Pero una nueva lesión despertó la incertidumbre. Jonathan Copete se golpeó la clavícula y Juan Guillermo Vélez lo sustituyó. Los rumores en la tribuna aumentaron cuando Rodas creyó estar en fuera de lugar y no aprovechó como debía un pase perfecto de Ómar Pérez, que pudo significar el segundo gol.
Casi de inmediato llegó el empate de los visitantes. Jhon Pajoy ganó una pelota por la banda derecha y tiró el centro atrás para la llegada del paraguayo Jorge Núñez. El volante albo remató y el balón rebotó en Germán Centurión, pero en segunda instancia lo punteó para mandarlo al fondo de la red.
En fuera de lugar
En el segundo tiempo el Once desequilibró muy temprano. A los siete minutos Elkin Calle, una de las figuras del partido, remató desde 25 metros y el arquero Camilo Vargas rechazó hacia un costado. John Pajoy, quien estaba adelantado en la primera jugada, recogió el rebote y con un toque sutil anotó el segundo tanto, que el juez de línea debió invalidar.
Entonces a Santa Fe le tocó nadar contra la corriente y no supo qué hacer con la pelota, ante un Caldas bien parado en defensa y con delanteros rápidos y peligrosos, listos para liquidar el compromiso en un contraataque.
Más con ganas que con fútbol, pero empujados sobre todo por los 22 mil hinchas que alentaban en las tribunas, los jugadores albirrojos se fueron encima de sus rivales y alcanzaron a generar peligro, pero también abusaron de los pelotazos y los centros de costado, que facilitaron el trabajo de Martínez y de los centrales Alexis Henríquez, Diego Amaya y David Álvarez.
La justa expulsión de Mario González hizo que los blancos se replegaran aún más en los minutos finales, en los que Santa Fe no encontró el camino al gol.
Teniendo en cuenta que hace un mes el conjunto bogotano estaba prácticamente eliminado del torneo, se puede decir que su campaña fue decorosa, aunque quedó el sabor amargo de haber tenido cerca la estrella y la posibilidad de clasificar a un torneo internacional. Por un gol perdió la casilla con Equidad, que dependerá de lo que haga Júnior en la final para ir a la Sudamericana de 2012.
El Once, que ratificó ser el mejor equipo del año, enfrentará el domingo al Júnior (5:30 p.m.) con la ilusión de repetir las gestas de 2003 y 2009, en las que superó a los tiburones y ganó la estrella. Bogotá, entre tanto, seguirá soñando con una final Santa Fe-Millonarios. Otra vez será.