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Santa Fe, ocho veces campeón

El cuadro cardenal empató 1-1 con el Medellín y colgó la octava estrella en su escudo. La Copa Libertadores es el próximo objetivo cardenal.

Redacción deportiva
22 de diciembre de 2014 - 01:45 a. m.
Los 30 jugadores de la plantilla de  Independiente Santa Fe celebran la obtención de la octava estrella, tras vencer a Medellín en la gran final de la Liga profesional colombiana. /Luis Ángel
Los 30 jugadores de la plantilla de Independiente Santa Fe celebran la obtención de la octava estrella, tras vencer a Medellín en la gran final de la Liga profesional colombiana. /Luis Ángel

El Campín, más albirrojo que nunca, fue testigo anoche de la mejor fiesta santafereña de que se tenga referencia. Más de 40 mil hinchas vivieron, sufrieron y disfrutaron la conquista de la octava estrella, luego de la victoria global de 3-2 sobre Independiente Medellín.

Al 2-1 de la ida, el miércoles pasado en el estadio Atanasio Girardot, los cardenales le sumaban un 1-0 a dos minutos del final del juego en Bogotá, pero como está escrito que todo lo de Santa Fe tiene que ser sufrido, Medellín anotó y quedó a un gol de igualar la serie, por lo que los últimos segundos fueron dramáticos por las arremetidas de los rojos antioqueños, que murieron con las botas puestas, pero no tuvieron suerte.

El título no es otra cosa que el premio a la jerarquía y el temple con los que el plantel albirrojo afrontó la serie definitiva, en la que se sobrepuso a un muy mal comienzo en Medellín y supo liquidar a su rival en los momentos claves, porque incluso ayer, tras 45 minutos de tensión y nervios, encarriló el resultado con un espectacular gol de Luis Carlos Arias, cuando apenas arrancaba la etapa complementaria.

Santa Fe ganó bien, con justicia. Tal vez si la fluidez futbolística que mostró durante el campeonato, pero con el oficio y la personalidad que se necesitan en las finales. Y aunque no parecía necesario, también sufrió, como es su tradición. Tuvo momentos de zozobra, pero en general controló bien a su rival. No obstante, en los minutos previos a la consagración, vio peligrar el título, que se suma a los que consiguió en 1948, 58, 60, 66, 71, 75 y 2012.

Esa estrella no es otra cosa que el premio a una campaña casi perfecta, en la que además llegó a la final de la Copa Postobón. En la Liga el cuadro cardenal jugó 26 partidos, de los cuales ganó 13, empató siete y perdió seis, con 35 goles a favor y solamente 21 en contra.

Pero muy equivocados están quienes creen que el triunfo es producto del azar o de la mano mágica del técnico argentino Gustavo Costas, quien manejó magistralmente el plantel y le sacó el máximo provecho, así como lo hizo en Ecuador, Perú y Paraguay, en donde también salió campeón.

El nuevo éxito santafereño es el resultado de seis años de gestión de una directiva seria y profesional, encabezada -hace cuatro- por el presidente César Pastrana, quien sacó al club de la Ley de Quiebras y lo puso en lo más alto del balompié continental.

Asimismo de un proceso deportivo que inició Wilson Gutiérrez en el banquillo, con la base de un grupo de jugadores con mentalidad ganadora como Ómar Pérez, el arquero Camilo Vargas, gran figura anoche, y Daniel Torres, un supervolante que pide a gritos una oportunidad en el exterior. Ellos tres han sido los puntales de la campaña cardenal, apoyados por un plantel en el que se destacan el goleador Wilson Morelo, Luis Carlos Arias, Juan Daniel Roa, Francisco Meza, Yulián Anchico, Jéfferson Cuero, el lesionado José Julián de la Cuesta, entre otros.

De igual manera, merecen aplausos los demás dirigentes y funcionarios de la institución, que han sumado para hacer de Santa Fe un club modelo en el país, pues además su estructura administrativa y las divisiones menores son muy sólidas.

Es por ese trabajo que, a pesar de las tristezas, como las derrotas ante Nacional y Tolima en las finales de Liga y Copa, que el primer campeón de Colombia ha vuelto a reverdecer laureles.

Cuarto títulos (dos Ligas, una Copa y una Superliga), además de dos subtítulos y cinco clasificaciones a torneos internacionales, resumen su balance deportivo. En lo económico basta con señalar que hoy Santa Fe tiene dos sedes propias, una deportiva y otra administrativa, patrocinadores por montones y unas finanzas saneadas.

Todas esas razones son las que garantizan que el equipo cardenal seguirá siendo protagonista. Más allá de los títulos conquistados, ha recuperado el respeto y el prestigio del que gozó en sus primeros años. Sus hinchas volvieron a sentirse orgullosos y renovados. Hoy los jóvenes son seguidores albirrojos por el presente de la institución y no por el pasado que les heredaron.

Y aunque la octava estrella probablemente no tiene el mismo valor sentimental que la séptima, que se logró tras 37 años de sequía, adquiere mayor relevancia por los rivales a los que dejó en el camino. Primero a Nacional, en el cuadrangular semifinal, al que le cobró una cuenta pendiente de hace año y medio. Y luego a Medellín, el equipo revelación del semestre, un dignísimo adversario al que la suerte no le sonrió.

Vendrán ahora unos días de celebración y descanso antes de encarar la temporada 2015, en la que el objetivo del club cardenal será la Copa Libertadores de América, de la que fue semifinalista en 2012. En ese torneo actuarán también Nacional (como Colombia 1) y Once Caldas (Colombia 3, como tercero de la reclasificación). A la Copa Sudamericana lograron cupo Águilas Doradas, Júnior y Deportes Tolima.

Con una impresionante fiesta roja, que se prolongó hasta la madrugada en el parque Simón Bolívar y en varios barrios de la ciudad, se cerró un año glorioso para el fútbol criollo, que regresará el 14 de enero con los dos cuadrangulares del ascenso, en Bogotá.

La Liga comenzará 15 días después, pero antes el conjunto albirrojo disputará la Superliga ante Nacional, entre el 25 y el 28 de enero. En ese torneo lucirá por primera vez su escudo con ocho estrellas, que lo dejan cada vez más cerca de Millonarios y Nacional (14) y América (13), con las mismas que el Cali y con una más que el Atlético Júnior, los otros grandes del país. Medellín se quedó con cinco coronas, con el sinsabor de no haber clasificado a un torneo internacional, pero también con la satisfacción de haber vuelto a ser protagonista, tras una temporada oscura en la celebración de su aniversario.

Por Redacción deportiva

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