Septiembre no ha sido fácil para Independiente Santa Fe. El conjunto cardenal ha tenido una de sus peores rachas de los últimos años. Con su derrota del sábado 1-0 ante Tolima, en el estadio de Techo, completó cuatro caídas de manera consecutiva, pues venía de perder con Emelec (2-1), Deportivo Pasto (3-1) y Nacional de Uruguay (1-0). Antes había empatado 0-0 con Patriotas en El Campín. Su más reciente victoria fue el 9 de septiembre, cuando superó 1-0 a Uniautónoma en Barranquilla. A comienzos de mes igualó 1-1 el clásico con Millonarios por la Liga y 0-0 con Cortuluá, en la vuelta de los cuartos de final de la Copa Águila. De ocho partidos ha perdido cuatro, empatado tres y ganado solamente uno, con cuatro goles a favor y ocho en contra.
Y aunque llueven las críticas sobre el técnico Gerardo Pelusso y sus dirigidos por ese evidente bajón en el rendimiento, el conjunto cardenal está en la pelea en los tres torneos que disputa y mañana, desde las 7:00 p.m. en El Campín, ante Emelec, buscará meterse en cuartos de final de la Copa Sudamericana.
“La gran cantidad de partidos, el trajín, los viajes y demás han hecho mella en el plantel. Es claro que tenemos un déficit en la creación, ya no contamos con la chispa y la sorpresa de comienzos de campeonato, pero debemos buscar la manera de recuperarnos”, admitió el estratega uruguayo, quien ha tenido que lidiar con las ausencias de los lesionados Dairon Mosquera y Ómar Pérez, pero sobre todo las bajas de Luis Carlos Arias y Daniel Torres, quienes estaban en la nómina cuando llegó Pelusso, pero se fueron al Medellín a semana y media de iniciada la Liga Águila.