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Steven Mendoza, un rebelde con causa

Millonarios recibe al conjunto motilón, que buscará seguir como líder del fútbol profesional colombiano.

Luis Guillermo Montenegro
17 de marzo de 2013 - 09:41 a. m.
Steven Mendoza ha convertido tres goles este semestre con el Cúcuta Deportivo
Steven Mendoza ha convertido tres goles este semestre con el Cúcuta Deportivo

En las épocas de niñez, cuando un partido de fútbol se armaba con una bola de trapo y cuatro piedras para marcar los dos arcos en un barrio de Palmira, Valle, los hermanos Mendoza eran la sensación de esos ‘picados’. Los dos, veloces, ‘correlones’ y ‘calidosos’ eran los compañeros de equipo que cualquier vecino quería tener. Yeison y Steven eran buenos jugadores, pero tenían una gran diferencia: el menor (Yeison) quería ser futbolista profesional, mientras que el mayor (Steven) lo hacía sólo por diversión. “A mí no me importaba nada, desde esa edad de siete años ya era una persona rebelde, a la cual no le preocupaba el mañana. Mi hermano sí pensaba en lo que iba a hacer de su vida y por eso desde esa época ya pertenecía a una escuela de fútbol, pero a mí no me interesaba”, comenta Steven Mendoza, gran revelación del Cúcuta Deportivo que hoy enfrentará a Millonarios en El Campín (5:30 p.m., RCN).

Hace apenas tres meses el conjunto motilón estaba disputando la serie de promoción ante el América y ahora es el flamante líder de la A, en buena medida gracias a los goles del vallecaucano.

Un día Yeison le pidió a su hermano que lo acompañara a un entrenamiento en la escuela Juan David Toro, donde jugaba, para que viera cómo era la dinámica del deporte a un nivel más exigente que los partidos del barrio. “Recuerdo que me insistía mucho en que viera el ambiente de la escuela y me animaba para que aprovechara mi talento y lo pusiera en práctica”, recuerda Steven.

Al terminar esa practica, uno de los niños del equipo se acercó a Steven y le preguntó que si jugaba fútbol, y él respondió que sí, pero que sólo lo hacía en la calle. Inmediatamente le presentaron al entrenador y éste le dio la oportunidad de comenzar a foguearse con ellos.

“Yo la verdad era muy pelión y complicado, fui un problema, pero de a poco César Crespo, nuestro entrenador, me fue enseñando muchas cosas que hoy aprecio. Aprendí a ser mejor persona, antes que jugador”, destaca el mayor de los Mendoza.

En esa escuela actuaba en casi todas las posiciones, pero en la que más se destacaba era como volante de marca. Su forma de jugar, además del ‘look’, le dieron el apodo que hasta hoy lo distingue: Makelele, por su parecido con el volante francés que triunfó con la selección de su país y con clubes como el Real Madrid y el Chelsea, Claude Makélélé. “Era parecido a él y además daba mucho zapato”, dice.

Cuando tenía 12 años, su entrenado César Crespo le dijo que se presentara en el Deportivo Cali, en donde tendría mejores oportunidades para triunfar. Él lo hizo y lo logró. Realizó el proceso de divisiones menores en una de las más importantes canteras del país, llegando a integrar la selección juvenil de Colombia en varias oportunidades, incluso participando en dos campeonatos mundiales: el Sub-17 en Corea del Sur 2007 y el Sub-20 en Colombia 2011. “En selecciones jugué en muchas posiciones, pero recuerdo que Ramiro Viáfara fue quien me perfiló para ser extremo izquierdo, en donde ahora me siento mejor”.

Pedro Sarmiento, quien lo hizo debutar profesionalmente con el Envigado en 2010, recuerda lo difícil que fue su adaptación, pues cuando llegó al cuadro naranja era un jovencito todavía inmaduro. “Nos costó mucho, porque llegó a nosotros sin mucha formación, nos tocó enseñarle en todas las áreas personales. Lo traté durito, pero me alegra ver que ha mejorado y que le está yendo bien”, comenta el actual técnico del Envigado, quien recuerda que Mendoza sentía las posiciones ofensivas, pero para marcar y obedecer tácticamente no era muy pulido. “Él dio bastante brega porque tenía condiciones, pero era reacio a aprender táctica y disciplina. Recuerdo que lo ponía de lateral o volante, y él no sentía esos puestos”.

Steven reconoce que Sarmiento no sólo le dio la oportunidad de debutar, sino que fue un formador importante que le ayudó a corregir muchas cosas malas. “Yo no hacía caso, sino lo que se me daba la gana, iba en contra de todo, por eso le agradezco mucho porque su ayuda y formación fueron importantísimas. Soy consciente de que me ayudó demasiado, y si no fuera por él no hubiese podido consolidarme en esta profesión”, destaca Makelele.

¿Quién ha sido la persona más influyente para usted en el fútbol?
Creo que mi familia, ellos siempre han estado ahí. Son muchas personas a las que les agradezco. Por ejemplo César Crespo, la familia Mafla en Palmira, quienes me apoyaron cuando económicamente estaba complicado y me dieron alimentación.

¿Eduardo Lara ha sido uno de los más importantes?
El profe es una persona que bien o mal siempre me tuvo en selecciones, me llamó al América y le doy gracias por la oportunidad, porque ahí me di a conocer más. Él también me ayudó con mis problemas de rebeldía. Junto con Pedro Sarmiento fue importante para mí.

¿Cómo fue esa experiencia de jugar dos mundiales juveniles, el de Corea Sub-17 y el Sub-20?
Muy especial, allá uno comparte con jugadores de otros países, ve el juego de otras selecciones y puede uno nivelarse con el juego de los demás. Fue algo que me ayudó mucho, más que todo en los nervios, ahora estoy más tranquilo cuando enfrento equipos complicados.

Su hermano actúa en el América, ¿sienten algo especial por ese club?
Sí, claro. A pesar de que soy hincha del Cali, al América siempre lo voy a tener presente porque me ayudó demasiado, no sólo a mí sino a mi familia, y por eso les agradezco mucho. Ojalá puedan subir rápido y que mi hermano logre destacarse ahí.

¿Cuál es el jugador que más admira?
De Colombia, a Andrés Manga Escobar, somos amigos y me gusta su estilo. De afuera Neymar y Cristiano Ronaldo.

¿Y técnico?
El profe Eduardo Lara y Pedro Sarmiento.

¿Cómo se describiría?
Como una persona tranquila que con la demás gente trata de ser lo más amable posible, para que no tengan quejas de mí. Trato de no demostrar fallas para no dar papaya y que me critiquen.

¿Cómo es su familia?
Somos cuatro hermanos: una mujer y tres hombres, ella es la mayor. Viví siempre con mi mamá y ellos. Con mi papá, nunca. A veces me lo cruzo en la calle, lo saludo y ya, pero la relación con él no fluyó.

¿Qué música le gusta?
La salsa y el reguetón.

¿Por qué aceptó llegar al Cúcuta?
Porque es el equipo que me da la oportunidad de volver a la primera división, me brindó comodidad a mí y a mi familia, y eso es algo que todos los futbolistas buscamos. Ahora verlos felices es lo que me motiva. Mi propósito es sacar adelante a este equipo, se lo merece, por lo que he vivido en estos pocos meses.

¿Cómo se ha acoplado a la ciudad?
Ha sido fácil, porque estoy con mi familia. El calor y la gente son cosas normales para mí. Se me ha facilitado mucho porque me siento en Cali, cada vez que salgo la gente es cariñosa conmigo.

A propósito de Millonarios, que es el próximo rival, ¿si existieron contactos con ese club para llegar en este semestre?
Mi representante me comentó algo, pero a mí nunca me llegó nada oficial. Hubo comentarios de que había ido a Bogotá a hacerme unos exámenes médicos, pero no fue cierto, todo se quedó en rumores.

¿Cómo analiza ese partido?
Hay que jugarlo con mucho cuidado, iremos a buscar seguir como líderes, pero va a ser muy difícil, ellos lo van a dar todo, teniendo en cuenta su reciente derrota en Libertadores. Ahora se van a meter de lleno en la Liga. Hay que ir tranquilos, sabiendo que estamos enfrentando a un grande.

Poco se conoce de su DT Guillermo Sanguinetti. ¿Cómo es él?
La verdad, aún no lo conozco bien. La relación no es como la que tenía con Eduardo Lara, pero es buena y poco a poco va a ir creciendo. Uno como jugador debe tener la comodidad de decirle al técnico las cosas sin que él malinterprete. Hasta ahora se está forjando la relación.

¿Le cuesta ser suplente, teniendo en cuenta que ha hecho goles claves?
Para mí es triste, pero entendible, el técnico es el que manda y a eso me tengo que adaptar. Soy un buen rematador de partidos y hay que aceptarlo, además soy joven, estoy empezando y tengo carrera por delante. Aún puedo aguantar más. Todo lo acepto porque tengo las cosas claras y sé que la clave será aprovechar la oportunidad cada vez que la tenga. Creo en mí, en Dios y en mi trabajo.

¿Hasta dónde quisiera llegar?

El sueño mío es salir de Colombia, ir a jugar a un equipo grande de Europa, como el Real Madrid o el Manchester. Son sueños que veo lejos, pero que con trabajo y dedicación podré cumplir.

Por Luis Guillermo Montenegro

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