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Tejiendo cultura a través del fútbol

La tricolor tuvo una destacada actuación en la primera Copa Americana de Pueblos Indígenas, en la que terminó como subcampeona. Ahora, la Organización Nacional Indígena de Colombia espera consolidar este proyecto, que va más allá de las canchas.

Theo González Castaño
30 de julio de 2015 - 04:22 p. m.

 

A Luis Joaquín Uribe, Secretario General del resguardo indígena Yukpa, le tomaron 20 horas para llegar desde la parte alta de la Serranía del Perijá, que marca en el norte el limite entre Colombia y Venezuela, hasta Sincelejo.

Nunca antes esta travesía, en la que es necesario andar unas seis horas a lomo de burro y otras cuantas a pie o en buses intermunicipales, había sido tan amena para Uribe. Tenía un significado especial y por eso lo acompañaban Esneda Saavedra, segunda gobernadora del resguardo, y Marta Luz Restrepo Martínez, autoridad tradicional.

El equipo de fútbol representante de este pueblo participaría en el primer Campeonato Nacional Indígena de Fútbol. Era una valiosa oportunidad para alcanzar la visibilidad que venían pidiendo a gritos desde hace varios años, pues su tejido cultural poco a poco se ha ido destruyendo con la presencia en la serranía de grupos al margen de la ley y multinacionales que buscan hacerse con los recursos naturales que allí yacen.

Para Marta Luz, wikipip y yopoyopi, dos términos que en lengua tayrona significan fuerza y lucha, son las principales características del pueblo Yukpa. “Participamos en este campeonato indígena de fútbol naciente porque le apostamos a nuestra supervivencia, porque queremos que nuestro tejido cultural se mantenga vivo. Estamos invadidos por multinacionales como la Drumond, también por la guerrilla de las Farc y el Eln. Es triste pero nuestro hogar es para ellos un corredor estratégico de explotación comercial y narcotráfico”, relató Restrepo.

Junto al pueblo Yukpa, los equipos de los pueblos Ette Ennaka, Zenú, y Embera, arribaron el pasado mes de noviembre de 2014 hasta el estadio Arturo Cumplido Sierra de la capital sucreña. Algunos miembros de estos oncenos dejaron por un momento sus tradiciones y se vistieron con camisetas, pantalonetas y guayos, buscando el mismo objetivo, coronarse campeones de la zona macro norte de la Organización Nacional Indígena de Colombia, ONIC, y de esta manera alcanzar el cupo para la segunda fase, que se realizó el pasado febrero en Bogotá.

Si bien los campeones de esa zona fueron los zenúes, de los tres equipos restantes se escogieron algunos jugadores con condiciones destacadas para viajar a la capital colombiana y lo mismo ocurrió con las zonas macro de occidente, Amazonia, Orinoquia y centro. Bajo la observación de Carlos Alberto el Pibe Valderrama y el exfutbolista John el Pocillo Díaz, cuatro wayúus, tres emberas, cuatro zenúes, tres nazas, un sinkua, un kokama, un pijao y un uwa, fueron escogidos para integrar la selección de Colombia que participó recientemente en la Copa Americana de Pueblos Indígenas, que tuvo lugar en Chile y en la que el conjunto nacional alcanzó un destacado subcampeonato tras caer por la mínima diferencia ante Paraguay en la gran final.

Si bien la participación en territorio austral de los indígenas colombianos fue el reflejo de un torneo muy bien organizado, para Juan Pablo Gutiérrez, coordinador de la iniciativa, esta es una apuesta que va más allá del balón. “Fuimos a Chile con el mismo espíritu con el que comenzamos el campeonato acá en Colombia. Como una oportunidad para unir a los diferentes pueblos del continente y sobre todo a los jóvenes indígenas que le están apostando a la construcción de sociedades y de un país”, afirmó Gutiérrez al regreso del seleccionado nacional a territorio colombiano.

“Las comunidades indígenas de nuestro país han sufrido un quebrantamiento del tejido social y cultural. Por eso ha llegado la hora de que sean incluidas. Lo que proponemos es un nuevo modelo de paz a través del deporte en cada uno de sus territorios. Aquí estamos para reconstruir y compartir, no para competir”, dijo finalmente.

Por su parte, John Jairo Díaz, exjugador de Millonarios y director técnico del combinado tricolor indígena en la Copa América de Chile, se refirió al papel cumplido por sus dirigidos en ese evento. “Según la prensa chilena y los medios de comunicación que cubrieron la Copa, el mejor equipo del torneo fue Colombia, desde el primer partido hasta el último. Por eso creo que hay satisfacción, más no felicidad total porque creo que debimos haber ganado”.

Para Wílmer Cervantes, goleador colombiano en Chile con tres tantos, quedó demostrado que los jugadores indígenas tienen todas las condiciones para participar en los equipos profesionales del fútbol colombiano. “A los pocos que nos apoyaron en este proceso les damos gracias, y a los que no, les extendemos la invitación para que se unan a una gran causa”, agregó Cervantes, quien es miembro del pueblo Zenú y una de las figuras más destacadas del equipo nacional.

Por Theo González Castaño

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