José Manuel Rodríguez logró en 16 meses de trabajo llevar a la Universidad Autónoma del Caribe a tener un equipo en la primera división del Fútbol Profesional Colombiano. En tiempos en los que los equipos grandes que descienden sufren por volver a la A, otros grupos jóvenes como este, con nóminas cortas y presupuestos reducidos, logran dar el salto. “Esta es la respuesta a un trabajo que se hizo con un grupo de muchachos que encontré acá. Yo vi que había capacidad, trabajé tres meses con ellos y luego reforcé el equipo. La idea era clasificar dentro de los ocho, luego ganar el grupo y jugar una final. Eso lo superamos ganándole esa definición al Unión Magdalena en el primer semestre. Para este pensamos igual. Fuimos paso a paso, nos costó pero no nos resignamos y por eso logramos llegar hasta acá”, expresa Willy Rodríguez con felicidad.
Este técnico se destacó como goleador del Deportivo Cali hace dos décadas y luego comenzó su carrera como técnico en la escuela Boca Juniors de la ciudad azucarera. “Ahí comencé a dirigir. Aprendí mucho de esta labor y eso me llevó a trabajar en el América de Cali”, comenta el hoy campeón. Fue técnico también de la selección del Valle, hizo parte del cuerpo técnico del Atlético Bucaramanga y en donde más se consolidó y logró crecer fue en el Júnior de Barranquilla, cuando fue asistente técnico de José Cheché Hernández en el equipo campeón de 2010. “Ahí viví algo especial, la alegría del fútbol de la costa es muy bonita y lo que pude vivir con el título de Autónoma ahora fue parecido a lo que sentí como asistente en ese entonces”, asegura Willy, quien además es el orgulloso padre de Joao Rodríguez, uno de los jugadores con mayor proyección del fútbol colombiano, quien hace parte del Chelsea de Inglaterra y se destacó con la selección sub-17 en el más reciente Suramericano. “Él vio el partido por internet y creo que se debe sentir muy orgulloso de su padre, así como yo me he sentido de él cuando lo veo triunfando con la selección. Quisiera tenerlo aquí. Dios y mi familia son lo más importante para mí”.
Para Willy Rodríguez, lo fundamental para poder ser competitivos en la primera división será “mantener la base, la cual nos convierte en un equipo fuerte en conjunto. Tuvimos una individualidad que marcó diferencia en el primer semestre, que fue Martín Arzuaga, pero cuando se fue nos volvimos fuertes colectivamente”, destacó. A pesar de eso cree que será “reforzarnos con jugadores de recorrido que lleguen con la mentalidad no de defender la categoría, sino de clasificar al grupo de los ocho”.
A pesar de la ilusión de Autónoma por hacer parte de los mejores 18 equipos del país, el inconveniente es que ahora no tiene dónde jugar. Cuando actuaron de locales en la B, lo hicieron en el estadio Marcos Henríquez de Sabanalarga, Atlántico. El problema es que este escenario no cumple con los estándares mínimos que exige la Dimayor en la A. La salida era jugar en alguno de los estadios de Barranquilla: el Romelio Martínez o el Metropolitano. Sin embargo, el Júnior, que debía dar el aval para que llegara un nuevo equipo a jugar en su ciudad, no quiso. Esta misma situación le ocurrió a Alianza Petrolera el año pasado, cuando tras jugar en Guarne en la B, quiso actuar en Bucaramanga en la A, pero el Atlético Bucaramanga no aceptó. Así, pues, el primer reto de Autónoma en la primera categoría será encontrar un lugar para jugar.