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“Me veo campeón del mundo”

Robinho llega a Sudáfrica para completar la tarea que quedó inconclusa hace cuatro años en Alemania y no elude la responsabilidad del hexacampeonato que recae sobre Brasil.

Daniel Avellaneda / Johannesburgo
08 de junio de 2010 - 02:44 a. m.

Para llegar a Randburg, en las afueras de esta ciudad, hace falta algo más que las indicaciones de la española que comanda el GPS del vehículo en alquiler. Hay que tener pericia para manejar con el volante a la derecha. Pero después de un tiempo, todo se hace más fácil.

Entonces sólo resta seguir el mandato del navegador: “Y gire a la derecha y doble a la izquierda. Llegando a destino”. La bandera a cuadros tiene una meta: el Grand Park Hotel, un edificio con todas las comodidades, erguido en el medio de un barrio privado. A fin de cuentas, la concentración de Brasil, el pentacampeón del mundo, uno de los máximos candidatos a ganar el Mundial de Sudáfrica 2010.

En el interior del alojamiento, prolijamente decorado con alfombras persas, se escucha el bullicio de los enviados especiales brasileños. Algunos están sentados, otros parados. Las cámaras, encendidas. El jefe de prensa, Rodrigo Paiva, pide silencio. Las estrellas están por llegar.

Y el que guiña el ojo cómplice es Robinho, nada menos, una de las figuras del Scracht que conduce Dunga, el “10” que no es O Rei, pero se parece a Pelé. Por la sonrisa, por su juego exquisito, es una garantía con la pelota bajo su guayo.

Se divierte en la charla con el periodismo el delantero que volvió al Santos de su país después de recalar en Real Madrid, tras una inversión de 25 millones de euros, y el Manchester City de Inglaterra.

La primera imagen de Robson de Souza es una sonrisa que brilla tanto como el aro de diamante de su oreja derecha. La segunda, el pulgar arriba, el de “tudo bem”. La tercera es una respuesta a su compromiso con la camiseta verdeamarelha que estrenará el 15 de junio en este rincón de África ante Corea del Norte: “La responsabilidad que tengo con mi selección es muy grande, pero me gustan los grandes retos y estoy preparado para afrontarlos”.

“La Copa del Mundo es lo mejor que le puede pasar a cualquier jugador y no pienso desaprovecharlo. Mi deseo es ganar el título. Es lo que me da fuerza para encarar esta competición”, agrega una de las principales armas auriverdes.

¿Fue una buena decisión volver al Santos, a pesar de haber dejado el fútbol europeo, nada menos?

Creo que sí, que mi decisión fue acertada. Me quería preparar bien para la Copa del Mundo y en Santos conseguí la continuidad que me estaba faltando en la Liga Premier de Inglaterra.

Pero, ¿no considera que fue un paso atrás regresar a los 26 años? En general, los jugadores vuelven a su país de origen cuando más cerca están de retirarse...

El inglés es un fútbol difícil para el jugador brasileño, más allá de que pueda adaptarse. Tiene una característica donde prevalece la presión y la fricción. No me fue tan mal en el City, pero no podía tener la secuencia de partidos que necesitaba. Por eso volví al club donde nací futbolísticamente y en el que me siento muy bien.

¿Qué diferencia hay entre el Robinho versión 2006 y el de la actualidad?

Tengo más experiencia, soy más responsable. En los últimos años he adquirido muchas vivencias que me pueden servir para afrontar este Mundial. En 2006 no ganamos la Copa porque Francia se nos atravesó en el camino, pero ahora tenemos un equipo con muchas posibilidades de tener una revancha acá en Sudáfrica.

Ahora que es un jugador con mayor experiencia, ¿se siente un referente de la selección?

Los jugadores que hace tiempo estamos trabajando con esta selección debemos tener la voz cantante. Hemos hablado mucho con los futbolistas nuevos, los jóvenes. Y los hemos visto muy metidos, que es muy importante.

¿Y cómo ve al equipo?

Hace tiempo que estamos jugando juntos. Desde la eliminatoria y la Copa de las Confederaciones que se celebró un año atrás acá mismo y la que pudimos conseguir con un gran esfuerzo. Pero ahora nos tenemos que preparar con mayor énfasis. Nuestra meta es ganar el Mundial y no podemos apartarnos del objetivo grupal.


Mucho se habla de que Brasil cambió el estilo. Ya no abunda el “jogo bonito”...

Nosotros seguimos dando espectáculo con nuestras individualidades, pero también le agregamos un carácter guerrero, que es fundamental para lograr los objetivos.

¿No cree que debería mejorar en el aspecto defensivo? A pesar de haber mejorado en el tramo final de la eliminatoria suramericana, han recibido varios goles...

Es cierto, tenemos varios goles en contra. Sin embargo, debemos tener mucha paciencia para poder jugar a la pelota. Sabemos que tenemos una buena defensa, la mejor de los últimos tiempos.

¿Kaká es el mejor jugador del equipo?

Sin dudas. Tenemos jugadores con muy buena cintura. Y eso es una buena señal para lograr el rendimiento que el equipo necesita para poder sostener las aspiraciones en este Mundial.

¿Y qué opina del entrenador Dunga?

Es un técnico que nos brinda libertades, que no nos inhibe. Así como llegamos a la selección, siempre nos da consejos de lo que tenemos que hacer y existe una gran empatía.

Con una mano en el corazón, ¿cómo se ve al final del camino de Sudáfrica?

Me veo campeón del mundo. Me tengo mucha confianza. Ojalá podamos cumplir con nuestro sueño y el de todos nuestros compatriotas.

¿Robinho por Zlatan?

Antes de que el Santos lo transfiriera al Real Madrid, Robinho había confesado su deseo de fichar por el Barcelona cuando se le hiciera realidad el sueño europeo. Y ese deseo podría cumplírsele al delantero brasileño si prospera el negocio planteado por el Manchester City, club dueño de sus derechos.

Según publicó ayer la prensa catalana, los ingleses, quienes pagaron 42 millones de euros para llevárselo de España, pretenden canjearlo por el sueco Zlatan Ibrahimovic, quien llegó en el verano de 2009 al azulgrana (por 45 millones de euros y el pase de Samuel Eto’o al Inter de Milán) sin rendir lo esperado.

Robinho, quien regresó a su país este año para jugar cedido al Santos, ha manifestado el deseo de permanecer en el club paulista, pero el Barça aprovecharía la presencia del lateral derecho Daniel Alves en la concentración auriverde en Sudáfrica, para hacerlo cambiar de parecer y convertirlo en la segunda gran contratación de cara a la próxima temporada,  tras la del atacante español David Villa.

Por Daniel Avellaneda / Johannesburgo

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