Carlos Bacca y la nueva Colombia

El delantero del Sevilla, nombrado mejor jugador americano de la Liga, representa la pujanza de una generación que lidera James.

Rafael Pineda, El País
01 de noviembre de 2014 - 05:32 p. m.
Carlos Bacca, delantero del Sevilla. Foto: AFP
Carlos Bacca, delantero del Sevilla. Foto: AFP

La historia tiene esos guiños. Carlos Bacca (Puerto Colombia, 28 años) vive en Sevilla en la casa de Luis Fabiano. Inseparable junto a su mujer y sus dos hijas, un escudo del Sevilla, su actual equipo, aparece dibujado en la piscina que tiene en el jardín de su hogar. Luis Fabiano fue un mito en el Sevilla. Bacca también quiere serlo. Uno brasileño y el otro colombiano. Si Luis Fabiano representaba a un fútbol tan consolidado como el brasileño, Bacca emerge como una de las figuras del pujante fútbol colombiano. El delantero es feliz en el Sevilla, donde acaba de renovar su contrato hasta 2018. Tanto que, cuando llegan las vacaciones de Navidad, no se marcha a su querida Colombia. Se trae su familia hasta Andalucía. Siempre pegado a los suyos, Bacca agradece el apoyo que le dio su mujer cuando al inicio de su carrera las cosas no rodaron como él esperaba. Vender pescado y cobrar pasajes en el autobús que recorre la línea entre Barranquilla y Puerto Colombia fueron algunas de sus ocupaciones mientras se hacía con un lugar en el fútbol de élite.

Ahora su estado de satisfacción también obedece a que su rendimiento es reconocido en España. Y no solo en el Sevilla. Sus compañeros de profesión le han nombrado el mejor jugador americano de la pasada temporada, en una votación en que participan los capitanes de cada equipo. Fue elegido por delante de dos figuras como Di María y Neymar. En su primera temporada en la Liga marcó 21 goles y ganó la Liga Europa. Llegó a Europa en 2011, al Brujas. Ahora es un delantero hecho, con siete goles ya en esta Liga en que el Sevilla es colíder junto al Barcelona.

Bacca, al que le costó mucho triunfar, se enciende cuando se le habla de la selección de Colombia. “Me pilló muy pequeño, pero sé lo que significaron para mi país jugadores como Valderrama, Rincón, Aristizábal, Higuita, Valencia y Asprilla. Creo que hemos recogido un poco ese testigo”, afirma Bacca, uno de los grandes delanteros de esta generación de colombianos que asombró en el Mundial de Brasil. Primero porque lograron la clasificación para una fase final después de 16 años de ausencia y después por su fútbol y su clasificación para los cuartos, el mejor resultado de su historia. Quizás James (con seis goles en Brasil) y Falcao sean los jugadores más emblemáticos de este grupo, pero buenos jugadores hay a destajo: Ospina, Zapata, Armero, Guarín, Cuadrado, Quintero, Ibarbo, Jackson Martínez, Teo Gutiérrez y el propio Bacca constituyen la base de esta nueva Colombia. Una familia dentro y fuera del campo. “Siempre estamos en contacto y muy unidos”, resalta Bacca, a quien le molestó que este verano se insinuase una mala relación con su amigo James.

Colombia es una hermandad, un sólido grupo que no pierde el contacto. También se observó en la eliminatoria de cuartos de la Liga Europa entre Sevilla y Oporto. Bacca y Jackson Martínez confraternizaron, como James y el sevillista en la pasada final de la Supercopa de Europa entre Sevilla y Real Madrid.

Esta nueva generación de oro de Colombia no es fruto de la casualidad. Muchos de sus componentes coincidieron en los equipos sub-17 y sub-20. Por ejemplo, la Colombia liderada por James llegó a cuartos del Mundial sub-20 celebrado en el propio país. Junto a James, lucen futbolistas como Muriel, Quiñones y Jaison Murillo. Este último en las filas del Granada. Ese trabajo desde la base ha sido muy bien aprovechado en la absoluta por el argentino José Pékerman, otras de las claves de la gran competitividad del fútbol colombiano en la actualidad. Algunos analistas apuntan también a la presencia de un seleccionador extranjero como clave para este repunte, dadas las relaciones viciadas en ocasiones de los técnicos con los futbolistas.

Pékerman, seleccionador de Colombia desde enero de 2012, es el primer técnico de fuera del país desde precisamente otro argentino, Carlos Bilardo (1980-81). En ese paréntesis de 31 años, Colombia vivió 18 cambios de seleccionadores (Maturana se sentó en el banquillo en cuatro etapas diferentes).

Es 2011, cuando el talento de Colombia explota. Falcao se proclama máximo goleador de la Liga Europa con el Oporto, logrando el título, junto a James. El hoy madridista es un auténtico prodigio, pues debuta con 14 años en categoría profesional en Colombia y con 18 es el extranjero más joven en lograr el título en la Liga argentina, el Apertura con Banfield en diciembre de 2009. En 2011 Jackson Martínez suple a Falcao en el Oporto, Zapata firma por el Villarreal, Guarín por el Inter y el propio Bacca por el Brujas. Los jóvenes y talentosos colombianos están preparados para competir al máximo nivel. Sus traspasos han movido cientos de millones de en el mercado. Son la nueva Colombia.

Por Rafael Pineda, El País

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