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“Estoy intranquilo, no me fue bien. Uno como delantero tiene estos días, a veces tienes cinco opciones y las metes todas, otras veces tienes cinco y las erras, eso pasa”, dijo Carlos Bacca, que a pesar de que tuvo una tarde difícil en Barranquilla salió sonriente. La victoria de la selección de Colombia vale más que el rendimiento individual. Y claro. Así se los ha enseñado José Pékerman, primero el bien del grupo sobre el individual.
Pero lo de Carlos Bacca este jueves fue de no creer. El goleador del Milan en la última temporada y quien inició con buen pie su andar en la segunda campaña en la Serie A italiana, tuvo una tarde para el olvido en el estadio Metropolitano. No pudo contra la portería venezolana. Se le cerró. Sus celebraciones en el estadio que lo vio establecerse como goleador quedarán para una próxima oportunidad.
Fueron cuatro opciones claras de gol las que tuvo el delantero del combinado nacional. Cuatro aproximaciones que lo dejaron con el grito de gol atragantado. Apenas podía ver para el cielo y preguntarse: ¿Por qué?, hace mucho tiempo no se le veía así. Son rachas, claro está. Pero Bacca parecía que estaba blindado de esas rachas. En la última fecha eliminatoria fue clave. Marcó tres de los seis goles contra Bolivia y Ecuador. Lo de esta tarde fue una mala tarde.
La primera fue increíble. Un pase errado atrás de Vizcarrondo, el delantero quedó solo frente a Daniel Hernández y se enredó. No pudo tocarle el balón a un lado al arquero venezolano, que tuvo una rápida reacción y al final Hernández se quedó con el balón. Apenas iniciaba la tarde. El reloj marcaba los siete minutos. En el primer tiempo, aunque no apareció, lo terminó bien. Aprovechó la mala salida de Wilkert Ángel, se quedó con el balón, habilitó a James y gol. 1-0 para el combinado nacional.
Todo parecía indicar que esa ocasión había quedado en el pasado. Pero lejos estaba de eso. Después de los 60 minutos, Colombia tomó el control del partido. James y Macnelly se adueñaron de la mitad de la cancha se comenzaron a generar opciones. Al 73 Macnelly lo habilitó. Una pelota profunda y Bacca quedó nuevamente solo frente a Hernández, pero esta vez su remate fue al cuerpo del arquero, quien atajó sin problemas. Segundo grito de gol ahogado. Minutos más tarde, Torres y Cuadrado se juntaron, el jugador de la ‘Juve’ metió un pase atrás y al delantero, que tenía que poner el pie para empujar el balón y marcar el segundo del partido, el esférico le pasó dentro de las piernas.
No era la tarde de Bacca. Nada le salía. Incluso, al minuto 80 cobró el primer penal del partido. Su derechazo se fue al palo derecho de Hernández, quien logró atajar el balón. Su mirada se clavó en el suelo y sus brazos se fueron a la cintura. Fue su última acción en el partido. Un minuto más tarde Macnelly anotó y Pékerman lo cambió por Roger Martínez. Fue una tarde amarga en lo personal, pero alegre en el resultado en lo colectivo. “Es una alegría el triunfo, porque le ganamos a Venezuela y hace mucho tiempo que no lo hacíamos. Hay que seguir así, en la senda de la victoria”, indicó.