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Cinco hechos relevantes que dejó la Euro 2016

El torneo que se llevó a cabo en Francia registró 108 goles en 51 partidos, el último de ellos la final entre Francia y Portugal que supuso el primer título internacional de la historia del fútbol luso.

Agencias
11 de julio de 2016 - 09:55 p. m.
Cristiano Ronaldo, delantero de Portugal. Foto: AFP
Cristiano Ronaldo, delantero de Portugal. Foto: AFP

Portugal ganó por primera vez en su historia un torneo grande. De la mano de Cristiano Ronaldo el seleccionado luso se coronó campeón de una Euro. Durante el mes de competencia este campeonato dejó varios hechos para resaltar. Desde la violencia de los primeros días protagonizada por rusos, húngaros e ingleses hasta ciclos finalizados, el más notorio el de España. Estos son los hechos para resaltar del torneo más importante de selecciones en Europa.

Las decepciones

Tal vez fue Pogba el jugador de quien se esperaba mucho más. Antes del inicio del torneo, era uno de los jugadores a seguir. Después de un mes de torneo, el jugador de la Juventus probablemente perdió valor en el mercado. Esa es una de las conclusiones de un jugador cuya presencia en la mayoría de los partidos fue prácticamente insustancial. Salvo algún pequeño destello, las actuaciones en la Eurocopa de Pogba no pasarán al recuerdo.

Algo similar pasó con Ibrahimovic en Suecia, pero salvando las distancias. El delantero escandinavo no tenía que demostrar nada, todo el mundo sabe que es un jugador de primera línea y con 34 años solo quería despedirse de la selección llegando lejos en el torneo. Sin embargo, Ibra pasó sin pena ni gloria por la Eurocopa, no marcó ningún gol y su selección cayó eliminada en la fase de grupos.

Pogba e Ibrahimovic no fueron los únicos que decepcionaron. En Alemania se estrelló Thomas Müller. El delantero germano fue incapaz de marcar un solo gol en los seis partidos que disputó. No falló en ninguno, su entrenador, Joachim Löw, confió en él hasta el final, pero el jugador del Bayern Múnich no logró marcar. Ni siquiera en la tanda de penaltis ante Italia de cuartos. Ahí, también falló.

Por Inglaterra, que sólo llegó hasta octavos, esperaba un rendimiento más óptimo de dos hombres: el portero Joe Hart y el delantero Harry Keane. El primero no tuvo su Eurocopa en una posición en la que siempre hay debate en su país. Contra Islandia y Gales pudo hacer mucho más y fue señalado, mientras que su compañero, máximo goleador de la Premier con el Tottenham (24 dianas), no vio portería. Su pólvora, se secó.

En otras selecciones menores sus aficionados también se tiraron de los pelos con las actuaciones de Tomas Rosicky (República Checa). Arda Turan (Turquía), Yevhen Konoplyanka y Andriy Yarmolenko (Ucrania) mientras que en otra más importante, España, Sergio Ramos no rindió al nivel esperado y fue señalado por muchos por aquel penalti que falló ante Croacia que podría haber clasificado al equipo de Del Bosque en mejor posición para octavos de final.

Las sorpresas

La Eurocopa dejó a unos cuantos triunfadores más esperados y a otros más sorprendentes. En el segundo campo, sobresale el central de Francia Samuel Umtiti y el centrocampista portugués Renato Sanches. El primero tuvo actuaciones destacadas frente a Islandia, Alemania y en menor medida ante Portugal.

Mientras que Sanches fue una grata sorpresa en el equipo de Fernando Santos. Su presencia en el centro del campo luso dio fuerza y llegada a un equipo que, por momentos, carecía de sorpresa. Su gol a Polonia en cuartos mantuvo con vida a Portugal. Eso sí, aún tiene que perfeccionar muchas cosas. Y, en la final, no rindió.
En Alemania también jugará Emre Mor, otro joven que enamoró con Turquía en el último partido de la fase de grupos que jugó contra la República Checa. El Dortmund podrá pulir a un jugador habilidoso, rápido y con desparpajo con mucho futuro por delante. El resto de triunfadores no fueron tan sorprendes. En el fondo, hicieron lo que se esperaba de ellos.

Es el caso de Gareth Bale, que condujo a la sorprendente Gales hasta las semifinales; o el de Antoine Griezmann, que se quedó sin título pero marcó seis goles y fue la Bota de Oro del torneo; o el de Cristiano, que aunque fue irregular, apareció justo cuando Portugal le necesitaba; o el de Pepe y Bonucci, los mejores defensas del torneo. Todos, junto a las sorpresas, fueron los triunfadores de la Eurocopa.

Un campeón inédito

Portugal, gracias a su capacidad para sobrevivir a las adversidades, se proclamó campeón de la Euro ante Francia, que falló cuando lo tenía todo a favor. La derrota, por un gol en la prórroga de Éder, un jugador carne de banquillo que jamás pensó en ser el gran protagonista del torneo, es un duro palo para una selección francesa que no tuvo recursos siquiera cuando Portugal se quedó sin Cristiano Ronaldo, por dos duras entradas de Dimitri Payet nada más comenzar la final.

El equipo de Didier Deschamps no ofreció en todo el torneo más que coraje y partido y medio bueno; contra Islandia en cuartos y la segunda mitad ante Alemania, en semifinales.

Funcionó mientras lo hizo Antoine Griezmann, máximo goleador (6 goles), pero el delantero del Atlético falló en el momento crucial y perdió su segunda gran final en dos meses, tras dejarse la Liga de Campeones antes de venir a Francia. La gran ausencia en los "bleus", no obstante, fue Paul Pogba, que con categoría de estrella pasó por la Euro como un fantasma.

Portugal sí contó con Ronaldo en dos momentos clave, la clasificación a octavos y la semifinal, pero ni el juego del madridista ni el de la propia selección lusa quedará para el recuerdo.

Porque, por más que se ponga en cuestión el modelo y que se haya demostrado que un mes de competición y 24 selecciones es excesivo, la culpa del mediocre nivel exhibido no fue de los modestos, sino de los grandes conjuntos nacionales, que no estuvieron al nivel esperado. No fueron Albania, Islandia o Gales los que fallaron, sino equipos como España, Inglaterra o Bélgica.

Los técnicos que se fueron

La Eurocopa de Francia marcó el final de la etapa de Vicente del Bosque al frente de la selección española, de Roy Hodgson con la inglesa, de Antonio Conte en Italia y de Leonid Slutsky al frente de Rusia, entre otros.

Después de ocho años en el cargo, Del Bosque había enviado mensajes antes del torneo de que era el momento de dejarlo, pero no había sido tajante. Tampoco lo fue cuando la selección española fue eliminada en octavos de final por Italia. Pospuso su decisión a una conversación con el presidente de la Federación Española, Ángel Villar, y a éste le comunicó que no iba a seguir hasta el Mundial de Rusia. Fue una salida extraña. Cerró en falso la etapa más gloriosa de La Roja.

Roy Hodgson no esperó, siquiera, a llegar al Reino Unido. En la misma sala de prensa del Allianz-Riviera de Niza, el veterano técnico británico leyó un comunicado informando de su renuncia, sin admitir preguntas. Mientras la federación inglesa busca un sustituto -lo que no está siendo fácil- el debate se extiende a cuál debe ser su modelo y qué jugador puede liderar a la que se presupone una futura generación de oro.

La renuncia de Leonid Slutsky complica el futuro de la selección de Rusia. Slutsky, un entrenador joven, conocedor del fútbol ruso, parecía el hombre ideal tras la fracasada etapa de Fabio Capello, pero su equipo fue una de las grandes decepciones. El próximo anfitrión del Mundial no ofreció nada más reseñable que la violencia de unos ultras que se han convertido en un problema, a dos años vista del Mundial.

Antonio Conte, al contrario, fue despedido con honores, por la afición italiana y por unos jugadores que recuperaron la confianza en sus posibilidades gracias a su seleccionador. Convencido de que su selección andaba muy justa de talento, Conte recurrió a la parte emocional, al automatismo de esquemas defensivos y ofensivos y a una solidaridad que hizo que cada jugador italiano supiese en cada momento qué tenía que hacer sobre el terreno de juego.

También tuvo una dulce despedida el entrenador sueco Lars Lagerbäck, que deja Islandia en manos de Heimir Hallgrimsson, el otro inquilino del banquillo vikingo.

Las curiosidades

Camisetas suizas

En el partido de la fase de grupos entre Francia y Suiza, cinco camisetas del conjunto helvético terminaron hachas jirones.
Granit Xhaka lució torso hasta en dos ocasiones con una sonrisa estupefacta, mientras que sus compañeros Mehmedi, Dzemaili y Embolo también tuvieron que reemplazar sus camisetas con desgarros o agujeros. La estrella suiza, Xherdan Shaqiri, confió en que "Puma no haga condones" mientras que el fabricante alemán de equipamiento deportivo argumentó que las camisetas provenían de un lote de tejidos cuyos hilos se deterioraron en el proceso de producción.

Cántico vikingo

Islandia, un país de 330.000 habitantes que llegó hasta los cuartos de final, fue la revelación de la Eurocopa. Además, sus aficionados popularizaron un grito seco y gutural con el que atemorizan a los rivales de sus jugadores y que copiaron otras aficiones como la francesa.

Primero suenan dos golpes en un tambor de guerra. Acto seguido, los hinchas rugen "¡uh!" al tiempo que dan una palmada. Permanecen en silencio unos interminables segundos con los brazos en alto y vuelve a sonar el tambor. "¡Uh!". Y de nuevo el silencio, y de nuevo la palmada, con una frecuencia cada vez mayor.

Bengalas

El principio de la Eurocopa estuvo marcado por los enfrentamientos violentos entre hinchas ingleses y hooligans rusos y también por la aparición de alguna bengalas en los estadios o zonas de hinchas. Como el aficionado francés de origen albanés que logró introducir en la "fan zone" de Niza uno de esos elementos pirotécnicos escondido en el recto. Medía 18 centímetros de largo y 4 de diámetro, y logró herirse a sí mismo y a otras dos personas.

Polillas

La noche antes de la final olvidaron apagar las luces del Estadio de Francia y durante el gran duelo entre galos y lusos el campo vivió una invasión de polillas. Se recordará uno de esos insectos revoloteando junto a los ojos de Cristiano Ronaldo cuando la estrella portuguesa lloraba al tener que retirarse lesionado en el minuto 25.

Por Agencias

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