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En el minuto 57, este miércoles en el San Siro de Milán, un remate de Riccardo Montolivo le pegó en la mano al defensa colombiano Cristian Zapata y éste realizó acaso la mejor asistencia de su carrera para que Kevin Prince Boateng anotara el primer gol en el triunfo del club italiano 2-0 sobre el Barcelona, en el juego de ida de los octavos de final de la Champions League.
Las noticias no son positivas desde ningún ángulo para los hinchas del club español. Primero porque ayer el equipo no practicó el fútbol ni el estilo que lo tiene como líder de la liga española. Y segundo porque desde que en competiciones europeas el gol de visitante es decisivo, Barcelona nunca ha remontado un 2-0 en contra. Además, de 31 partidos en los que el Milan ha comenzado ganando 2-0 en el juego de ida, sólo dos veces no ha accedido a la siguiente ronda.
Tampoco son buenas noticias para los hinchas españoles en general, que cierran con este resultado en San Siro un mal balance en la ida de los octavos de la Champions, donde sus cuatro equipos están contra las cuerdas, con tres derrotas (además de la del Barça, el Valencia perdió en casa 2-1 con el París Saint-Germain y el Málaga 1-0 en Oporto) y un empate en casa, el conseguido por el Real Madrid ante el Manchester United.
En Milan, ayer, la gente festejó como si fuera un título. Primero porque, como dijo el técnico Massimiliano Allegri, toda la semana lo trataron como a un perdedor, como a la víctima antes de ser atacado. También porque la nómina del Barcelona triplicaba en minutos jugados en Champions League a la del club italiano. Y porque los aficionados italianos empiezan a sacudirse de las polémicas de los cuartos de final de la edición pasada entre ambos clubes, instancia en la que un penalti cobrado por Messi decidió que en gran parte el Barcelona accediera a semifinales contra el Chelsea inglés, que luego sería campeón.
Luego del primero gol, cuya asistencia inocente estuvo a cargo de Cristian Zapata, el Barcelona buscó el empate, pero no lució sereno como siempre para romper líneas, generar espacios, despistar marcas, ni nada. No hizo méritos y el Milan, en cambio, fue paciente, no se ruborizó cuando debió rechazar el balón. Pero tampoco dudó para aprovechar errores defensivos del rival como el del minuto 81, cuando otro ghanés, Sulley Muntari, puso el 2-0 final.
El 12 de marzo se volverán a medir en el Camp Nou. La serie, sin embargo, está muy inclinada hacia el club italiano, en cuyo banco estuvo ayer el también colombiano Mario Alberto Yepes.