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Daniel ya no es travieso

Santa Fe y Millonarios se cruzarán en un nuevo clásico capitalino. Torres será titular con los albirrojos.

Luis Guillermo Montenegro
22 de febrero de 2014 - 02:46 a. m.
Daniel Torres celebrando su primer gol como profesional.  Gustavo Torrijos
Daniel Torres celebrando su primer gol como profesional. Gustavo Torrijos

Su papá le inculcó el amor por el fútbol. Por todos lados le vendía el deporte como la mejor opción de vida. Él dirigía equipos en Cáqueza, Cundinamarca, y por eso siempre se preocupó por hacer de su hijo un gran profesional. “Me gustaba este deporte, pero no tanto como a él, sin embargo, poco a poco me comenzó a parecer una buena opción, así que nació el amor y la pasión por este deporte”, cuenta Daniel Torres, quien por ese entonces empezó a entrenar con las divisiones inferiores de Santa Fe.

Su madre fue la encargada de apoyar económica y anímicamente a su hijo, quien debía hacer largos trayectos todos los días desde Cáqueza hasta Bogotá para entrenar. En la cancha Daniel marcaba diferencia y eso hizo que se convirtiera en una de las joyas de la cantera cardenal, no obstante, en 2007 por poco pone punto final a su sueño de ser futbolista. Su mamá estaba pasando por un momento complicado, así que ya en 2007, cuando se había graduado del colegio y tenía tiempo disponible, decidió comenzar a ayudarle a atender una tienda que ella tenía. “Pensaba que no había más fútbol en mi vida”, le cuenta Daniel a El Espectador.

Cuando apenas sumaba unos meses de trabajo llegó un cliente ilustre a su tienda, se trataba de Arturo Leiva, quien había sido técnico suyo en las inferiores de Santa Fe. Le dijo que lo quería tener en el Juventud Soacha de la B, que dejara el trabajo y se fuera con él a seguir su sueño de ser futbolista. “Él logró que me llevaran a una casa-hogar en Bogotá. Esa fue la decisión más importante de mi vida”, destaca Torres, quien un año después debutó en primera división con Santa Fe. “Si no hubiese sido por Leyva, no hubiera vuelto al fútbol”.

Tras jugar tres años con Santa Fe y lograr un título de Copa Postobón, llegó a Atlético Nacional. En Medellín las expectativas fueron altas, pero se desvió del camino y su familia se desbarató de un momento a otro. “En lo futbolístico fue una buena experiencia, jugué varios partidos y me había logrado acomodar al equipo, pero en lo personal fue un desierto total”. Su esposa y su hija se habían alejado de él, así que se refugió en el licor y la rumba, y eso hizo que entrara en “un agujero negro”, como él mismo lo explica. La indisciplina le cerró las puertas en el club verdolaga y por eso se vio obligado a regresar a Santa Fe. El presidente César Pastrana apostó por él y le dio la oportunidad de volver a jugar.

Al regresar a Bogotá su vida cambió porque se dio cuenta de los errores que había cometido, escogió una nueva forma de vivir y eso le devolvió a su familia y el talento que parecía haber perdido. “Si uno en realidad pone las cosas en su vida en orden, Dios le da a uno honra y exaltación. Es gracias a Él que ahora todo es diferente. Futbolistas buenos hay muchos, pero talentosos y buenas personas no son tantos. Me enfoco sobre todo en eso. Si uno tiene las cosas en manos de Dios no tiene pierde”, acepta quien es considerado hoy por hoy como una de las grandes figuras de este Independiente Santa Fe que ha comenzado 2014 de una manera extraordinaria: líder invicto del fútbol colombiano y de su grupo en la Copa Libertadores.

Para el clásico frente a Millonarios, el cual se jugará este sábado desde las 5:00 p.m. (por RCN), Daniel Torres será titular con Independiente Santa Fe y precisamente por su formación en el cuadro cardenal este es de los juegos más especiales para él, frente al máximo rival, al que siempre se le quiere ganar. “Es el partido que todos quieren jugar, son juegos totalmente diferentes. Amo mucho a Santa fe, así que el hecho de jugar contra Millonarios es bueno para mí. No va a ser fácil, pero con la fe y la disposición de este grupo lo vamos a sacar adelante, sería una gran felicidad y un gran paso para acercarnos a la clasificación”, afirma un emocionado Torres.

Su sueño de selección
Tras los buenos partidos que ha hecho Daniel con Santa Fe, su nombre ha sido relacionado con la selección de Colombia, sin embargo, él acepta que aunque ese es un anhelo suyo, “Pékerman tiene una base, con la que logró clasificar al Mundial y seguramente con ella se la jugará hasta el final”, claro que destaca que su idea es seguir destacándose en la cancha para “poner a dudar al técnico. Si Dios quiere que juegue el Mundial, así será, por eso estoy tranquilo. Si no es ahora estoy seguro de que en algún momento me pondré la camiseta de la selección”.

lmontenegro@elespectador.com

@luisguimonte

Por Luis Guillermo Montenegro

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