"Decían que no podía dar tanto como Falcao"

El colombiano es el último gran producto de la amplia red de ojeadores del equipo luso, que ayer cayó 2-1 con el Atlético por la Champions, justamente con gol de ‘Chachachá’.

Ladislao J. Moñino / El País, Oporto
02 de octubre de 2013 - 01:28 a. m.
El chocoano celebra el tanto que ayer le marcó al Atlético de Madrid, en la Champions. / EFE
El chocoano celebra el tanto que ayer le marcó al Atlético de Madrid, en la Champions. / EFE
Foto: EFE - JOSE COELHO

En Portugal se llevaron las manos a la cabeza cuando la temporada pasada el Oporto anunció el fichaje de Jackson Martínez por nueve millones de euros y que le imponía una cláusula de rescisión de 40 millones. Procedía del Jaguares de Chiapas, mexicano; antes había jugado en el Independiente Medellín y apenas se sabía de él que su apodo era Chachachá porque su padre, también futbolista, cada vez que marcaba un gol bailaba una danza latina bautizada con esas tres sílabas. Fue descubierto por la amplia red de ojeadores que la entidad tiene distribuida por todo el mundo.

En su estreno despejó dudas al marcar el gol que le valió la Supercopa portuguesa ante el Paços Ferreira, dirigido por Pedro Manuel Fonseca, ahora su entrenador. Su explosión definitiva llegó con un gol al Sporting de Lisboa tras controlar un balón largo con el muslo y embocarlo de tacón sin dejarlo caer en la portería de Rui Patricio. Los 31 goles con los que cerró el año superaron la marca de Falcao en su primera temporada en Oporto y Martínez se reivindicó: “Decían que no podía dar tanto como Falcao”.

Con todo, José Pékerman, seleccionador colombiano, no acaba de entregarle la titularidad indiscutible. En esta campaña lleva cinco tantos en seis partidos de Liga, logrados de manera consecutiva en las primeras cinco jornadas. Ayer, en la Champions, anotó el tanto con el que su equipo perdió 2-1 con el Atlético. Las comparaciones constantes con su compatriota y actual delantero del Mónaco no le agradan. Lo que más tienen en común son sus fuertes creencias religiosas.

Jackson ha compuesto la letra y la música de dos raps evangélicos titulados Gracias Dios y Dicen que. Tan potente como Falcao en el salto por su poderoso tren inferior, pero más corpulento (1,88), maneja las dos piernas y le gusta el roce con los centrales cuando juega de espaldas. No discute, sin embargo, que “Falcao y Freddy Guarín abrieron las puertas del Oporto a otros colombianos”. El mediapunta Juan Fernando Quintero fue el último en llegar.

En Oporto aseguran que la renovación de Jackson Martínez se producirá después del partido de ayer ante el Atlético, coincidiendo con su cumpleaños, y que el precio de su libertad ascenderá a 60 millones. Su fichaje fue uno más de ese plan trienal que marca la política deportiva de los Dragones con los jugadores que consideran que pueden ser rentabilizados, primero deportiva y después económicamente. El primer año suele ser de asentamiento, el segundo de revalorización y el tercero el de la consagración previa a un traspaso millonario.

Jackson es el último ejemplo del club con una capacidad asombrosa para renovarse mediante esos planes trienales y seguir siendo competitivo pese a su condición de entidad vendedora. El Oporto, con su eterno presidente Pinto da Costa al frente, al que los hinchas portistas denominan El Papa, se ha ganado la etiqueta de ser el equipo que mejor compra y vende de todo el fútbol europeo.

En la última década sus ventas rozan los 600 millones. La nómina de traspasos es amplia y jugosa: Carvalho, Paulo Ferreira, Deco, Quaresma, Pepe, Anderson, Hulk, Falcao, Moutinho y James Rodríguez.

A la sombra de Pinto da Costa trabaja un hombre al que sitúan ya como su sustituto cuando decida abandonar la presidencia. Su nombre es Antero Henrique y ha pasado por diversos estamentos del club hasta alcanzar la dirección general. Él diseñó esa red de 250 ojeadores repartida por todo el mundo que buscan por igual dos tipos de futbolistas: los que pueden ser titulares y los que denominan emergentes. Estos últimos pueden estar el primer año sin apenas jugar, pero se les prepara para cuando el titular de turno sea vendido. Es el caso del belga Defour, que ha ocupado el puesto de Moutinho. A Quintero se le prepara para que ocupe el vacío en el juego creativo que dejó James Rodríguez.

Antero Henrique fue primero animador de juegos del club, después coordinó la revista Dragoes, pasó por la dirección de comunicación y luego por la de relaciones externas. “La diferencia la marcamos con los ojeadores”, ha confesado en France Football, que le señaló recientemente como el mejor fichador del fútbol europeo.

 

Por Ladislao J. Moñino / El País, Oporto

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