Fue emblema de la selección de Paraguay. Salvador Cabañas era el líder del combinado guaraní previo al Mundial de Sudáfrica 2010. Era un goleador nato. Todo balón que tocaba parecía tener un destino único: la red contraria. Pero su vida cambió. En enero de 2010 sufrió un ataque con arma de fuego en un bar de México. Fue baleado en la cabeza. Ese atentado truncó su carrera como futbolista.
Ahora, en un encuentro realizado en España para juntar fondos para ayudarlo, Cabañas visitó Madrid y habló con el programa El Día Después, del canal Movistar+, donde reveló detalles del ataque. “Se acercó, me chocó y empezó a insultarme. Me dijo que le estaba robando a México. Sacó el arma y me apuntó. Le respondí: ‘No tengo miedo’ mientras él temblaba con la pistola en la mano. Fue ahí cuando me amenazó: ‘pide tu último deseo que te voy a disparar’”, recordó el paraguayo, quien en ese momento le contestó “porque estás temblando, si eres un asesino. Dispara si vas a disparar”. Y lo hizo. La bala quedó alojada en la parte trasera de su cabeza.
La fortaleza que lo caracterizó lo salvó de la muerte. Cabañas luchó y se aferró a la vida. Ni una bala en la cabeza pudo vencerlo. Pero no todo quedó allí. Su pareja y su representante retiraron todo el dinero que tenía ahorrado. “Se perdió muchísimo dinero. Cuando estaba mal sacaron el dinero que tenía en el banco, vaciaron la cuenta”, señaló el paraguayo, quien tuvo que salir a ayudar a sus padres a vender pan para poder vivir. “Voy a salir adelante”, repitió en una entrevista en 2014. “A medida que pasa el tiempo me voy dando cuenta de muchas cosas”, observa Cabañas al aludir a presuntos manejos turbios de su ex representante José González y de su propia ex pareja. “Hasta el abogado se vendió a ellos”, dijo.
A pesar de lo sucedido, Cabañas no guarda rencor. Han pasado seis años y nueve meses de esa agresión y el exdelantero guaraní perdonó. “No tengo ningún problema. Me truncó la vida como futbolista pero también me pregunto ¿Qué hacía en una discoteca a esas horas?, me arrepiento de eso, de estar allí”, dice. “Voy a luchar por mi vida para estar bien”, finalizó ‘el mariscal’, quien nunca bajará los brazos.