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El cuento de Téofilo Gutiérrez

El atacante apenas ha podido marcar tres goles y sus compañeros no lo quieren mucho.

Daniel Avellaneda, Argentina
09 de diciembre de 2013 - 02:00 a. m.
En el Torneo Inicial, que se transformó en una de las peores campañas de River, Teófilo Gutiérrez apenas marcó un gol, justamente, en su debut. /  EFE
En el Torneo Inicial, que se transformó en una de las peores campañas de River, Teófilo Gutiérrez apenas marcó un gol, justamente, en su debut. / EFE
Foto: EFE - Alejandro Santa Cruz

El sueño del pibe, aquel que acunó en el barrio La Chinita entre pandillas, parecía cumplido para Teófilo Gutiérrez. Aunque se haya criado en Barranquilla y vestido la camiseta del Júnior, el goleador colombiano declaró su amor por River Plate. Y cuando en junio estuvo con la selección de José Pékerman en Buenos Aires para disputar el partido ante Argentina por las eliminatorias, le dijo al presidente Daniel Passarella que su deseo era poder gritar un gol en el Monumental. Movió cielo y tierra, entonces, el club argentino. Y su salida del Cruz Azul tuvo ribetes de novela, incluso dejando a mexicanos despechados como novias abandonadas en el altar. Sin embargo, en apenas un puñado de meses, ya es posible decir que los ‘millonarios’ fueron víctimas de ‘El Cuento del Teo’.

Se dejaron engañar por los antecedentes goleadores del polémico atacante de 28 años, que llegó con cartel de figura al coloso de la banda roja sobre el pecho blanco y estuvo lejos de cumplir con las expectativas. En el Torneo Inicial, que se transformó en una de las peores campañas de River, apenas marcó un gol, justamente, en su debut, pero el equipo perdió 2 a 1 con Colón de Santa Fe. En la Copa Sudamericana metió dos, uno en la victoria 2 a 0 ante Liga de Loja en los octavos de final y otro en la derrota 3 a 1 frente a Lanús, que eliminó al equipo millonario en su propio estadio. Y no son pocos los que hacen cuentas macabras. Porque la inversión del equipo argentino —apoyado por un grupo inversor— fue demasiado alta: 3’250.000 dólares por su pase. Entonces, es posible decir que cada gol del colombiano le costó a River 1’083.333 dólares. Mucho dinero para tan poco recíproca contraprestación.

Gutiérrez nunca logró hacer pie en los 15 partidos que jugó, 11 por el campeonato local y 4 por la Copa Sudamericana. Nunca tuvo un pico en su rendimiento y pocas veces se internó en la jungla del área. A fin de cuentas, a Teo lo trajeron para hacer goles. Eso le reclamó en más de una oportunidad Ramón Díaz, quien fuera un extraordinario goleador en sus buenos viejos tiempos, con más de 240 gritos a lo largo de una carrera que lo impulsó, precisamente, como ídolo del club de Núñez. “Ya lo voy a convencer a Teo”, dijo el Pelado en más de una conferencia de prensa. Sin embargo, el mensaje nunca le bajó al costeño, que compulsivamente retrocedía para hacerse cargo de la pelota. Está claro que a Teo, por lo visto en esta etapa, le queda mejor el traje de media punta y no se siente cómodo como centrodelantero neto. El entrenador riojano, después de tanto insistir, terminó apostando por algunos juveniles (Giovanni Simeone, el hijo del Cholo, Federico Andrada y Sebastián Driussi) como referencia, liberando de la responsabilidad del gol a Gutiérrez, a quien le falta “su” Falcao en River.

Teo, entonces, no funcionó dentro de la cancha, y fuera de ella, tampoco. “Esperemos que no traiga una pistola”, bromeó un referente cuando el pase del delantero era inminente. Claro, a Gutiérrez lo había condenado su intempestiva salida de Racing Club, cuando después de ser expulsado en el clásico con Independiente, fue agredido por Sebastián Saja y Lucas Aveldaño y, cuentan los testigos, blandió un arma en medio del vestuario. Nunca pudo adaptarse completamente a River. Tuvo un cruce con Leonardo Ponzio, el capitán del equipo, más allá de que ahora está relegado por Ramón Díaz. De un carácter muy particular, aseguran que Teo “hace la suya”, que duerme la siesta en lugar de formar parte de las actividades del grupo, que no se compromete colectivamente. Y a muchos jugadores les cayó muy mal —incluso a sus compatriotas Carlos Carbonero y Éder Álvarez Balanta— cuando aseguró que sus compañeros tenían que ayudarlo a ser goleador.

Ramón Díaz está decepcionado con Teo. Porque hizo fuerza al punto de llamarlo a México, donde pasó varias semanas entrenándose con la Reserva de Cruz Azul, que lo declaró persona no grata cuando anunció que quería jugar en River. El colombiano tiene claro que está en deuda, especialmente, con El Pelado. Por eso hace 15 días, cuando el técnico aseguró que daría un paso al costado si veía que la situación no tomaba otro curso, Teo lo encaró en el medio de la práctica y le dijo: “Profe, yo lo voy a ayudar a sacar adelante esta situación”. El último domingo, contra Argentinos Juniors, River y Gutiérrez volvieron a jugar mal, pero el equipo ganó 1 a 0 con un gol en contra y cortó una racha de 10 partidos sin victorias.

Teo no fue el único refuerzo que no se destacó. Tampoco rindieron el uruguayo Rodrigo Mora, que volvió de Benfica, ni Jonathan Fabbro, de Cerro Porteño y la Selección de Paraguay, ni Carlos Carbonero, otro de los colombianos. Y tan pocos goles hizo River en este campeonato (10), que la campaña se configuró en el peor registro de eficacia de la historia del club. Justo cuando tanto dinero se pagó por los goles ausentes e Gutiérrez.

“Nada es imposible”, consignó el atacante hace dos días en su cuenta de Twitter. Pero parece que hasta ahora se le ha hecho una tarea titánica triunfar con esa camiseta que siempre quiso desde que era un ‘peladito’. ¿Podrá hacerlo en 2014, justo el año del Mundial, que necesita a Teo muy contundente con la camiseta tricolor?

 

 

DAvellaneda@agea.com.ar

@davellaneda77

Por Daniel Avellaneda, Argentina

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