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El día que el luto cubrió al Manchester United

El 6 de febrero de 1958 fallecieron 23 personas en un accidente aéreo en Múnich, entre ellas 8 jugadores del club inglés.

Theo González Castaño
06 de febrero de 2015 - 06:21 p. m.
Manchester United / Manchester United
Manchester United / Manchester United

El 6 de febrero de 1958, día en que el luto cubrió al mundo del fútbol, hacía mucho frío en Múnich. Nevaba en gran manera y las condiciones climáticas no eran las mejores. El avión, un Airspeed Ambassador, que transportaba al Manchester United y a algunos periodistas que acompañaban al equipo, acababa de aterrizar en esta ciudad alemana para cargar combustible. Venía procedente de Belgrado, donde el conjunto inglés se había enfrentado al Estrella Roja por los cuartos de final de la Copa de Europa.

A pesar de los contratiempos climáticos, el piloto de la aeronave, Kenneth Rayment, decidió emprender vuelo y partir con destino a la ciudad de Manchester. No fue una tarea fácil, los dos primeros intentos resultaron fallidos, sin embargo, la tripulación persistió y emprendió un tercer despegue que resultaría fatal pues la aeronave no alcanzó la altura necesaria y se estrelló en cercanías del aeropuerto.  

El reloj marcaba las tres y cuatro minutos de la tarde y ese día la muerte se llevaba a Roger Byrne, Eddie Colman, David Pegg, Mark Jones, Tommy Taylor, Geoff Bent y Liam "Billy" Whelan, ocho valiosos integrantes del que era considerado como uno de los mejores equipos del planeta.

En aquella tragedia también fallecieron el secretario del club Walter Crickmer y los entrenadores Tom Curry y Bert Whalle, además de ocho periodistas y tres integrantes de la tripulación, incluido el capitán Rayment, quien murió unas semanas después ante las terribles heridas sufridas en el accidente.

De los 44 pasajeros que abordaron el avión, solo 21 se salvaron. Entre ellos estaban el entrenador Matt Busby y algunos jugadores como el legendario Bobby Charlton, Bill Foulkes, Harry Gregg, Jackie Blanchflower Ken Morgans, Johnny Berry y Duncan Edwards quien moriría días después.

"Manchester United se levantará otra vez"

El luto había cubierto al Manchester United, incluso algunos jugadores permanecían en el hospital a causa de las heridas sufridas. A pesar del dolor y la desolación, el 19 de febrero de 1958, tan solo 13 días después del accidente, el equipo debía afrontar la quinta ronda de la FA Cup y enfrentar al Sheffield Wednesday. Ese día miles de fanáticos, más exactamente 59.848 hinchas, colmaron las graderías del Old Trafford, y junto a otros miles que se apostaron en las afueras, gritaban con todas sus fuerzas en medio de las lágrimas: "nunca los olvidaremos", haciendo referencia a los ídolos allecidos en aquella tragedia.

Ese partido sirvió para que Harold Hardman, presidente del club, dejara un mensaje que llegaría al corazón del equipo: "El United saldrá adelante. Aunque lloramos a nuestros muertos y nos lamentamos por nuestros heridos, Manchester United se levantará otra vez".

Con un equipo alternativo, que incluía a jugadores de las divisiones menores, más dos de los sobrevivientes del accidente, Harry Gregg, arquero, y Bill Foulkes, el equipo rojo se impuso por tres a cero. Esa noche el Manchester United comprendió que la única manera de reponerse ante el duro golpe sufrido, era jugando al fútbol.

A partir de ese momento se inició la reconstrucción de los ‘Red Devils’. El entrenador Matt Busby, ya recuperado de las lesiones, armó el equipo con jóvenes promesas de las divisiones inferiores del club, sumando a estos los sobrevivientes encabezados por Bobby Charlton, jugador que luego llevaría a la selección inglesa a conquistar la Copa Mundial de 1966.

Por esta razón el equipo empezó a ser llamado como los "Busby Babes", gracias a esos jóvenes a los que el entrenador confió la tarea de devolverle la gloria y la felicidad a uno de los clubes con mayor historia en Inglaterra.

"Nunca los olvidaremos"

Pasaron 15 meses desde la tragedia de Múnich y el Manchester United quería volver a sonreír. La noche del 29 de mayo de 1968, el equipo de Busby se coronaba campeón de la Copa de Europa al vencer en la final por 4 a 1 al Benfica. Más que un triunfo deportivo fue considerado como homenaje a la memoria de los fallecidos 10 años atrás en ese fatídico accidente.

En el momento en que el juez central indicó el final de este partido, un Matt Busby conmocionado corrió a abrazar a Bobby Charlton y Bill Foulkes pues sabía que ellos dos representaban a los jugadores fallecidos en ese fatídico vuelo que maldijo por tantos años. Esa noche el técnico escocés sintió que se reconciliaba con el pasado, "Cuando Bobby Charlton levantó la Copa de Europa, me quitó un peso de encima. Me alivió la culpa que sentí por tantos años".

Por Theo González Castaño

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