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El FC Tevragh Zeina y el ASC Ksar, disputaban la final de la Supercopa de Mauritania que estaba siendo presenciada en el estadio por el presidente de aquel país, Mohamed Ould Abdel Aziz.
Al parecer, y según revela La Gazzetta dello Sport, el primer mandatario de la nación africana se estaba aburriendo en el palco con el desarrollo del encuentro y decidió finalizarlo a los 18 minutos del segundo tiempo para que el compromiso se definiera desde el punto blanco del penal.
La orden acatada por el árbitro generó la indignación el público que presenciaba el juego. Sin embargo, la federación de fútbol de Mauritania expidió un comunicado en el que asegura: “Nos concertamos con los presidentes y entrenadores de los dos clubes, que en el minuto 60 iban empatados a 1, y los dos equipos aceptaron parar el encuentro y pasar a los penaltis”.
Y es que según la versión oficial, Mohamed Ould Abdel Aziz tomó la decisión por lo apretada de su agenda, ya que ese mismo día se celebraba la independencia de su país y luego del partido tenía que asistir a la ciudad de Nuadibú, ubicada al norte de Mauritania.
El dirigente de la federación de fútbol también explicó que la final se había iniciado con cierto retraso y, ante la ausencia de iluminación artificial en el escenario deportivo, lo más conveniente era parar el partido para entregar el trofeo con luz natural.
Finalmente, desde los once pasos, el FC Tevragh Zeina se quedó con el título del certamen que enfrenta al campeón de la Liga y la Copa de Mauritania.