El regreso de Pellegrini a Madrid

Manuel Pellegrini, técnico del Manchester City. Foto: AFP

Han pasado seis años desde que el técnico chileno Manuel Pellegrini dejó el banquillo del Real Madrid. Los puntos que alcanzó en Liga, los 11 partidos consecutivos que completó el Madrid marcando más de dos goles, no fueron suficientes para que el chileno continuara su paso por el equipo merengue. En cambio, su autoridad fue puesta en tela de juicio tras la salida de Sneijder y Robben y tras el Alarconazo y la eliminación de la Champions, el 27 de marzo de 2010 fue destituido como técnico del Real.

La historia se repetía. Los Cristiano Ronaldo, Kaká, Benzema y el resto de la plantilla salían de rositas mientras el responsable de la parcela técnica, quien miró con resignación en verano la marcha de los holandeses, luchó con 'humildad, perseverancia, inteligencia y un trato casi reverencial al esférico', tal y como reconocía la web del Real Madrid días después del despido, sin que le permitiera gozar de la confianza del club. Confianza perdida con premeditación cuando en los meses previos a la oficialización del despido desde la capital se llegara a un acuerdo con José Mourinho, quien sólo debía anunciar su renuncia como técnico del Inter de Milán para convertirse en el nuevo inquilino del banquillo madridista. Uno que se iba de vacío y otro que aterrizaba con un triplete (Champions, Liga y Copa) en el bolsillo.

Pellegrini siempre se agarró a las estadísticas para legitimar la labor que hizo como técnico blanco. Su Real Madrid firmó unos números casi impolutos en Liga, malos en Champions y nefastos en Copa. En la Liga, sumó 96 puntos, marcó 102 goles y ganó 31 de 38 partidos. Unos números de campeón si no hubiese sido porque el Barcelona se fue hasta los 99 puntos para batir el récord de puntos en la historia de la Liga (hasta esa temporada). Diferente fue la historia en Europa y en la Copa del Rey. El Real Madrid cayó en los octavos de la Champions ante el Olympique de Lyon y fue humillado tras el enorme ridículo del Alcorconazo cuando perdieron 4-0 ante un equipo de Segunda B.

'El ingeniero' regresará a la que una vez fue su casa, pero esta vez dirigiendo al Manchester City, equipo que logró por primera vez una clasificación a las semifinales de la Champions, pero con el que su deambular por la Premier League donde ya parece imposible que le pelee el título al Leicester han cuestionado otro proyecto millonario y a Pellegrini. El anuncio de la llegada de Guardiola con tanto tiempo de antelación acrecentó la sensación de inestabilidad, solo solapada por el pase logrado ante el PSG. Hasta el mes de diciembre, el City dio buenas sensaciones, pero luego cayó en una fase de irregularidad y de indefinición en el juego . Individualidades tiene para darle guerra a cualquiera.

El buen inicio de temporada del City coincidió con la posición más centrada de Silva. Como mediapunta por detrás de Agüero, el canario lideraba el juego ofensivo de un equipo que parecía que por fin podría ser señalado como favorito al título por el juego que desplegaba. Más irregular pegado a la banda, su rendimiento ha repuntado en las últimas semanas. La recuperación de De Bruyne ha descargado a Silva de llevar en exclusiva el peso ofensivo. El belga le da profunidad, desborde y gol a un equipo que necesitaba un golpe más de calidad.

No obstante, el equipo inglés tiene varias falencias defenisvas, debido a que ni Otamendi ni Kompany, que cayeron lesionados ante el Dinamo de Kiev, han logrado dotar de estabilidad defensiva al City. Tampoco sus laterales, Sagna y Kolarov parece estar al nivel que le pueden exigir equipos con un gran potencial defensivo. Por estas razones, en Inglaterra se ha extendido la tesis de que el City es un equipo sobrevalorado que ha reventado el mercado pagando millonadas por jugadores que no han respondido todavía a esos fuertes desembolsos. En esa lista aparecen los Mangala, Otamendi, Fernando, Bony o Sterling. La sensación de equipo roto también han emergido en algunos tramos de la temporada.