Ellos sí juegan en casa

“Teo”, el consentido de la afición. / AFP

Uno de los grandes aliados de Colombia para lograr la clasificación al Mundial de Brasil 2014 fue Barranquilla. En el estadio Metropolitano el equipo de José Pékerman nunca perdió, siempre aprovechó la humedad, el calor y el apoyo de la gente para asfixiar a los rivales, que no pudieron arrebatarle los tres puntos. El único que le marcó fue Chile, que se llevó un valioso empate 3-3 en la penúltima jornada de la eliminatoria.

La idea en este nuevo camino hacia Rusia 2018 es mantener esa efectividad en casa, y para eso es fundamental contar con jugadores que se sientan a gusto en Barranquilla y en la cancha del Metropolitano. Y parece que eso ha sido tenido en cuenta por parte del cuerpo técnico, pues de los 25 futbolistas citados para los juegos ante Perú y Uruguay, seis son barranquilleros. Y uno más, Carlos Bacca, es de Puerto Colombia, un municipio cercano a La Arenosa.

Los locales

Los siete podrían ser la columna vertebral de un equipo. Francisco Meza, como central; Alexánder Mejía y Gustavo Cuéllar, en la recuperación; Macnelly Torres y Teófilo Gutiérrez, en la zona de creación, y Rafael Santos Borré y Carlos Bacca, como delanteros.

Francisco Meza es el menor de la familia Meza Palma y creció en el barrio La Alboraya. Aunque pudo ser boxeador, como su padre, Ómer, siempre le llamó la atención la pelota en lugar de los guantes y el cuadrilátero. Con Iván Ramiro Córdoba como referente, Pacho inició su carrera en la escuela Niños Unidos de Barranquilla, y luego jugó en Tiburones y Real Caribe. Su sueño hubiese sido vestir la camiseta del Júnior, pero fue Santa Fe el club que le dio la oportunidad de volverse profesional. Con 23 años, Meza lucha por un puesto entre los centrales que hoy por hoy son referentes en esa posición para Colombia: Jeison Murillo y Cristian Zapata.

Alexánder Mejía, el volante de marca de Atlético Nacional, nació en el Hospital General de Barranquilla. Su infancia, sufrida por la situación económica de su familia, la vivió en los municipios de Malambo y Soledad, y luego en Bella Murillo, un barrio humilde. Cuando tenía 17 años se fue de su casa a Cali, en donde inició su carrera como futbolista en la escuela Boca Juniors. En la eliminatoria anterior ya sumó minutos y ahora es una de las alternativas de Pékerman para acompañar a Carlos Sánchez en la recuperación.

Por su parte, Gustavo Cuéllar nació en el barrio Rebolo, pero se crió en el municipio de Soledad, justamente en donde queda ubicado el estadio Metropolitano. Allí vivió los primeros años, pero siendo muy joven, con la ayuda de Agustín Garizábalo, se fue a vivir a Cali, en donde se formó como futbolista con el equipo azucarero, justamente el club que lo hizo debutar profesionalmente. Ahora regresó a su ciudad natal a jugar con el Júnior y fue tenido en cuenta para reforzar la zona de marca, en la que hubo bastantes problemas en la Copa América.

Macnelly Torres creció a pocas cuadras de la casa de la selección colombiana, en el barrio Ciudadela 20 de Julio. Desde pequeño se inclinó por el fútbol, gracias a la guía de uno de sus vecinos, Manuel Torres, quien dirigía una escuela y lo llevó a jugar. Curiosamente comenzó como arquero, pero tras dos campeonatos decidió que lo suyo era poner pases y ser más protagonista. A los 15 años, el Júnior se fijó en él y así comenzó su carrera en el fútbol. Tras pasar por varios equipos de Colombia y el mundo, hoy nuevamente se destaca con la camiseta de Atlético Nacional, y eso le dio para regresar a la selección, en la que fue fundamental en la eliminatoria pasada.

Teo Gutiérrez se crió en un barrio vulnerable, La Chinita, en el que las pandillas y la violencia son el pan de cada día. Sin embargo, la cancha polvorosa que quedaba cerca de su casa siempre fue un lugar especial que prefirió desde muy joven y en el que creció su amor por el balón. Comenzó en la escuela Independiente Fram y de manera profesional en el Barranquilla FC, en la B. Tras destacarse pasó al equipo de sus amores, el Júnior. En Turquía no se adaptó, pero de resto triunfó a donde fue y ha sido goleador. Ahora en Portugal se le ha dado una segunda oportunidad en Europa, y su buen momento lo convierte en un indiscutido de Pékerman para el juego del jueves.

En el barrio Santo Domingo creció Rafael Santos Borré, quien disfrutaba junto a Ismael, su papá, los partidos de sus tíos, que todos los fines de semana jugaban en una de las canchas del sector. Cada vez que el balón se iba lejos, era él quien corría a recogerlo para poder pegarle algunas patadas, y cuando terminaba el compromiso, su papá jugaba junto a él un buen rato. La escuela Neogranadinos fue la que lo formó, pero se pulió como goleador en el Deportivo Cali, gracias a que lo vio Agustín Garizábalo, quien lo llevó al cuadro azucarero. El próximo verano irá al Atlético de Madrid.

Finalmente, Carlos Bacca se incluye en esta lista porque, aunque nació y creció en el municipio de Puerto Colombia, se hizo futbolísticamente en Barranquilla. Tras la falta de oportunidades en equipos de fútbol le tocó dedicarse a la pesca y al trabajo como cobrador de pasajes de buses intermunicipales. Pero jugando con el equipo de la empresa de transportes lo vio David Pinillos y lo llevó al Barranquilla FC, donde comenzó su carrera. Después de triunfar en la B y en Venezuela, jugó con el Júnior, y luego de ser goleador partió al fútbol europeo. Brujas, Sevilla y Milan han sido su camino. Tras su buen momento en el club italiano, Bacca sueña con ser titular por primera vez con la selección en el Metropolitano, el escenario en el que se hizo grande.