“Estoy en el mejor momento de mi carrera”: Luis Fernando Muriel

Luis Fernando Muriel fue titular en el triunfo 2-0 sobre Venezuela. / AFP

Foto: AFP - LUIS ACOSTA

Con lo que ganaba el papá de Luis Fernando Muriel siendo taxista en Barranquilla no le alcanzaba para llevarle alimento a su familia, pagar el colegio de sus hijos y darle para los pasajes de buses al ahora jugador de la selección colombiana de mayores. Por eso los Muriel vendían boletas de $200 para completar lo del transporte. Así, Luis Fernando se iba a la sede de Bombona del Júnior a entrenar, y su padre, por la noche, cuando ya venía desde Barranquilla a Santo Tomás, lo recogía en su taxi y lo llevaba a casa.

La rutina se repitió por cuatro años, mientras el delantero estuvo en el equipo barranquillero, pero por esos días llegó una crisis que por poco lo retira del fútbol. A los 13 años sufrió una lesión en el glúteo, de la cual le costó recuperarse, y una tarde, después de un entrenamiento, su técnico le dijo: “Tal vez el fútbol no es lo tuyo, Luis Fernando. Mañana no vuelvas, esto es insostenible. Llevas mucho tiempo lesionado”. Con lamento, su decisión fue dedicarse al estudio y a jugar de manera recreacional con sus amigos en su pueblo, Santo Tomás.

Esa decisión, sin embargo, tan sólo duró una semana, porque Álvaro Núñez, quien había sido entrenador del Júnior y en ese entonces estaba en la Escuela Barranquillera, lo vio y lo convenció de retomar su carrera. Cerca de tres meses le tomó a Luis Fernando recuperar su nivel, pero cuando se sintió bien,  los goles volvieron. En 2007, en un torneo Asefal, Jorge Cruz, entrenador de las divisiones menores del Deportivo Cali, se convenció de su talento y le dijo a Agustín Garizábalo, veedor del cuadro azucarero en la Costa, que le hiciera seguimiento. Al poco tiempo, Muriel viajó a Cali y luego, con 17 años, debutó en el primer equipo. Hizo nueve goles en 11 partidos y muy rápidamente se fue a jugar a Europa, en donde ya lleva seis años. Ahora hace parte del Sampdoria de Italia.

Con la camiseta de Colombia, su momento más difícil fue antes del Mundial de Brasil 2014, cuando a pocos días de iniciar la competencia, estando concentrado con el equipo en Argentina, fue “bajado del bus” y no fue incluido en la lista final de 23 convocados. Esas vacaciones las pasó en Santo Tomás, en la casa de sus padres, en donde los primero días fueron de profunda tristeza y desconsuelo. “No entendía por qué le pasaba eso a él”, le cuenta a El Espectador Luis Fernando, el papá del delantero de la selección nacional. Pero con el paso del tiempo lo entendió y comenzó a decir que estaba joven y ya llegaría su oportunidad.

Y la primera vez que regresó fue para el juego de la tercera fecha de la eliminatoria hacia Rusia 2018, cuando Colombia visitó a Chile en el estadio Nacional de Santiago. Muriel fue incluido en la nómina titular y tuvo una noche extraordinaria, aportando desequilibrio y siendo influyente en el empate 1-1. Además ha sido uno de los fijos en las convocatorias de los juegos de clasificación a la Copa Mundo; sólo no estuvo en la Copa América Centenario.

El partido de este martes contra Brasil será uno de esos momentos de desquite, de sacar esa espinita que le quedó por no haber estado en el Mundial de 2014. Por primera vez jugará en Brasil, un país que quiere por el hecho de que de ahí es uno de sus grandes ídolos: Ronaldo. “Veía los partidos de él y luego en la cancha repetía todos sus movimientos. Varias veces hasta se hizo el mismo look”, recuerda el papá de Muriel.

Y tras la lesión de Teófilo Gutiérrez, que no le permitió viajar a Manaos, el que nuevamente se perfila como inicialista para enfrentar a los pentacampeones es Luis Fernando Muriel. “Estoy contento y motivadísimo. Estoy haciendo las cosas bien en el club y me siento en el mejor momento de mi carrera. Tuve un gran arranque en la Liga y con la selección traté de dar lo mejor en el campo. La verdad, salió muy bien”, le dijo a este diario quien ahora lleva el número 9 de la tricolor. “Sabía que yo no estaba en las cuentas de nadie, no me daban por titular en ninguna alineación, pero los que estamos acá es por algo. Entré muy motivado y cumplí con lo que me pidió el técnico”, dijo sobre su gran presentación contra Venezuela, juego en el que sólo le faltó marcar, porque de resto aportó en la generación de fútbol y se vio muy rápido por el costado izquierdo.

“Nos vamos contentos. Fue un partido bastante difícil y complicado por todo lo que se habló antes, pero nada, el equipo respondió de la mejor manera, dominando siempre y creando muchas opciones. Nos hubiéramos quedado más tranquilos si hubiésemos concretado alguna más, pero se ganó y estamos muy contentos y motivados para lo que viene”, destacó el delantero costeño, quien cree que el partido con los brasileños no se puede asumir como una revancha de lo ocurrido en el Mundial, cuando en Fortaleza, Brasil eliminó a Colombia en los cuartos de final. “Cada partido es diferente. Eso de los cuartos del Mundial ya quedó atrás, debemos pensar siempre adelante. Ellos venían de un momento no muy bueno y ahora han hecho las cosas bien con Ecuador en Quito. Nosotros también pudimos mostrar mejoría contra Venezuela, así que será un lindo partido el que veremos en Manaos. Ojalá las cosas nos salgan a nosotros”, finalizó.