La noticia, que hoy explota en la Argentina, fue adelantada por El Espectador hace un mes. Entonces, se publicó que Giovanni Moreno no volvería a jugar en la Argentina cuando terminara el torneo Clausura de Primera División. Ahora, cuando restan dos fechas para el desenlace del campeonato, el mediocampista colombiano ya tiene un nuevo destino, bien lejos de este país, donde fue amenazado con un revólver en la rodilla por un barrabrava de Racing Club. 'Gio' será jugador del Shangai Shenhua, de la Súper Liga China. A 18 mil kilómetros de Segovia, su ciudad natal, el antioqueño intentará recuperar el nivel que tuvo antes de la lesión que sufrió a principios del año pasado, más allá de que pierda presencia para José Pekerman, técnico de la Selección tricolor. Claro que la oferta era irresistible: los chinos pagarán 9 millones de dólares por el pase del futbolista de 25 años y en Atlético Nacional arman una fiesta, ya que los argentinos todavía no habían cancelado el 37,5 por ciento que compraron hace dos años.
El colombiano será dirigido por Sergio Batista, extécnico de la Selección Argentina, quien condujo a los albiceleste en la última Copa América, disputada en este país. Al 'Checho' lo seduce el estilo de Moreno, que se adapta perfectamente al paladar del entrenador. 'Gio' era la segunda opción de una lista de enganches que encabezaba Andrés D'Alessandro. Sin embargo, la dirigencia del club chino no se puso de acuerdo en la forma de pago con la del Inter de Porto Alegre y el pase del jugador argentino se cayó.
El apriete que Moreno sufrió de parte de la barra brava de 'La Academia' , el 23 de mayo, después de la derrota ante Boca Juniors, tuvo absoluta influencia en la decisión de 'Gio'. Pero, también, la decisión que tomó el club argentino. Es que el mismo día, mientras su representante, Agustín Jiménez, trataba de calmar al jugador, el grupo inversor que posee la mayor parte de los derechos económicos del segoviano escuchaba de los labios de tres directivos que ya no lo querían más en el equipo. Parábola del destino, a partir de ese momento, el rendimiento del colombiano creció. A la semana siguiente, le hizo un gol a Belgrano de Córdoba, que le valió el triunfo a Racing Club. Y el equipo, bajo las órdenes de Luis Zubeldía, accedió a la final de la Copa Argentina, un torneo que no podrá terminar de disputar. Incluso, se bajó del micro que mañana trasladará al plantel a Santa Fe, donde jugará frente a Atlético de Rafaela, por la penúltima del campeonato. El lunes, tiene cita con la Embajada de la República China, el miércoles se tomará un avión a Shangai y la idea de los emisarios orientales que llegaron a Buenos Aires es presentarlo ante el periodismo el viernes.
“Yo no le puedo garantizar la titularidad a Gio y nadie”, sostuvo Zubeldía este jueves, en la conferencia de prensa. Así, marcó el terreno. Una declaración que le puso los pelos de punta a Carlos Granero, líder del grupo inversor que tiene la mayor parte porcentual de la ficha de Moreno. Lo cierto es que el ciclo del colombiano en la Argentina se terminó abruptamente. Como el de su compatriota Teófilo Gutiérrez, más allá de las diferencias. A uno lo vendieron. Al otro, lo echaron. En los dos casos, generaron un desencanto en los hinchas que antes los veneraban como dioses del Olimpo.