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El que estaba llamado a ser un partido tranquilo para Holanda terminó convirtiéndose en un intenso encuentro, con claras opciones de gol que los oceánicos no supieron aprovechar.
La confianza europea comenzó a verse desde el planteamiento táctico, con tres defensas fijos en el fondo, dos carrileros llamados a generar opciones de gol por los costados, tres volantes para controlar el balón en el mediocampo y dos delanteros letales, como lo son Arjen Robben y Robin van Persie.
Desgraciadamente, la pieza que no terminó de encajar en ese sistema es Jonathan de Guzmán, cuya falta de disciplina táctica generó espacios bien aprovechados por los australianos justo después del primer gol marcado por Robben al minuto 20, porque exactamente un minuto después, y tomando ventaja del espacio en la mitad, Tim Cahill transformó un centro en gol.
En el segundo tiempo, Australia marcó por medio de un penalti dudoso, pero Holanda, con más coraje que buen fútbol, devolvió el golpe a través de Van Persie y Memphis Depay. El 3-2 final, y la victoria de Chile, instalaron a los holandeses en segunda ronda.