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José Mourinho, el regreso del "Special One"

En Mánchester, coincidirá con Guardiola, que la temporada que viene dirigirá al City, y podrá reanudar una guerra que dio muchas portadas.

AFP
26 de mayo de 2016 - 11:08 p. m.
EFE
EFE

El entrenador portugués José Mourinho, que este jueves, según la prensa inglesa, se convirtió en nuevo técnico del Mánchester United, es un fino estratega y un fiero polemista, lo que le ha valido algunas enemistades ilustres.

Josep Guardiola, Claudio Rainieri, Arsene Wenger, Rafa Benítez, Tito Vilanova, Iker Casillas, Manolo Preciado, André Villas-Boas, Manuel Pellegrini.... la lista de blancos de los dardos del portugués es larga.

Todos reconocen su talento para la guerra psicológica -Guardiola dijo que era "el amo" en ese terreno- pero también para tratar a los jugadores, entre los que ha despertado adoración. Entre otras cosas, porque les da títulos, algo de lo que el United anda necesitado desde que se fue Alex Ferguson.

En su palmarés hay dos Champions League (Oporto 2004, Inter de Milán 2010), dos ligas portuguesas, tres ligas inglesas, dos italianas y una española, además de cuatro copas, una con cada uno de los grandes equipos que ha entrenado: Oporto, Inter, Chelsea y Real Madrid.

"Mourinho es muy especial porque es un hombre auténtico y leal. Cuando un entrenador es franco, llega a obtener el 100% de los jugadores que entrena", dijo de él Marco Materazzi, el defensa del Inter de Milán que ganó bajo su tutela la Champions League en 2010.

Este padre de dos hijos, que se casó con un amor de juventud, era conocido en Inglaterra como "el especial", "The Special One", el mote que propuso a la prensa inglesa a su llegada al Chelsea en 2004 y que ésta adoptó con entusiasmo.

Álvaro Arbeloa, que lo tuvo de entrenador en el Madrid, dijo que Mourinho dejaba las cosas muy claras desde el primer día.

"¡Los gritos que soltó por esa boca! A todos, no se salvó ni uno. Aprendimos rápido quién era Mou. Tú no te imaginabas a (su predecesor Manuel) Pellegrini gritándole así a Cristiano", narró a la revista Jot Down sobre el primer partido que jugaron, un amistoso en Los Ángeles.

El fútbol, en el nombre del padre 

José Mário dos Santos Félix Mourinho nació el 26 de enero de 1963 en Setúbal, Portugal, una ciudad futbolera de 120.000 habitantes, a 50 kilómetros al sur de Lisboa, que le ha dedicado una calle.

Su padre, Félix Mourinho, fue portero del Belenenses de la primera división portuguesa y entrenador, y llegó a tener como jugador a José Mourinho en su modesta carrera como futbolista.

Tras aprender a la sombra del entrenador inglés Bobby Robson, del que fue traductor en el FC Oporto y Barcelona, siguió en el club catalán como ayudante de Louis Van Gaal, del que aprendió su disciplina y a cuidar los mínimos detalles.

"Decían que era el traductor. Mentira", recordó sobre su paso por el Barça el excapitán del equipo, Xavi Hernández, en declaraciones a ESPN. "Era el ayudante del entrenador, alguien que entendía la filosofía del Barça y que compartía muchas características de Van Gaal. Era muy respetado por los jugadores, a veces nos entrenaba en el equipo B y era excelente. Me sorprende que acabara siendo conocido por otro tipo de fútbol, más defensivo, porque con nosotros no era así".

Tras su paso por el Barça, se lanzó en solitario a los banquillos y ganó con el Oporto la Copa de la UEFA en 2003 y la Liga de Campeones de 2004, el triunfo que le dio fama internacional.

De Portugal saltó al Chelsea, en 2004. Con el equipo de Roman Abramovich logró dos Ligas inglesas y una Copa, pero le quedó la frustración de no repetir triunfo en la Liga de Campeones, algo de lo que se resarció en el Inter de Milán. Permaneció dos temporadas al frente del equipo italiano con el que logró en 2010 el 'triplete' Serie A, Copa de Italia y Liga de Campeones, tras lo cual su reputación de entrenador milagroso le abrió las puertas del Real Madrid con el gran objetivo de la Copa de Europa, que no logró tras caer en semifinales en tres ocasiones, una ante el gran enemigo, el Barcelona.

Su paso por el equipo blanco se vio marcado por su duelo con el FC Barcelona de Pep Guardiola, cuya hegemonía europea parecía tocarlo en lo más hondo, llevándolo a salidas de tono como cuando metió el dedo en el ojo del extrenador azulgrana, Tito Vilanova.

Finalmente, tras su paso accidentado por el Real Madrid, volvió al Chelsea en 2013, pidiendo a la prensa que lo llamara "el feliz". Pero la dicha acabó con su despido del club londinense, su segunda salida consecutiva en falso de un equipo, la tercera de su carrera.

Su punto débil son las terceras temporadas, hasta el punto de que nunca ha estado un cuarto ejercicio entero al frente de un gran equipo.

"Sobre mí se cuentan muchas más mentiras que verdades, pero es parte del juego, de la vida.... Con todas las piedras que lanzan contra mí se podría hacer un monumento", dijo cuando estaba en el Real Madrid. 

Por AFP

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