Messi, el sueño del pibe que puede convertirse en leyenda en el Maracaná

El domingo en la final de Brasil-2014 ante Alemania, 'La Pulga' quiere cumplir con la profecía y reclamar la corona que todos le prometen desde que irrumpió en Barcelona.

AFP
12 de julio de 2014 - 10:56 p. m.
Messi, el sueño del pibe que puede convertirse en leyenda en el Maracaná

Lionel Messi estará el domingo en el lugar en el que soñó estar desde que jugaba de chico en su Rosario natal: una final de la Copa del Mundo de fútbol con Argentina. Para que el cuento de hadas fuese aún más increíble, el escenario es el Maracaná y Messi puede convertirse en leyenda, un cóctel que sólo se ha dado dos veces en la historia del fútbol.

"Mañana jugaremos el partido más importante de nuestras vidas con esta camiseta. Mis sueños y mis ilusiones se están viendo cumplidos gracias al trabajo y el sacrificio de todo un plantel", publicó 'La Pulga" el sábado en su página Facebook.

Para llegar al olimpo de los mitos del balón no basta con jugar extraordinariamente bien o ganar títulos. Hace falta algo diferente; eso que hasta ahora solo han mostrado Diego Maradona y Pelé, las únicos leyendas consagradas en un Mundial.

Maradona lo hizo en México-86; Pelé en ese mismo país 26 años antes, en 1970, a pesar de haber ganado la Copa del Mundo otras dos veces en 1958 y 1962.El domingo en la final de Brasil-2014 ante Alemania, 'La Pulga' quiere cumplir con la profecía y reclamar la corona que todos le prometen desde que irrumpió en Barcelona y se puso a destrozar redes y récords.

Pero para que eso ocurra Messi tiene que volver a ser Messi cuando Argentina más lo necesita, ya que desde octavos de final en adelante el genio albiceleste no brilló como se esperaba luego de un comienzo de Mundial a toda orquesta con cuatro goles en la primera fase.

'La Pulga' llevó de la mano al equipo de Alejandro Sabella en esos tres encuentros iniciales del Grupo F con un gol ante Bosnia (2-1), otro agónico frente a Irán (1-0) y un doblete con Nigeria (3-2).Su magia volvió a aparecer en parte en octavos de final ante Suiza, cuando asistió a Ángel Di María a dos minutos de la conclusión de la prórroga para que el 'Fideo' liquidase el duelo antes de los penales.

Pero a partir de allí fue el equipo el que llevó a Messi, con un triunfo 1-0 ante Bélgica con gol de Gonzalo Higuaín y, sobre todo, con la peleada victoria por penales ante Holanda en semifinales el miércoles en Sao Paulo. - Alemania, otra vez - Con 27 años recién cumplidos y en su tercer Mundial, Messi nunca ocultó que este mes en Brasil es su prioridad ya que la Copa del Mundo es lo único que falta en su impresionante palmarés.

Incluso se dice que jugó a media máquina en esta temporada en el Barcelona para preservarse y llegar en plenitud para no dejar pasar este momento único. El sueño de la Copa en sus manos no haría más que realzar sus récords, entre ellos el haber ganado cuatro veces consecutivas (2009-2012) el Balón de Oro FIFA al mejor jugador del mundo.

Seis Ligas españolas, tres Ligas de Campeones de Europa, dos Mundiales de Clubes: Messi ha conquistado todos los títulos posibles con su club Barcelona, donde lleva 354 goles en 425 partidos, incluyendo 91 tantos en la temporada 2012/2013, un hito en la historia del fútbol.

En la selección argentina, ha disputado 92 partidos y marcado 42 goles, lo que hace suponer que tarde o temprano se hará con los récords de Javier Zanetti con 145 encuentros y Gabriel Batistuta con 56 tantos. Con la Albiceleste fue campeón sub-20 en Holanda-2005 y logró la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Pekín-2008. En los mundiales, sin embargo, no había tenido suerte hasta aquí.

En Alemania-2006 fue un suplente de lujo y, aunque marcó un gol en su debut ante Serbia y Montenegro (6-0), vio desde el banco la eliminación de su equipo ante los anfitriones en cuartos de final.

En Sudáfrica-2010 llegó como uno de los líderes del equipo de Maradona, pero no fue determinante y se marchó sin ningún gol en cinco partidos y en lágrimas, otra vez eliminado por los alemanes en la misma instancia.

El domingo se vuelven a cruzar en el camino justamente los germanos, favoritos en los papeles. Pero sus compañeros están encolumnados detrás suyo, al igual que decenas de miles de argentinos que viajaron a Rio de Janeiro y millones que seguirán la final por televisión en su país. Todo depende de él. Es su hora.

Por AFP

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