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Cuentan que los únicos que pueden moverle el piso a José Néstor Pékerman son esos tres nietos varones que lo llaman Nono, su debilidad, aquellos que lo hacen dudar de darle el sí a Colombia. Pero el pasado lunes a la tarde, el técnico argentino salió de su casa en Hurlingham para visitar a Raquel, su mamá, que está internada, ya estable, pero es una persona mayor. Al técnico le ocultaron durante el Mundial que su madre había tenido un problema de salud. Se enteró en Bogotá, recién llegado de Brasil, por eso adelantó su viaje hasta aquí. Los afectos lo hacen dudar, está claro. A tal punto que, cuentan en su entorno, el dinero no es un problema. De hecho, rechazó una oferta millonaria de la Federación Japonesa de Fútbol para hacerse cargo de la selección del sol naciente. Hay otro tema que evalúa el entrenador: el proyecto deportivo. Tiene claro Pékerman que la vara será muy alta y que le pedirán llegar a las semifinales en Rusia 2018, más allá de las dos Copas América en 2015 y 2016. ¿Soportará las presiones? ¿Le alcanzará con esta generación de jugadores, teniendo en cuenta que en los juveniles no hay tanto recambio? Ganas de trabajar, a pesar de que el mes que viene cumplirá 65 años, le sobran. Lo que le tiene que cerrar al técnico es la propuesta integral. Por eso ya desestimó la posibilidad de volver a dirigir Argentina, más allá de que todos los cañones de la Asociación del Fútbol Argentino, ahora mismo, apuntan a Gerardo Martino. El Tata es otro de los favoritos de Luis Bedoya, a quien incluso llegaron a ofrecerle el cargo en la selección antes que al propio Pékerman.
Entre el viernes y el sábado de la semana pasada, Bedoya tuvo dos reuniones con Pascual Lezcano, apoderado del entrenador. Incluso, el presidente de la Colfútbol se comunicó telefónicamente con Pékerman y dialogaron durante un buen rato. El dirigente colombiano aprovechó el viaje a Buenos Aires, producto del fallecimiento del titular de la AFA, Julio Grondona, para acelerar las gestiones para retener a don José. Según las fuentes consultadas, no se habló de dinero. Pero la propuesta de la Federación Colombiana de Fútbol sería doblar el salario del profesor que llevó a la selección a los cuartos de final, rondando una cifra de US$4 millones por año. Bedoya, quien ayer regresó a Bogotá, le manifestó a El Espectador: “Soy optimista frente a los temas que se han tocado con el señor Lezcano y la perspectiva de trabajar a cuatro años. La idea es continuar y culminar la posibilidad de renovación esta semana”. Bedoya quiere definir cuanto antes la situación. Y cuando se le pregunta por un porcentaje de cara a la definición, sólo se limita a decir: “Mi clasificación es que vamos bien”.
La semana pasada, allegados al cuerpo técnico de Pékerman aseguraron que la situación estaba “50 y 50”. Y entre los colaboradores del argentino hay incertidumbre. Algunos creen que no es tan fácil volver a embarcarse y pasar cuatro años lejos de casa. De hecho, la mayoría pudo regresar al país una vez cada seis meses. Otros, en cambio, consideran que es una buena opción continuar en el equipo tricolor y superar los objetivos. Claro que la última palabra la tiene José. Aunque hay un dato que puede representar una señal positiva: todavía no ha desmantelado su departamento en Bogotá. Es más, tiene previsto regresar a Colombia.
Bedoya espera una pronta definición del tema y no quiere hablar de otro entrenador hasta saber qué rumbo tomará Pékerman. Por las dudas, sigue atento a las conversaciones de Martino con la AFA.
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