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'Qatargate' en la sede mundial 2022

Una investigación asegura que la elección se pactó durante una cena en el Elíseo en la que participaron Platini y el primer ministro qatarí.

Miguel Mora / Especial de ‘El País’
30 de enero de 2013 - 03:35 a. m.
El momento en el que Joseph Blatter, presidente de la FIFA, revela en diciembre de 2010 el nombre de Qatar como la sede del Mundial de 2022. / AFP
El momento en el que Joseph Blatter, presidente de la FIFA, revela en diciembre de 2010 el nombre de Qatar como la sede del Mundial de 2022. / AFP

La revista France Football publicó este martes una investigación de 20 páginas titulada “Qatargate” que aporta nuevos datos, pruebas y testimonios sobre una supuesta operación de corrupción política que dio lugar a la designación de Qatar como sede del Mundial 2022. La revista, cercana a la FIFA —colabora en la organización del Balón de Oro—, acusa a las dos asociaciones internacionales, a la confederación africana, a las federaciones de Francia y Emiratos Árabes Unidos, al expresidente francés Nicolás Sarkozy y al presidente de la UEFA, Michel Platini, de haber colaborado en una trama que favoreció los intereses comunes de los presuntos implicados en el tema.

Platini reconoce haber estado presente en una cena, celebrada en el Palacio del Elíseo a finales de 2010, junto al presidente francés Nicolás Sarkozy y el primer ministro de Qatar, Hamad al Thani, en la que, según France Football, se pactaron los votos y se trató sobre las ventas del PSG y de los derechos de televisión de la Ligue 1 a la familia real qatarí.

“Un día fui invitado por Sarkozy a una cena en la que estaba el primer ministro de Qatar. Sarkozy nunca me pidió durante la cena que votara por Qatar. Me invitó a cenar, pero sabía que sería independiente y que votaría por quien yo quisiera”, explica Platini a France Football.

La revista afirma que el presidente de la UEFA aceptó votar por Qatar y no por Estados Unidos, como pensaba hacer, y que su voto funcionó como contrapartida para una operación más amplia, diseñada supuestamente por Sarkozy y sus aliados qataríes.

Poco después de aquella cena, Qatar se convertía en el primer país del golfo Pérsico encargado de organizar un Mundial de Fútbol, los Al Thani se compraban el PSG (equipo al que Sarkozy es aficionado desde joven), y su cadena de televisión, Al Yazira, arrebataba a Canal+ Francia (una televisión habitualmente crítica del expresidente francés) la exclusiva de los derechos de televisión sobre la Ligue 1.

Hoy, el canal de pago Bein, filial de Al Yazira y de propiedad de los Al Thani, comparte los derechos de la Ligue 1 y de la Liga de Campeones con Canal+ Francia, emite en exclusiva para Francia las ligas española e italiana, y ya negocia para el año próximo la exclusiva sobre el campeonato inglés.

Hace una semana, el sitio web Mediapart informó que Sarkozy, que ha visitado Qatar recientemente, ha pedido a la familia Al Thani que aporte dinero a un fondo de inversión de 1.000 millones de euros que el expresidente planea fundar en Londres. Aunque Sarkozy ha desmentido que esté reuniendo dichos fondos, Mediapart insiste en que Qatar dará el principal apoyo financiero al nuevo proyecto del exlíder conservador francés.

La familia real de Qatar fue el principal aliado político de Sarkozy durante su mandato (2007 - 2012). Doha apoyó la guerra de Libia, lideró el grupo de países donantes y se convirtió en un inversor prioritario para Francia, donde ha comprado todo tipo de negocios. Los Al Thani comprometieron incluso un plan de ayuda económica para las periferias conflictivas que, finalmente, tras la victoria de François Hollande en las presidenciales de mayo pasado, no se llevó a cabo. Para preparar su Mundial, la federación qatarí ha contratado a numerosos ojeadores y entrenadores occidentales que captan a las mejores promesas del fútbol africano en diversos países del continente. Tras obtener la nacionalidad, los jóvenes viven y se entrenan en el flamante centro de formación Aspire Campus, de Doha, que fue construido por Roger Taillibert (1926), el mismo arquitecto que diseñó el Parque de los Príncipes, el estadio donde juega el PSG.

El 2 de diciembre de 2010, Qatar se impuso en la votación del comité ejecutivo de la FIFA sobre Estados Unidos, Australia, Corea del Sur y Japón, tal y como anunció el presidente del organismo, Joseph Blatter, en Zúrich. Aunque Estados Unidos partía como gran favorita, y pese a que, como apunta France Football, la candidatura árabe tenía grandes puntos oscuros y multitud de infraestructuras sin proyectar, Qatar logró 14 votos de los 22 emitidos.

Poco después, el propio Platini reconocía que había votado por Qatar para que se le otorgara el Mundial, “porque era el momento de ir a un país en esa parte del mundo. Habían sido candidatos cinco veces”, explicó en su día.

No es la primera vez que se habla del supuesto amaño de la designación de Qatar. Hace unos meses, el exvicepresidente de la FIFA Jack Warner insinuó que cuatro miembros del comité habían recibido unos 20 millones de dólares a cambio de su voto por ese país. Y se apuntaron los nombres del camerunés Issa Hayatou, el paraguayo Nicolás Léoz, el argentino Julio Grondona y el guatemalteco Rafael Salguero.

Ahora, France Football afirma que Qatar se aseguró la sede ofreciendo sobornos a pequeñas federaciones, especialmente caribeñas, cuyos votos fueron decisivos en el recuento final. La revista concluye su informe preguntando si se debe anular la designación del país de los petrodólares y reabrir todo el proceso.

Según Eric Champel, uno de los periodistas que participaron en la investigación, las sospechas son ya “demasiado numerosas”. Primero, el congreso de la Confederación Africana fue claramente comprado para que Qatar pudiera presentar su candidatura. Y luego está la Academia Aspire, el gran centro de formación internacional donde se observa a los jóvenes talentos que luego se quedan en Qatar. Como por casualidad, en los países donde había votantes del comité siempre hay ojeadores de Aspire.

Para Champel, el fondo del problema está en la FIFA: “Debe hacer una investigación a fondo, porque hay cosas muy opacas y un gran problema de gobernanza en el deporte mundial”.

De inmediato, Platini, uno de los mayores implicados, salió al ruedo para defenderse: “Creer que mi voto por Qatar 2022 fue a cambio de arreglos entre el Estado francés y Qatar es pura especulación y sólo compromete a los que escriben esas mentiras”, aseguró en un comunicado transmitido a la AFP.

“No descarto llevar ante la justicia a toda persona que ponga en duda mi integridad en esa votación. Como he repetido, el presidente Sarkozy no se habría permitido nunca pedirme que votara por Qatar 2022 ya que sabe que soy un hombre libre. Por lo tanto, tomé mi decisión con toda independencia, siguiendo una lógica simple: la apertura a países que no han organizado todavía grandes eventos deportivos”, puntualizó Platini.

Por Miguel Mora / Especial de ‘El País’

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