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Real Madrid gana sin complicaciones

Los secundarios de Ancelotti liquidan rápido al Eibar y regulan ante la inminente Champions.

José Sámano, El País
11 de abril de 2015 - 06:48 p. m.
El equipo blanco se mantiene en pelea por la Liga de España. Foto: AFP
El equipo blanco se mantiene en pelea por la Liga de España. Foto: AFP

Fly Emirates contra Hierros Servando. El escaparate comercial de cada camiseta subrayaba la dimensión de los contendientes, una superpotencia como el Madrid ante un laudable y ejemplar Eibar, que maquilla con alma y fe su condición de pulgarcito. Por Chamartín pasó con dignidad, no fue el Granada. El Madrid le liquidó en un paseo, firme en el primer acto y regulador en el segundo. Ante los apretones que llegan, el equipo se refrescó y algunos del segundo pelotón dejaron huella, como Chicharito y Jesé, goleadores. Forzados al cuarto oscuro por la innegociable jerarquía de quienes les adelantan en el puesto, uno y otro al menos brindaron por un día. Llegado el tramo decisivo del curso, al Madrid no le sobrará nadie.

De inicio, cumplió con creces el Madrid, que se tomó a pecho el partido hasta que se puso en clara ventaja. No se demoró, no discriminó la jornada, por mucho que el cartel no fuera de gala. El Eibar, un club encomiable, pero sin solera alguna en la élite, podría provocar un ataque narcisista de los blancos, con el Atlético y la Champions a un paso. No fue así, y el equipo de Ancelotti no se hizo el remolón durante una hora. Entonces, de forma voluntaria, el técnico italiano agitó el banquillo con clara señal de tregua. Europa, ya sí, estaba a la vista. De los que jugaron los últimos treinta minutos es más que previsible que solo Varane –Pepe acabó con molestias- y Cristiano se alineen el martes como titulares.

Mientras estuvo metido en faena, el Madrid, con muchos secundarios alistados, caso de Keylor Navas, Arbeloa, Jesé, Illarramendi y Chicharito, y quién sabe si a partir de ahora también Isco, fue dinámico. No concedió ni agua a su rival, gestionó bien la pelota, un artefacto extraño para los de Garitano, y fue profundo, sobre todo por las orillas. Remaron bien Arbeloa y Marcelo, escoltados por Jesé e Isco, quien mejor interpretó como descorchar el partido. Ante conjuntos con doble persiana, como este Eibar con dos líneas de achique muy juntas, nada mejor que alguien que se infiltre en las trincheras. Con sus regates y muecas con la cintura, el malagueño ganaba cada asalto individual para saltar barreras y desordenar al adversario.

Con la soltura de Isco y con la intensidad necesaria para someter al Eibar, que tardó 37 minutos en conocer a Keylor Navas, el Madrid puso cerco a su rival, incapaz de sujetar la pelota unos segundos, siempre a rebufo, en el alambre. Solo el tiempo podía menguar el destino del cuadro armero. O algún embrujo, como el previo a que se abriera el marcador. En un córner, Ramos disparó al larguero, el rechace le llegó a Isco, cuyo remate fue de billar, una increíble carambola de poste a poste. Chicharito cazó el rebote y marcó, pero en fuera de juego. Resoplaba el Eibar, hasta que Cristiano le dio un baño de realidad de forma imprevista. Porque el portugués llevaba 56 lanzamientos de falta sin bingo. No marcaba en esa suerte desde el 29 de abril de 2014, frente al Bayern. A los veinte minutos, su zapatazo lejano y centrado hizo una burla a Irureta, al que la pelota sacó la lengua. Luego, el portero sí que estuvo sólido en muchas jugadas.

Con este rutinario del gol que es Cristiano, los blancos abrieron la hoja de ruta ante un contrario superado por la escena. Gobernaba Isco, se animaba Modric, Illarra sostenía el andamiaje por delante del piquete central y por fuera ventilaban los laterales. Por ese atajo llegó el segundo tanto tras una jugada muy cartesiana. Isco enganchó con Jesé, que vio doblar a Arbeloa y le asistió de forma tan precisa como hizo defensa con Chicharito. El cabezazo del mexicano, muy activo por todo el frente de ataque, fue de libro.

El Madrid ganó el descanso sin un rasguño, la tarde era para un masaje. Y así fue en la reanudación, con el Eibar con tres centrales, con mejor cuerpo. Los de Ancelotti echaron el freno, cambiaron de marcha, contemplativos. Hay mucho fregao por delante. El partido se hizo plano, solo rescatado por el buen gol de Jesé en su primera titularidad en casi un año. Misión cumplida para todos, para el Madrid que persigue al Barça, para el que podrá llegar entero al Calderón, para los suplentes con carrete por un día… Y para el Eibar, que no fue un pelele.

Por José Sámano, El País

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