La sabiduría de Pelusso

El técnico uruguayo fue el cerebro del equipo cardenal para la obtención de su primera copa internacional. Mostró capacidad y conformó un equipo sólido y luchador.

Enrique Gamboa Durán
10 de diciembre de 2015 - 04:35 a. m.
Gerardo Pelusso, técnico de Santa Fe, campeón de la Copa Sudamericana 2015.  / AFP
Gerardo Pelusso, técnico de Santa Fe, campeón de la Copa Sudamericana 2015. / AFP

“No me voy a ganar el cariño de la hinchada de Santa Fe tirándole besitos a la tribuna, me la gano con resultados”, dijo Gerardo Pelusso al llegar al equipo cardenal.

Anoche, el uruguayo consiguió el título más importante en la historia del equipo bogotano. Fue el artífice de la primera copa internacional para Santa Fe, la Copa Sudamericana, y además fue su primer logro a nivel internacional como técnico.

Pelusso tiene 61 años y 45 de ellos se los ha dedicado al fútbol. Es un enamorado de este deporte: “Amarás el fútbol sobre todas las cosas”, dice el uruguayo, que se ha dedicado durante toda su carrera a perfeccionar su método de juego y sobre todo a sus equipos. “Al final del camino lo que más me gusta a mi es ganar”, fueron sus primeras palabras como DT albirrojo , y de esta frase se resume el éxito deportivo del Expreso Rojo durante esta Copa Sudamericana. Sobre la marcha, el uruguayo tuvo que rearmar su equipo. Antes de iniciar su camino como técnico cardenal afrontó la salida de jugadores fundamentales; además de sufrir lesiones de futbolistas importantes para el Santa Fe que él quería como Dayron Mosquera y Ómar Pérez. Pelusso, a partir del orden táctico, llevó al equipo al éxito deportivo más importante de su historia. Su nombre quedará marcado con letras de oro en las páginas del club bogotano.

A los 29 años se retiró del fútbol profesional debido a una lesión en su rodilla y colgó los guayos para coger la pizarra táctica y seguir legado a su pasión, un deporte que, como dice él, se convirtió en su estilo de vida: “Más precisamente soy un sacerdocio”.

Dirigió en Ecuador, Chile, Perú Uruguay y Paraguay con muy buenos resultados, pero en Colombia encontró a una institución que como él, añoraba ganar su primera corona internacional.

Eso sí, el camino que tuvieron que recorrer para cumplir su sueño no fue el más sencillo. Equipos históricos como Nacional de Montevideo, Emelec de Ecuador e Independiente de Avellaneda se presentaron como obstáculos difíciles de superar, pero para Pelusso esto no era más que oportunidades para demostrar de qué estaba hecho este plantel cardenal.

“Un club como Santa Fe siempre nos obliga a dar lo mejor de nosotros”, dice el técnico campeón de la otra mitad de la gloria, que recuerda que el único juguete que tuvo en su infancia era un balón de fútbol.

Desde su etapa como futbolista, Pelusso sentía que tenía una vocación para ser técnico de un equipo profesional, su obsesión era tal que en una época en la que no había programas deportivos ni internet, él tenía carpetas con todos los datos de los entrenadores más importantes del mundo.

Para el técnico nacido en Florida, Uruguay, el fútbol es lo más importante en su vida. Ha dedicado toda su vida a este deporte que tuvo que divorciarse ya que sus parejas no soportan que pase horas y horas viendo partidos: “El que me quiera tocar el fútbol está frito y para eso hay que vivir solo”, comentó un vez a El Espectador.

“Yo me encierro un viernes en la noche a ver todos los partidos que pueda y si llega una mujer y me dice: ¿otra vez viendo fútbol?, le saco tarjeta roja”.

Hoy puede decir que consiguió su máximo título como entrenador, de su mano Santa Fe se convirtió en el primer equipo colombiano en ganar la Copa Sudamericana. Al llegar a la capital de la República dijo: “Es un honor dirigir a Santa Fe, es un grande de verdad”. Pues desde ayer en la noche y gracias en buena parte a él, el equipo cardenal es aún más grande.

Por Enrique Gamboa Durán

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