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Javier Mascherano: "Por suerte estoy en el Barça"

El argentino dice que lo más fácil hubiera sido quedarse en Liverpool, donde tenía el puesto fijo.

Luis Martín/Especial de El País
07 de marzo de 2011 - 10:00 p. m.

A Javier Mascherano le llamaron Jefecito, Monster Masc y El Pulpo, pero él prefiere que le llamen Javier. Empezó de delantero hasta que a los ocho años el entrenador, su padre, exfutbolista que llegó a jugar en la segunda argentina, le puso de medio centro. Ha hecho carrera: jugó en River, Corinthians, cinco partidos en el West Ham y casi cuatro años en el Liverpool. Desde agosto, el capitán de Argentina juega en el Barcelona. Y cada vez mejor. Hoy será titular en el juego de vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones ante el Arsenal.

Nació cerca de Rosario, pero empezó en River.

Se dio así y nunca quise ir a un equipo de Rosario, aunque soy hincha de Central. A los 12 años entré en la escuela de Renato Cesarini, que se encarga de llevar jugadores a clubes de Buenos Aires. Seguramente terminaré mi carrera en Argentina y ojalá sea en River.

¿Por qué se fue a Brasil?

River tenía la necesidad de vender y Corinthians ofreció mucho. Fue raro, porque o nos íbamos Lucho González, Maxi López y yo o no se hacía la operación. Al final, jugué un año y salimos campeones, pero las cosas se pusieron difíciles. La empresa que había comprado el equipo se estaba yendo, quiso recuperar el dinero y me vendieron al West Ham. Fue un cambio terrible y no tuve la ocasión de adaptarme.

¿Cómo es lo de ser centrocampista en Inglaterra?

Es de lo mejor que me pasó en mi carrera. Es fútbol en estado puro, no existe la trampa, es pura inocencia, jugar para ganar. Por eso de Inglaterra tengo un gran recuerdo. Disfruté muchísimo.

¿Qué le dio el Liverpool?

Con Rafa Benítez perfeccioné lo táctico. Me dio la oportunidad de demostrarme que podía jugar en Inglaterra. Tácticamente, es bueno. Lee bien al rival, sus debilidades. Es trabajador. Le gusta que el equipo esté ordenado.

Su carrera era difícil de imaginar, pero es nada mala.

Siempre di un paso adelante. Nunca imaginé mi carrera de esta forma, pero estoy conforme. Lo que logré lo gané por trabajo y sacrificio. Lo importante para mí es el fútbol y no lo que lo rodea.

Jugó mucho contra el Arsenal.

Muchas. En la Liga, los eliminamos en la Champions, jugamos la Copa de la Liga. Casi siempre empaté y me hicieron correr. Ellos siempre tenían el control y nosotros nos organizábamos en la defensa para ganarle a la contra. Aquel era prácticamente el mismo equipo que ahora. Jugaban Flamini o Denilson por Wilshere; estaban Kolo y Gallas. Y ahora están estos jóvenes, pero básicamente es lo mismo. Intentan jugar parecido al Barça. Pero, físicamente, son más fuertes, aunque es difícil verlos ganar con un pelotazo. Contra Cesc jugué mil veces. Tiene ese toque diferente, ese detalle que recuerda que es del Barça, ese modo de jugar tan de aquí.

De niño, veía el fútbol europeo. ¿Vio algo parecido a este equipo?

No. Jamás vi un equipo como el Barça. Vi el Ajax de Van Gaal y otros grandes, como la Juve de Lippi, pero no algo como esto. No hay un solo camino para jugar al fútbol, todos son válidos. A mí me tocó jugar, me tocó pegarle para arriba y le pegué. Uno juega a lo que puede. Por suerte estoy aquí y sé que hay otra manera de pensar, sentir y jugar al fútbol. Afortunadamente he tenido la ocasión de conocerla. Lo más fácil era quedarme en el Liverpool. Tenía el sitio asegurado y nadie me iba a tocar. Era muy fácil quedarme. Pero quería vivir en un equipo que luchara por los títulos. Más allá de lo que se gane o no, vine para saber si podía jugar en un equipo como este, ser parte de un equipo que va camino de ser recordado por cómo juega, no por lo que gane. Y eso es más importante que los títulos. La gente recuerda a la Naranja Mecánica y no ganó. Eso tiene mérito. Hay gente elitista a la que le gusta sólo ganar, pero el cómo es importante. No desprecio ninguna manera de jugar, pero, obviamente, esta es diferente de todas.

¿Qué le pidió Guardiola, qué tuvo que cambiar?

Que hiciera lo que siempre hice en lo defensivo y que en lo ofensivo fuera muy participativo, me ofreciera siempre, tratara de ser simple, de dar continuidad al juego... En el Barça, el juego posicional es muy importante. Ahora corro menos, pero siempre estoy cerca de la jugada. Trato de aprender y ser mejor cada día porque mi anhelo es mirar atrás y estar orgulloso de lo que hice. Guardiola, por el fanatismo con el que vive el fútbol, me recuerda a Bielsa. Los dos piensan más en el arco de enfrente que en el suyo, en cómo hacer daño al atacar. Marcelo es más directo, más vertical; el Barça busca más la pausa.

Viendo los números, ¿no está jugando tan poco como podía suponer?

En Argentina quieren dar a entender que juego poco, pero estoy contento, sobre todo teniendo en cuenta el mediocampo del Barça, que es el del campeón del mundo. Es de lo mejor que se ha visto en la historia. Así que debo ser respetuoso y consciente de que, si no juego yo, lo hacen Busquets, Keita... O Xavi e Iniesta, los mejores creadores del mundo, únicos e irrepetibles. Por desgracia para el fútbol no volveremos a ver nada igual. Y, sobre todo, está Busquets, que es el jugador perfecto para este club. Sergio, que por su talento podría jugar en cualquier equipo, ha nacido para jugar acá. Tiene todo lo que debe tener el mediocentro del Barça: quite, buena técnica y un orden táctico perfecto.

Por Luis Martín/Especial de El País

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