Después de cruzar con éxito el canal de La Mancha, usando las alas de carbono impulsada con cuatro turbinas que el mismo Yves Rossy diseñó, ahora se desplazo a Brasil para volar muy de cerca a la estatua del Cristo Redentor en el cerro Corcovado en Río de Janeiro.
El suizo Yves Rossy diseñó sus alas en 2006.
Fueron 11 minutos de vuelo a 1.200 metros de altitud y a una velocidad de hasta 300 kilómetros por hora.
Rossy, de 53 años, se declaró encantado con el paisaje y aseguró que sintió paz al pasar junto al Cristo Redentor.
Por El Espectador
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