En el siglo XIX, el país oriental, cuna de las diferentes artes marciales, fusionó características de varias escuelas y creó un reglamento para la disciplina.
Con el paso de los años, el judo fue implementándose en diferentes países de Europa.
Durante las justas olímpicas de Tokio 1964, los japoneses incluyeron este deporte dentro del certamen y desde ahí quedó aceptado para hacer parte de las posteriores ediciones.
Por El Espectador
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